Y quien me descumbiabombe, buen descumbiabombeador será

Los Yerberos
Los Yerberos

Releía hace algunas noches La biblioteca total, de Borges; cuando llegué al párrafo que dice «Sus conexiones son ilustres y múltiples: está relacionada con el atomismo y con el análisis combinatorio, con la tipografía y con el azar» inevitablemente pensé en el jazz; sus conexiones acaso no sean siempre ilustres, pero sí son múltiples y están relacionadas con el arte combinatorio y con el azar. Pensé, después, en la música que se produce por todo el mundo cuya única regla es la mutación constante. Cuya única constante es la variable; el cambio, lo único que nunca cambia.
El azar me trajo a la memoria a Los Yerberos, la paradigmática banda mexicana de reggae que, entre 1992 y 2002 grabó cuatro discos, se trasladó a múltiples rincones de nuestra geografía y cobró un prestigio caro y un gran número de seguidores.

 La Sabrosa Sabrosura
La Sabrosa Sabrosura

Cuatro años después de su extinción, en 2006, Mariano Spíndola convocó a los antiguos cofrades para intercambiar las cartas de navegación con las que, cada uno, había surcado los océanos sonoros en su solitaria travesía.
Como en un caleidoscopio, el reacomodo de la piezas bajo una luz desconocida adoptó una forma novedosa. Nadie supo cómo, pero en esas reuniones, con retazos de funk, reggaeton, música electrónica, reggae y vaya usted a saber qué tantas cosas más, nació una música inimaginada que bautizaron con el nombre de cumbiabomba, una mezcla explosiva y altamente bailable. En una de las primeras noches del año 2007, bajo los influjos de una luna que ya no existe, nació La Sabrosa Sabrosura, un grupo que es menos una rígida estructura que un concepto vital en el que Mariano Spíndola, con la guitarra y la voz, Claudia Mendoza, con la voz y güiro y Juan Pablo Iriarte, con la keyguitar son los anfitriones de inúmeros invitados que, como las formas del caleidoscopio, nunca se repiten.

Primer movimiento: Sal si puedes

Paposauri
Paposauri

Un mes después, en febrero, el primer vástago vio la luz; Paposauri, una producción totalmente independiente pues, como declaró Mariano al periódico La Jornada, “No porque una disquera no te firme o porque no venga una vaca sagrada a darte su apadrinamiento vas a dejar de hacer lo que te gusta.» El disco se compone de una decena de temas propios y uno de Los Yerberos, agrupación de la que extrajeron, además, cuatro ex-militantes que colaboran para dar color y aroma a la primera sabrosura. El tema rescatado se llama La sal y acaso condenó a la banda al destino inexorable de la Mujer de Lot: no mirar jamás atrás.

Segundo movimiento: Caricáceo

La papaya y el despapaye
La papaya y el despapaye

Entre el ocaso del año 2008 y el alba del 2009 nació La papaya y el despapaye, la segunda producción discográfica compuesta por nueve temas de la banda y uno de Los Yerberos: Juana. Nuevamente se reunieron cuatro músicos de la extinta agrupación: Gabo González, Gabo Navarro, Mariano Spíndola y Diego Benlliure a los que se sumaron un par de músicos de otras bandas muy destacadas: Gabriel Elías, de Los de abajo, y Pascual Contreras, de Poncho Kingz

Tercer movimiento: Este sol naciente es el oro del oriente, o Arroy que te traigo a dieta

Arroy a la mexicana
Arroy a la mexicana

En la primavera del año 2011 hicieron su primera gira internacional por Tailandia; a su regreso se enclaustraron, durante más de tres meses, en el estudio de grabación para impregnar de sabores orientales sus platillos; así nació Arroy a la mexicana (arroy significa sabroso en tailandés), álbum que cuenta con la complicidad de muchos músicos invitados, en especial de varios guitarristas destacados como Joe Cummings, Mason Ruffner, Silvano Zetina, Pablo Valero y Esteban Reyes. Esta producción fue realizada simultáneamente la Ciudad de México y en Bangkok, Joe Cummings fue el realizador en aquellos lares. Nuevamente aparece un tema de Los Yerberos: Este sol, la letra es de Juan Pablo Toral.

Cuarto movimiento: En el viejo continente / lo caliente sí se siente

Cocondó
Cocondó

Ese mismo año recorrieron, durante tres meses, el viejo continente. Ibiza, Barcelona, Berlín, Amsterdam y algunas otras ciudades europeas danzaron bajo la hoguera de la cumbiabomba.
Después nació el cuarto álbum, Cocondó, integrado por tres temas nuevos, dos antiguos que no habían sido registrados discográficamente y una selección de cinco temas que fueron remezclados. Cocondó abrió las puertas del vecino del norte; New York, Boston, Filadelfia, Atlanta y New Orleans son algunas de las ciudades que visitaron en un par de giras realizadas entre 2012 y 2014.

No hay quinto malo

GiraChavas y Flores, el disco más reciente, es un homenaje discográfico a uno de los más grandes cronistas de la canción popular mexicana, Chava Flores. Sábado Distrito Federal, Yo soy la criada, ¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano? y Peso sobre peso son algunos de los temas que, fiel a su tradición, el grupo impregna de renovada sabrosura.
Stephanie Salas, Miguel Velázquez, de Los rastrillos, Rosa Adame y Héctor Quijada, de La Lupita, Mauricio Moro, de Los de abajo, Fabián Astor, Israel Hernández, de Casa Verde, Javier Loyola (Dj Polvo), Juan Manuel Ledezma, María Emilia Hernández, de Monocordio, Gustavo Montalvo y Missound son los cocineros de este nuevo platillo que ya comenzó a ser degustado en nuestro país en la gira homónima que se prolongará hasta enero del año por venir. Tepoztlán, Avándaro, San Cristóbal de las Casas, Tulum, Playa del Carmen, Mérida y Bakalar son la ciudades confirmadas, aún no aparece Xalapa, quizá algún día lleguen hasta acá.
Yo he procurado -concluye el cuento de Borges- rescatar del olvido un horror subalterno: la vasta Biblioteca contradictoria, cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira. La Sabrosa Sabrosura es, quizá, alguna divinidad delirante que todo lo afirma, lo niega y lo confunde.



 

CONTACTO DE FACEBOOK                  CONTACTO EN G+                  CONTACTO EN TWITTER