Las Vigas De Ramírez, Ver. – La lluvia se ausentó en la reserva natural San Juan del Monte, así como en los ejidos aledaños que estaban repletos de árboles, y esta falta de agua es por la destrucción de 800 hectáreas de bosques incendiados en marzo del presente año, coincidieron en señalar ejidatarios de la región.

En el mes de julio de años pasados, era seguro que habría lluvias desde los primeros días, porque así lo marcan los estados del tiempo, el verano, los especialistas en pronósticos y los años vividos en la montaña, pero en este 2019, las aguas no han llegado como deberían, aseguraron.

En entrevista el comisario ejidal de Las Vigas, Rafael Ángel Becerra Hernández, y los ejidatarios, Luis Landa Sánchez y Guillermo Flores Paredes expusieron “Lo que vemos es que el agua no llega, no llueve, porque entre más arda las lluvias no llegan también y se escasea el agua, y ni las siembras se dan. Ahorita están disminuyendo, ahorita es temporada de lluvias y no llueve, es leve, leve, ahorita que está quemado no jala la lluvia, pero cuando nuestras plantas están bien jalan la lluvia”.

Lamentaron la pérdida de 40 años de trabajo en la montaña, a causa de la sequía y de que alguien “sin moralidad” dejó tirada una colilla de cigarro encendida o algunos turistas no apagaron correctamente una fogata.

“Desafortunadamente perdimos 40 años de trabajo, con este tamaño de bosque perdido, pero no nada más los ejidatarios perdimos, también perdió la sociedad, fueron 90 hectáreas quemadas del ejido Las Vigas; de la reserva fueron 500 y fracción; del ejido Toxtlacoaya fueron 100 hectáreas, eso me dice el comisariado de Toxtlacoaya” afirmaron.

Estos hombres con edad promedio de 55 a 60 años, refieren que nacieron, crecieron y algún día van a morir en el bosque, por eso sienten tristeza al ver un paisaje color negro que dejó el tizne de los árboles quemados.

“Nos sentimos muy tristes, es una tristeza la verdad, lo que vemos nosotros y lo que ven ustedes también, es una tristeza lo que pasó, por una falta de moralidad de alguna persona que lo echó”, señalan.

En su memoria no tienen registros de otro incendio tan grande, como el del 2019, y tampoco creyeron que algún día ocurriría.

“Nunca lo imaginamos, lo provocó la sequía y el aire, o alguien dejo un cerillo, un cigarro. Por eso a las nuevas generaciones hay que enseñarlos a plantar y a cuidar los bosques, porque van a ser para ellos. Si vienen y hacen fogata asegúrense de apagarla muy bien” indicaron.

Afirmaron que los ejidatarios acordaron que si alguno hará “una quema” tienen la obligación de avisarle a sus vecinos, para que entre todos le ayuden a prevenir que se extienda el fuego.

“Todos son bienvenidos, pero que vengan con responsabilidad, que no tiren colilla de cigarros, no dejen fogata ardiendo, porque según la apagaron, pero la lumbre va comiendo por abajo. Todos cabemos aquí, pero con responsabilidad y queriendo a los bosques” señalaron.

Aunque han enseñado a sus hijos y nietos a trabajar la tierra, sembrar árboles y cuidar los bosques, estos hombres sexagenarios comprenden la inquietud de los jóvenes por abandonar los ejidos para emigrar a las ciudades o el extranjero, para buscar empleo.

“Emigran porque no hay empleos, nuestra gente, niños, nietos, tienen cultura, les gusta participar, aunque claro, aquí el monte no da para tanta gente, se tiene que buscar y salir, porque faltan empleos como donde quiera han faltado, pero tenemos la cultura de cuidar nuestros bosques porque de ellos vivimos” finalizaron.

Este domingo, los ejidatarios y sus familias acudieron a la siembra de cinco mil 500 plantas de pino del programa “Más pulmones para Veracruz, reforestemos nuestra tierra” impulsado por la Comisión Nacional Forestal (Conafor); la secretaría del Medio Ambiente (Sedema) estatal; el ayuntamiento de Las Vigas de Ramírez y la dirección de Radio Televisión de Veracruz (RTV).

AVC/Verónica Huerta