El Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH–S) de la Universidad Veracruzana (UV) realizó un conversatorio sobre el libro Indígenas de la nación. Etnografía histórica de la alteridad en México (Milpa Alta siglos XVII-XXI), de Paula López Caballero, historiadora y antropóloga adscrita al Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

El viernes 22 de febrero, en presencia de estudiantes, investigadores y académicos de ese instituto, Paula López comentó que la obra explica los procesos a través de los cuales una persona o un grupo son identificados como indígenas en tres momentos diferentes de la historia del país, a partir del siglo XVII hasta el presente. 

Se trata de una etnografía histórica realizada en Milpa Alta, zona rural de la Ciudad de México conocida como pueblo originario, donde la autora reúne en un mismo horizonte analítico dos objetos de estudio pensados de manera independiente y antagónica: el Estado-nación y los grupos indígenas. 

Dicha publicación explora la hipótesis de que el perfil del indígena, la principal alteridad en México, lejos de referirse a una diferencia natural u ontológica, debe entenderse como resultado de interacciones concretas insertas en relaciones de poder y dentro del proceso más amplio de formación del Estado y la nación. 

López Caballero narró que el libro aborda las condiciones políticas y sociales para la identificación y la autoidentificación de esas personas como indígenas, sobre qué entendemos por indígena, si siempre ha tenido el mismo significado, qué elementos caracterizan en distintos periodos a esta forma de identificación y a quiénes nos referimos al utilizar ese adjetivo. 

Los procesos históricos y las relaciones de poder que entran en juego en la configuración de una serie de significados asociados a la categoría indígena, es lo que aquí se entenderá como indigeneidad o autoctonía. 

Por tanto, en vez de estudiar a los indígenas, la obra estudia el proceso por el cual son autoidentificados como tales, así como las variaciones en su significado. 

La historiadora compartió que el contenido enfatiza el diálogo que personalmente mantuvo con habitantes de Milpa Alta, sus preocupaciones, dudas, deseos y expectativas. 

Aseveró que el náhuatl fue la lengua materna de la mayor parte de la población hasta mediados del siglo XX. Actualmente, a pesar de que tan sólo el 5.7 por ciento de la población todavía habla esa lengua, Milpa Alta es la localidad con la más alta proporción de hablantes nahuas de la Ciudad de México, y la ascendencia indígena es fuertemente reconocida y reivindicada. 

Con 130 mil 582 mil habitantes registrados en 2010, Milpa Alta tiene la densidad poblacional más baja de la Ciudad de México, así como también la tasa de movilidad más baja de la capital. 

Claudia Peralta Vázquez /Prensa UV