Prefacio.

Algunos le llaman “gatopardismo” (cambiar para seguir igual) otros lo ubican como “la misma gata, nomás que revolcada”. Cualquiera de los dos conceptos sirve para describir el pomposo “Decreto que establece el Programa de Reducción del Gasto para el Rescate Financiero del Estado de Veracruz 2016 – 2018”. *** Este redundante documento (pues no hace más que remarcar lo que ya las leyes establecen) fue publicado en la Gaceta Oficial del Estado el martes 21 de marzo, en su número extraordinario 114. *** Sin embargo, hace casi dos años, el 7 de julio del 2015, en ese mismo medio (la Gaceta) en el número extraordinario 268, Javier Duarte de Ochoa publicó lo que llamó “Lineamientos generales que establecen las políticas del ejercicio del presupuesto, modernización de la gestión administrativa y austeridad del gasto público para los ejercicios fiscales 2015 y 2016”. *** Y adivine qué: Son exactamente lo mismo. *** ¿Se cumplió cabalmente aquel documento firmado por Javier Duarte? Por supuesto que no. ¿Se prevé que el documento firmado por Yunes Linares sí sea respetado? Tampoco. *** ¿Una muestra? Sólo hay que revisar los contratos que está otorgando la Secretaría de Salud, dando preferencia a los amigos, los aliados (desde los tiempos del ISSSTE) del actual gobernador. *** A final de cuentas, como dijera Andrés Manuel López Obrador, es el mismo diablo, que antes vestía de rojo y ahora luce ropajes en azul y amarillo.

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Si al revisar los temas de seguridad, se encuentra con el siguiente diagnóstico: “No ha habido una reacción eficaz y vigorosa del gobierno (…) O, siquiera, algún sentido de urgencia. Los principales funcionarios del sector seguridad siguen negando la gravedad de la situación, peleándose con los números y con los analistas y haciendo comparaciones francamente ridículas (…) No parecen caer en cuenta que, por simple efecto de base, esa manera de contrastar va a lucir espantosa para su causa en menos de un año. Mientras eso pasa, cada mes es peor que el anterior”, es muy probable que piense que se refieren a Veracruz y a sus actuales gobernantes.

No es así.

Lo antes mostrado es un fragmento del análisis publicado este miércoles por el especialista en temas de seguridad, Alejandro Hope (Plata o Plomo) en el periódico El Universal y que hace referencia a la inseguridad en todo el país.

En la misma colaboración refiere que en el mes de febrero, el número de asesinatos comparado con el mismo mes del año pasado, creció 158 % en el estado de Veracruz.

Y es que Miguel Ángel Yunes Linares ha resbalado con su propio veneno. Sigue sosteniendo que en Veracruz no pasa nada, y si pasa, es culpa de Javier Duarte.

Si los policías son corruptos, prepotentes o insensibles, se trata de los que dejó la pasada administración; las fosas clandestinas son del pasado régimen. La presencia del crimen organizado en Veracruz obedece a que Javier Duarte “vendió la plaza”, y el aumento en los últimos meses de los homicidios vinculados con esas bandas, se debe a que “las actuales autoridades no negocian”, sin importar que eso se traduzca en más veracruzanos asesinados.

Pero en realidad todo se trata de simple “percepción”. Si en los tiempos de Duarte los delincuentes sólo robaban “gansitos y frutsis”, con Yunes Linares los hurtos ascienden apenas a cien pesos y una Coca Cola. Todo lo demás, lo grave, es culpa del prófugo.

Y se utilizan la fuerza pública y los instrumentos jurídicos en forma discrecional, poniendo especial énfasis (con profusa difusión) a los casos en los que estén involucrados los que lo antecedieron en el gobierno.

Así, sin una orden de aprehensión de por medio, el fiscal acudió en persona al Congreso de la Unión para presentar la solicitud de juicio de procedencia en contra del diputado federal priista Antonio Tarek Abdalá, quien fungiera como Tesorero del Estado durante un buen tramo de la administración duartista, pero se abstiene de requerir el mismo procedimiento contra el diputado local Sergio Rodríguez Cortés quien, casualmente, es perredista y fue uno de los principales impulsores de la alianza PAN-PRD para la candidatura de quien hoy es gobernador.

A propósito de la reciente conmemoración del natalicio de Benito Juárez: “Al amigo, justicia y gracia… al enemigo, justicia a secas”.

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Epílogo.

Primero fue el Congreso local el que envió al gobernador de Veracruz una petición formal para que informara sobre las altas y bajas que se registraron en la administración estatal desde el primero de diciembre, así como los perfiles de los nuevos burócratas. Nunca fueron atendidas esas peticiones. Hoy es el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IVAI) el que instruye a la oficina del Gobernador a proporcionar la lista de las personas dadas de baja durante el mes de diciembre de 2016 y enero de 2017. ¿Este es el gobierno que presume transparencia y legalidad? *** Buenas noticias: Ya se reunió la Subcomisión de Examen Previo del Congreso de la Unión, la que ve todas las solicitudes de juicio político y desafuero. Por lo pronto, sus próximos acuerdos serán para desechar 62 expedientes que no son de su competencia o que corresponden a funcionarios públicos ya fallecidos. *** Dice el fiscal Jorge Winkler que analiza la posibilidad de enviar peritos para verificar si en realidad Flavino Ríos requiere permanecer internado en un hospital, y no en su celda. Cuentan que ya alguien le habló al oído y le sugirió que en ese tema no se meta. Al parecer lo dejaron fuera de las negociaciones y él se quedó con el guion en el que el exgobernador interino era el enemigo público número dos. *** ¿Percepción? Quizá, lo cierto es que la tarde del miércoles en el complejo industrial Bruno Pagliai se registró una persecución y un enfrentamiento a balazos entre policías federales y un comando armado. Justo frente a la empresa de alimentos Sigma, ubicada en la calle Eucaliptos casi esquina con Arrallanes, los delincuentes (que viajaban en una camioneta BMW) dispararon contra los policías y emprendieron la huida. Más adelante, en la comunidad Mata de Loma, el conductor de la camioneta perdió el control y se estrelló contra un poste y una barda, además de atropellar a un repartidor de tortillas que viajaba en motocicleta. Los sujetos habían robado un tráiler con mercancía a la altura de Tamsa. El enfrentamiento se dio justo a unos metros de la bodega AMCO, sitio al que acudiría, horas después, el gobernador Miguel Ángel Yunes. ¿Será que su “percepción” siga siendo la misma?

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