El nuevo integrante del grupo parlamentario de Morena, Juan Manuel Pozos Castro, justificó su incorporación a la fracción de izquierda para mantener el control de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), argumentó que fue legal.

“Las acciones políticas que se tiene que hacer, se hacen, no sólo en Morena, se hacen en todos los grupos”, dijo y recordó que en el pasado el PAN, con menos legisladores electos se negó a rotar la presidencia de la Junta de Coordinación Política, y obligó a una mayoría a modo.

El artículo 31 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo, establece que el coordinador del grupo legislativo que cuente con la mayoría absoluta, 26 o más diputados, será el presidente de la Junta por toda la Legislatura.

En caso de que ningún Grupo cuente con la mayoría absoluta de diputados, la presidencia de la Junta será ocupada los siguientes tres años, por el coordinador del grupo parlamentario que cuente con mayoría relativa, siempre que el número de diputados de ese Grupo sea superior a veinte.

En ese sentido, el diputado justificó que se copie lo que hizo el PAN, que los llevó a tribunales, al afirmar, “tuvieron el control con algunas acciones que hicieron ellos, eso es parte de la política”.

De acuerdo con el resultado de las elecciones del 1 de julio, Morena contaba con 19 diputados electos, PES y PT cinco, por lo que la coalición sumaba 29 legisladores. A raíz de la elección de la Mesa Directiva el diputado del PT, José Manuel Pozos Castro, quien preside el órgano de dirección, anunció que se incorporaba a Morena.

Con su inclusión se logró el número mínimo de diputados para mantener la Jucopo por los tres años que dura la actual Cámara.

Reiteró que Morena es una bancada que cuenta con el respaldo de la sociedad, pues tiene el apoyo de las y los veracruzanos, “y el apoyo fue precisamente para poder representarlos en el Congreso, cuando no fuimos mayoría, se respetó siempre”.

Aseguró que su fracción llegó con toda la intención de dialogar y concertar, a diferencia de la de Acción Nacional que, en 2016, llegó promoviendo un discurso de odio y rencor.

Isabel Ortega/Avc