En el taller de son jarocho que dirigía Laura Rebolloso en de la secundaria Xalitic, Ik’Balam se encontró la mitad de su vida. Siguió su formación en ese género con Tacho Utrera, Saúl y Sael Bernal, Ramón Gutiérrez, Jerónimo González y don Cirilo Promotor. Posteriormente, Micky Aguayo lo introdujo en otros mundos sonoros, entre ellos el del blues. Finalmente entró a JazzUV donde se internó en la segunda mitad de su vida, el jazz.

Con todos esos elementos, el año pasado hizo su primer registro sonoro, el álbum Ilusiones del Ik’Balam Trío que en ese momento estaba formado por Juan Carlos Márquez en el bajo eléctrico, Amir Moreno en el cajón set y el líder, Ik’Balam, en un requinto jarocho eléctrico que diseñó y construyó —con la asistencia de Ramón Gutiérrez en la laudería y de Norberto Cuevas en la ingeniería— para integrar las sonoridades del son jarocho y el jazz.

Exploró durante algún tiempo ese formato que tenía una dotación instrumental predominantemente jazzística, pero su búsqueda iba más lejos, quería hacer jazz con los instrumentos del son jarocho tradicional. El tiempo le fue dando los elementos que necesitaba para que se hiciera realidad la música que desde hacía tiempo sonaba en su cerebro. Hace un par de días tuvimos una plática que publicaré completa en otro momento, en ella me comentó:

«Todo se fue acomodando, hace dos años, Vico Díaz —el que toca la leona— fue al Centro de Estudios de Jazz porque lo invitaron a dar una clase junto con Jahaziel Arrocha y Andrés Márquez. Para mí fue muy padre ver que ya había alguien más tocando jazz y otras músicas con un instrumento del son jarocho. Nos juntamos, tocamos juntos en un salón, hubo muy buena química y quedamos en hacer algo en algún momento. En ese entonces yo todavía estaba en la carrera y él estaba viviendo en Guadalajara y salía bastante, incluso estuvo viviendo un tiempo en Estados Unidos, por eso no se pudo concretar algo en ese momento.

«Paralelamente, me reencontré con un amigo que se llama Pablo Emiliano García, que es músico de son jarocho en su formación principal. En una fiesta nos encontramos y tocamos, y me llamó la atención que él ya podía tocar en otros tonos, en varios tiempos, que ya estaba buscando en ese camino. Como él vive en Ciudad de México, a veces iba a verlo y le enseñaba ciertas cosas de las piezas, de otras armonías, entonces fue como ir entrenando a Pablo un poquito para, en algún momento, poder integrar la jarana a mi proyecto.

«Este año, Vico se mudó a la Ciudad de México y Pablo seguía ahí, los llamé para montar el repertorio como lo tenía pensado. En junio tuvimos las dos primeras presentaciones en Ciudad de México y dije ¡wow!, hicimos un ensayo y medio y ya está sonando justo como lo tenía pensado, esto lo tengo que grabar».

El resultado es el disco Erosión de la memoria, otra de las sorpresas que serán presentadas en el Festival JazzUV. El día anterior a la grabación del disco, fueron al programa Compacto, de Radio Universidad Veracruzana, y dejaron una probada del material que conoceremos en octubre. Abajo dejo la liga, los invito a conocerlo.

 

 

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