En los últimos días, desde el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, a través de algunos personeros —a los que podría ponerle nombre y apellido—, se han estado enviando distintas señales al equipo del gobernador electo para negociar la entrega de posiciones que apenas hace unos meses aseguraban que no estaban sobre la mesa. Una de ellas, la de la Fiscalía General del Estado.

Está sucediendo como en el sexenio de Javier Duarte de Ochoa: el entonces fiscal general Luis Ángel Bravo Contreras, justamente por estas fechas de 2016, advertía que no iba a dejar el cargo pese a las notables diferencias con el entonces gobernador electo Yunes Linares, quien ya amenazaba con echar toda la maquinaria judicial en contra de los duartistas.

Lo que no sabía Bravo es que Flavino Ríos Alvarado, ya como gobernador interino, abría las puertas al yunismo para llevarse todas las canicas, y no solo nombrando a Clementina ‘Tula’ Guerrero como secretaria de Finanzas y Planeación, una especie de Caballo de Troya que incrustaba el entonces gobernador electo en la mera entraña de las finanzas públicas del estado, sino también la del abogado cordobés.

Al final, Luis Ángel Bravo entregó la fiscalía por supuestos acuerdos con el abogado de la familia Yunes, Jorge Winckler Ortiz, a quien lo convirtió en visitador general, cargo que lo puso en la antesala del cargo de fiscal general de Veracruz, lo que ocurriría unos meses más tarde con la aprobación del Congreso local, dominado por los panistas y sus aliados del PRD.

Pues ese mismo escenario se repite ahora. No es circunstancial que en las últimas semanas el próximo secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, se haya lanzado mediáticamente contra Jorge Winckler.

El domingo, Winckler se enganchó al responderle con ridículos tuits sobre las advertencias de que será la próxima Legislatura, con mayoría inédita de Morena, la que revisará su actuación como fiscal y entonces iniciará un procedimiento de juicio político en su contra.

Lo que nadie –llámense los Yunes y su primer círculo— avisó a Jorge Winckler Ortiz es que su cargo anda en oferta a cambio de impunidad para los del gobierno que ya se va.

Algunos exfuncionarios yunistas no logran resolver el tema de sus presuntos desvíos de recursos del ejercicio fiscal de 2017 y, por lo que se ve, la del 2018 traerá todavía más desaseo; por eso la prisa por conseguir impunidad. En juego va, como moneda de cambio, la Fiscalía General y todos sus accesorios, incluida la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción.

Ya se verá.

Las benditas redes sociales

“Nadie le atinó a ningún nombramiento militar. Váyanse acostumbrando, colegas, y no empeñen su prestigio en filtraciones fallidas. Porque @lopezobrador_ es un estratega solitario y ni sus más cercanos tienen certeza de lo que viene. Intuyen, infieren, desean, empujan. Pero no saben”. Ivonne Melgar @ivonnemelgar

A Yunes Linares se le inundó la palabra

Muchas veces, la realidad es tan obstinada que pone en su sitio a los embusteros. El miércoles de la semana pasada, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares pensó que con decirlo él, la realidad se pondría de su lado. Pero no. Se fue tranquilo a disfrutar de sus últimos días de gobernador, y ¡zúmbale!, Veracruz de pronto estaba en un terrible escenario de catástrofe. Y él, desaparecido.

Al mediodía de ese miércoles, desde la comodidad de la zona porteña, dijo que no se habían registrado afectaciones en el estado debido al Frente Frío. Incluso mencionó lo que todos suponíamos había sido el tenor del reporte emitido por su inexistente Secretaría de Protección Civil: que se había verificado lo que había sucedido en la entidad y no tenía ningún reporte de que algo hubiera pasado.

“Hasta hoy, no, todavía no. Esta mañana tuve contacto con el Secretario de Protección Civil, estamos muy pendientes, hay alerta gris en todo el estado, eso quiere decir que hay que estar pendientes nada más de la lluvia o del viento del norte y, obviamente, el gobernador está al tanto de todo”, alcanzó a decir antes de desaparecer del mapa político.

Pero, no. Para el día siguiente, las lluvias del Frente Frío número 6 habían dejado afectaciones en 21 municipios, 11 de ellos en el sur. Las imágenes y videos de las inundaciones desastrosas en ciudades y comunidades de la región de Los Tuxtlas y sur del estado eran alarmantes y, mientras tanto, Protección Civil anunciaba que se haría la declaratoria para aquellos municipios que lograran reunir los requisitos, como la evaluación de daños preliminares, y mandaran las fotos geo referenciadas.

Pero de ayuda del gobierno yunista, absolutamente nada. Como fueron pudiendo, y también con ominosa lentitud, algunos ayuntamientos instalaron algunos refugios para cientos de pobladores que ya tenían el agua hasta la cintura, aunque la mayoría tuvo que acudir a pedir auxilio a familiares cuyas viviendas no habían sido afectadas por el temporal.

Con sobrado optimismo, la SPC señaló que las lluvias disminuirían en las horas por seguir y consideró que disminuiría el riesgo de otros desbordamientos. Nada que ver. La situación se hizo más compleja, más angustiante para miles de familias en municipios sureños y de la Cuenca del Papaloapan, al grado de que el domingo y lunes se cortó la circulación en la autopista La Tinaja-Coatzacoalcos, por el desbordamiento del río Papaloapan, y se abrió un nuevo frente de desgracia en el norte del estado, en particular por el desbordamiento del río Pánuco.

¿Y don Miguel Ángel? Bien, gracias, prefirió disfrutar su fin de semana y hasta apenas este lunes, al promediar la mañana, realizó la segunda reunión del Comité Estatal de Emergencias, donde anunció que solicitará la Declaratoria de Desastre para la entidad, donde 52 municipios fueron afectados.

Ya habían pasado siete días desde que se realizó la primera reunión de dicho comité, celebrada el 15, cuando se emitió la Alerta Gris y se solicitara 38 declaratorias de emergencia. En el ínterin, según informó el propio Yunes este lunes, se registraban 34 mil 591 viviendas con alguna afectación, en las que viven aproximadamente 150 mil personas, en 155 colonias y 400 comunidades; hay reporte de 21 deslaves, 42 vías de comunicación con algún tipo de daño, y 32 escuelas en 12 municipios, además de que se ha evacuado (principalmente por intervención del Ejército y ayuntamientos, no de su gobierno) a cerca de dos mil personas.

Todo ello muestra la gravedad de los daños y la inexistencia de gobernador y gobierno en Veracruz.

Un xalapeño en altamar

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador anunció que nombrará al almirante José Rafael Ojeda Durán como próximo Secretario de Marina.  “Es el oficial de mayor antigüedad y prestigio en la Armada de México”, señaló en su cuenta de Twitter.

Ojeda Durán, quien actualmente es Inspector y Contralor General de Marina, nació el 3 de febrero de 1954, en Xalapa, e ingresó a la Heroica Escuela Naval Militar el 9 de enero de 1969, egresando cinco años después como Guardiamarina.

Ha sido comandante de los buques guardacostas «Llave», draga «Colón», patrulla oceánica «Guillermo Prieto» y del buque escolta «Morelos»; así como de la sexta flotilla, del sector naval de Los Cabos, séptima zona naval, octava región naval, cuarta región naval y fuerza naval del Pacífico.

De acuerdo con la Marina, “se ha hecho merecedor de las Condecoraciones de Perseverancia de Sexta a Primera Clase por haber cumplido de 10 a 35 años en el servicio activo de la Armada de México, así como de Perseverancia excepcional de tercera y segunda clase, por 40 y 45 años de servicio, respectivamente”.

López Obrador se reunirá con Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, para dar a conocer quién será el próximo titular de la Sedena.

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