Cuando habla de Elena Garro, los siempre fulgurantes ojos de Laura Jayme magnifican su brillo y se despliega su inventario de expresiones faciales, su rostro va de la admiración a la desazón a la ira al entusiasmo con gesticulaciones gobernadas por la pasión.

Laura Jayme

Como nos comentó ayer (Ver: El fin de semana se presentará Andarse por las ramas, de Elena Garro), del 9 al 11 de diciembre se presentará Andarse por las ramas, de Elena Garro, en el foro Guadalupe Balderas del Centro Recreativo Xalapeño, los tres días a las 19:30 horas. En esta puesta en escena, la dirección es de Laura Jayme y la actuación, de Silvia Merlo. En esta entrega, Laura sigue su relato:

«A Elena Garro, la cultura siempre le ha designado un lugar oscuro y medio silencioso, a pesar de que fue una autora prolífica. Su figura, según relatan sus biógrafos e incluso ella lo dice en muchas entrevistas, siempre estuvo marcada por una tragedia que era la condición femenina, todo el tiempo era señalada por ser una mujer rubia y bonita.

«Nació en Puebla pero creció en Guerrero entre indígenas y campesinos, y generó empatía por ese sector. Cuando llegó a la Ciudad de México para profesionalizarse -porque desde siempre quiso ser escritora- conoció a Octavio Paz y este fue el principio de su gran final porque Octavio Paz la obligó a casarse con él siendo una niña menor de edad y también la obligó a hacer muchas cosas, por ejemplo, a no publicar sus textos, a no hablar con una voz propia, a denigrar su identidad, incluso, a regalar sus propiedades porque ella tenía propiedades que, por instrucción de Octavio Paz, tenía que vender o asignárselas a él.

Silvia Merlo en Andarse por las ramas

«En los años 60 se le relacionó con el asesinato de Kennedy y fue espiada y perseguida por la CIA durante dos años, finalmente descubrieron que no tuvo ninguna relación con eso pero su estrecho vínculo con [Carlos Alberto] Madrazo -el presidente nacional del PRI de ese momento- fue muy sospechoso, entonces la vincularon con varios movimientos políticos, la situación llegó al grado de que la amenazaron de que la iban a matar y salió autoexiliada a Europa y ahí vivió 30 años hasta que, con un poco de engaño parte parte del Instituto Nacional de Bellas Artes, la regresaron. Volvió y vivió una vida de verdad miserable, despojada, sin reconocimientos, y murió en Cuernavaca, Morelos, en 1998. Desde entonces, su sobrino Jesús Garro se dedicó a la protección de su obra porque no lo pudo hacer cuando estaba viva.

«La obra de Elena Garro ha pasado por muchísimas etapas, una de ellas fue cuando una investigadora le robó mucha información, se apropió de los textos o dijo que se los regaló Elena Garro. Jesús Garro se empeñó en hacer una campaña para proteger el legado de su tía pero con poco éxito porque no tenía el respaldo de las instituciones. Él murió hace menos de un mes en Cuernavaca, Morelos y su esposa, Raquel, se quedó a cargo del legado de la autora.

«Silvia Merlo y yo tuvimos la fortuna de conocer en vida al señor Jesús Garro, fue muy amable, nos invitó a la casa donde murió su tía, nos regaló libros, nos explicó por qué era tan celoso de la obra de Elena, fue muy generoso. Tenía muchas anécdotas de la vida de su tía y nos retrató partes de la vida cultural de México que no estuvieron bien para ella, por su condición femenina se le calló muchísimas veces, ella fue una gran periodista y muchos de sus textos no se publicaron sino hasta después de su muerte porque tenían miedo a las verdades que contaba, hablaba de cómo los gobernadores de Guerrero abusaban y masacraban indígenas. Mientras todos le decía señora Garro, usted hable de la tendencia de guantes, los sombreros que están de moda, de que va a venir tal actriz desde Nueva York, ella decía a mí no me interesa eso, si tengo la capacidad de escribir, voy a escribir la verdad.

«Por esa y varias razones, la obra de Elena Garro ha estado minada de alguna manera, nosotras queremos brindarle un homenaje desde el corazón porque es una autora que ha influido muchísimo en nuestra personalidad pero sobre todo en nuestra formación teatral, nosotras concebimos el teatro como un lugar de verdades en el que podemos confrontarnos y aunque duela, aunque sea incómodo vale la pena decirlo por el simple hecho de que la verdad tiene que decirse.

«Hemos planeado un homenaje que se va a llamar El encanto de andar, tiene dos producciones, Andarse por la ramas, y El encanto, tendajón mixto, que es otra de las obras que vienen en el libro Un hogar sólido y seis piezas en un acto. Culminamos este año con el estreno de Andarse por las ramas y comenzaremos el próximo con el estreno de El encanto, tendajón mixto. Ese es el plan».

 

 

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