El fin de semana leí con preocupación una publicación de un joven abogado recién egresado de la UV, aunque con estudios de posgrado pendientes, que tuvo la alegría de encontrarse en la USBI con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, vestido informal y sin el consabido ejército de auxiliares, asesores, guardaespaldas, fotógrafos y reporteros que se estila en torno a cualquier gobernante, incluso si no tiene la jerarquía debida.

Johnny Esteves (así firma en su cuenta de Facebook) narra con mucho respeto su encuentro con el mandatario jarocho. Pero pronto, muy pronto, le llega el desencanto de voz del personaje que hace un año le ganó la partida al mismísimo hijo del entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

“Hoy, fue el Gobernador del Estado a la Biblioteca Central de mi alma máter; al verlo, decidí acercarme a él, no solo para pedirle esta fotografía sino para dejarle un mensaje muy claro: le dije que el pueblo tiene mucha esperanza en su gobierno y que era necesario poner el mayor esfuerzo posible, tanto intelectual como moral. Él me preguntó qué es lo que yo estaba haciendo, le respondí que leyendo y preparándome, por si en caso algún día me toca llegar a servirle a mi país, pueda yo hacerlo de la mejor manera posible. Él en tono burlesco contestó:

«No es importante estudiar, no es necesario, mírame a mí».

“Inmediatamente lo refuté, le dije que por supuesto que es importante estudiar, sino difícilmente podrá tener rumbo el Estado”.

Hace rato que el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien tardó más de una década en lograr la única licenciatura que brilla en su palmarés, ha insistido en que los estudios de licenciatura y posgrado solo enseñan a los mexicanos a ser corruptos, por lo que anima a la enorme mayoría a no andar esos caminos.

Si nuestros académicos, científicos o investigadores ostentan títulos logrados en universidades extranjeras, su opinión es aún más negativa: allá les enseñaron a ser transas, a ganarse la vida alegremente con sumas otorgadas o robadas del erario, sea vía becas o subsidios, o mediante la corrupción más descarnada, sin dar oportunidad a argumentar que muchos asnos de la política, sin mayor estudio que el dominio de la lectoescritura, pasean sus riquezas mal habidas sin que nadie les toque ni con el pétalo de una denuncia, y varios sean ahora incluso militantes de Morena.

Es triste que nuestro gobernador vaya a la universidad y le recomiende a los jóvenes que siguen estudiando, dejar el esfuerzo compartido de padres de familia, estudiantes y universidad, solo porque la rueda de la fortuna le permitió a él llegar a la máxima magistratura de Veracruz sin tener capacidad ni estudios suficientes para realizar un papel decoroso.

Johnny continúa:

“No pretendía escuchar que me felicitara, ni mucho menos le fui a pedir algo; solo hice uso de mi derecho humano y constitucional de expresar con plena libertad al Ejecutivo del Estado mi sentir y pensamiento en relación a la situación pública actual.

“Entiendo que en política no hay sorpresas, sino sorprendidos, pero también sé que para muchos veracruzanos este gobierno representa mucha esperanza, la misma que lo llevó a la gubernatura. Me despedí de él dándole la mano, él se quedó callado, me di la vuelta y en cada paso que daba de regreso a mi mesa de lectura, debo expresar que tuve impotencia, tristeza y un sinfín de sentimientos encontrados.

“Hoy, me pasó eso, no el hecho de sentirme mal por lo que me dijo un político, sino al contrario, me obligó a conquistar mi deseo de seguir haciendo lo que hago, leer una y otra vez, prepararme moral y académicamente (…)

“Debo aceptar que fue un momento un tanto lamentable, pero lleno de motivación para seguir en este camino; yo, no sé casi nada, no puedo presumirme un lector voraz y creo en aquellas palabras de la Décima Musa, porque efectivamente no estudio para saber más, sino para ignorar menos”.

Las benditas redes sociales

“Es cierto que hay que ahorrar luz, pero ¿podrían prender las lámparas de Palacio de Gobierno por favor?, se ve muy triste el edificio y caminar por las escaleras de noche un poco de… incertidumbre. Tip: Hay focos led. Gracias @GobiernoVer @CuitláhuacGJ”. Vialidad Xalapa @VialidadXalapa

Iván: el pasado, pesa

Ahora que Iván López Fernández, excontralor duartista y suspirante a la titularidad del ORFIS, se ha asomado a la escena pública con la intención de llegar a ser fiscalizador del Estado, ya también comienzan a recordarse sus historias, como la que en algún momento Tarek Abdalá señaló, identificando a Iván López como el encargado de las cajas de huevo con mil millones de pesos que se debieron entregar al PRI nacional.

Se presume que algo de esa encomienda se le pegó al excontralor pues, de la nada, comenzó a comprar decenas de hectáreas en el municipio de Emiliano Zapata, donde también pretendió ser alcalde.

Por cierto, en lo que parece una venganza, Iván acusó en el amanecer del gobierno estatal panista a Tarek de ser quien encendió la “licuadora” en Sefiplan y pagó a las empresas fantasmas, aunque la vox populi refiere al excontralor como el creador de ambas figuras siniestras: la licuadora y las empresas fantasmas.

Como sea, algo no va bien en la personalidad de Iván, el exfuncionario duartista, pues se le identifica como muy proclive a la traición ¿Será esa la causa que le ha deparado siempre un mal destino en sus proyectos?

Por lo pronto, se ha impuesto una nueva aventura que le provocará sin duda, enfrentarse con lo más complicado que tiene, su pasado.

Las benditas redes sociales

“Controlar la narrativa parece más importante para el gobierno que controlar la violencia. Hoy no se presentó un nuevo cuerpo de seguridad; se presentó a un conjunto de militares y policías con el mismo entrenamiento que antes. Eso sí, con la imagen de Cuauhtémoc como símbolo”. Esteban Illades @esteban_is

Lorena Piñón, su enésima derrota

No sé qué es lo más certero, si la máxima “quien traiciona una vez, traiciona dos veces”, o la conseja “del plato a la boca se cae la sopa” o el refrán “al que obra mal se le pudre el tamal”, para descifrar la suerte de Lorena Piñón Rivera, oriunda de Potrero Nuevo, en el municipio de San Rafael, quien ha fracasado por enésima ocasión, aunque ahora antes de comenzar la contienda.

A la exdelegada de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Xalapa, el pasado la ha pasado factura, justo ahora que pretendía participar (que no ganar, pues estaba a años luz de lograrlo) por la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, frente a dos trabucos: el exgobernador de Campeche, Alejandro Moreno, y la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, a quien acusó de ser la culpable de su caída cuando ya tenía registro como candidata.

Y es que siempre habrá quien husmee en la maldita hemeroteca para traer al presente errorcillos del pasado. El viernes 28, la Comisión Nacional de Justicia Partidaria (CNJP) instruyó cancelar la candidatura de Lorena Piñón “en virtud de haber aceptado ser postulada como candidata del Partido Acción Nacional (PAN) en el proceso electoral 2015-2016 para la elección del Congreso de Veracruz”; además, informó que la resolución “es consecuencia de dos procedimientos interpuestos por militantes, en fecha previa a la expedición de la convocatoria para la renovación de la dirigencia nacional”.

La misma resolución señala que, si bien no alcanzó la postulación, Piñón Rivera sí solicitó la candidatura del Partido Acción Nacional e incluso participó en los actos de ese partido para garantizar su presencia en la boleta y, por ende, en el proceso electoral”.

La salida de Piñón generó incluso una confrontación entre los dos contendientes por la presidencia nacional priista. El gobernador de Campeche con licencia aseguró que se trató de una decisión cupular para beneficiar a la exgobernadora de Yucatán, quien a su vez reviró que a quien realmente respalda la cúpula priista es a Moreno, acusado de pactar con el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el expresidente Enrique Peña Nieto y con los gobernadores.

Con el cese a Lorena Piñón, las únicas fórmulas que buscarán la dirigencia nacional del PRI son las conformadas por Ivonne Ortega y José Alfaro, y la de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano.

¿Pero qué ha marcado la trayectoria política de Lorena Piñón? La traición y la ambición desmedida. En 2013, cuando la candidatura priista a la alcaldía de San Rafael recayó en Felipe Romagnoli Capitaine, Lorena estalló en cólera. De inmediato, trabajó con la oposición perredista, que postuló a Héctor Lagunes Reyes, e hizo todo lo que le permitió su escaso capital político para hacer tropezar a su partido. Y lo lograron.

Para su desgracia, Héctor Lagunes trabajó en toda su administración para catapultar a su hijo Daniel Lagunes Marín, quien en 2017 logró la candidatura PAN-PRD y con todo el presupuesto municipal a su favor, obtuvo el triunfo, dejando en la senda a Lorena Piñón, quien compitió por el PRI-Verde. Con ello, dejó abierto el camino para que una sola familia se sostenga en el poder municipal por más de una década, pues ya se alista para participar en 2021 Carmen Marín Martínez, madre del actual y esposa del previo.

Lorena Piñón Rivera anunció que acudirá a las instancias competentes para apelar la decisión que la deja fuera, pero difícilmente mejorará su suerte política. Si las cosas se escarban más, y Lorena no logra demostrar que son falsas las acusaciones, corre también el riesgo de perder su militancia, con lo que los señalamientos que hizo en contra del ahora expriista José Narro Robles, por no haber hecho muchas contribuciones al partido (más allá de haber sido un reconocido funcionario público y exrector de la UNAM), seguramente se los podrán recordar.

¡Ese maldito karma!

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