Entre apuros y afanes, acude siempre a los refranes, dice un refrán autorreferente. Cuando descubrí a JAM Ensamble Sonoro, mis apuros y afanes -no por definir su música sino por tratar de entenderla- fueron tales que no pude sino acudir al refranero que ha cruzado incólume las generaciones: todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar ¿De qué otra manera puede uno entender a una agrupación que es capaz de asentarse en dos extremos irreconciliables, el barroco y el minimalismo, y en medio poner la música clásica, la contemporánea, la de cine -que ya se ha consolidado como género musical-, el rock, el jazz, el tango y otras finas hierbas?, ¿cómo explicarse que 12 músicos, echando de mano de 17 instrumentos, puedan convocar a su fiesta -y lograr que bailen juntos- lo mismo a Vivaldi que a Arvo Pärt, a Shuki Levy que a Astor Piazzolla, a Henry Mancini que a Serguéi Prokófiev, a Michael Nyman que a Luigi Boccherini, a Vangelis que al regiomontano David Adrián? Solo hay una respuesta: sabiéndolos acomodar.

Han sabido acomodarlos porque son habitantes genuinos del siglo XXI, un tiempo en el que coexisten dos tipos de habitantes: los que viven en su tiempo y los que sobreviven en él, estos últimos configuran esa estirpe que camina por un tiempo que no acaba de entender y que está segurísima de que el suyo fue mejor y sostiene férreamente que las cosas deben hacerse como entonces, los puristas de siempre; y los que saben que no necesitan permiso de nadie para echar mano de cualquier cosa que se haya producido durante los 20 siglos anteriores, el plumaje de JAM Ensamble Sonoro es de esos. Por eso han bien acomodado todo lo que enuncié arriba. Y han podido hacerlo, además, porque según su propia declaración de principios, están «dedicados a disfrutar el quehacer musical sin límites de definiciones mercadológicas», tan buenos oficios los han llevado a construir «una propuesta estilísticamente extrema», «una propuesta radical en el mundo de la música».

Estefanía Romero, a quien debo y desde aquí agradezco el hallazgo, ha escrito en su blog Bop Spots: «Se trata de un proyecto prodigioso, cuyo corazón está formado por el compositor, arreglista y director mexicano Miguel Almaguer, quien parte de una premisa básica, pero muy importante: La música no tiene límites.

«JAM es ‹una pequeña orquesta o una banda grande›, nos indica Almaguer, que contiene elementos como: piano, guitarra, sax, clarinete, contrabajo, batería, flauta, chelo, viola, violines, corno francés y oboe. En su próximo concierto tendrá como invitada especial a la cantante española Erika Albero, quien ejecutará una composición propia y un tema sorpresa, tomada de una de las caricaturas más populares de estos tiempos.

«El primer concierto de JAM se llevó a cabo en una de las casas exclusivas de jazz más importantes de México: The Music Village; y ahora, como parte del objetivo que es romper barreras entre géneros, JAM se presenta en El Pasagüero el próximo 13 de abril, con música para todo tipo de melómanos».

Y como con JAM todo se vale, dejaré un poema de Borges por aquí, pero no me iré silenciosamente, regresaré para despedirme:

LA SUMA

Ante la cal de una pared que nada
nos veda imaginar como infinita
un hombre se ha sentado y premedita
trazar con rigurosa pincelada
en la blanca pared el mundo entero:
puertas, balanzas, tártaros, jacintos,
ángeles, bibliotecas, laberintos,
anclas, Uxmal, el infinito, el cero.
Puebla de formas la pared. La suerte,
que de curiosos dones no es avara,
le permite dar fin a su porfía.
En el preciso instante de la muerte
descubre que esa vasta algarabía
de líneas es la imagen de su cara.
(Jorge Luis Borges. Los conjurados)

Sin duda alguna, los integrantes de JAM: Miguel Almaguer, David Adrián, Benjamín Lezama, Jaime Suberza, César Vázquez, Carlos Cortez, Iván Arias, Maksim Méndez, Karla Aurora, Giovana Ogaz, Artemio Martínez y Ale Orozco, escribirán una extensa partitura con toda la música que han tocado y la por tocar, y en el último instante de su vida encontrarán en ella la imagen de su rostro, pero hay más, el próximo 13 de abril, cada uno de los asistentes al concierto descubrirá, cuando llegue a su casa y enfrente al espejo, que una nueva pincelada ha sido añadida a la imagen de su cara.

Quienes anden por la ciudad más grande del mundo, no se pierdan el concierto, quienes no, degusten los videos que anexo y persigan a JAM Ensamble Sonoro en su canal.




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