Día de recortes de expectativas de crecimiento para México. Desde Nueva York, Goldman Sachs (GS) bajó su pronóstico para la economía y la dejó en 1%, esto es 4 décimas de punto debajo de su previsión anterior, que estaba en 1.4 por ciento.

Con este ajuste suman cuatro los que realiza el banco de inversión a su expectativa de crecimiento para México desde que inició la administración actual, y queda lejos el pronóstico de 2.8% que todavía anticiparon en noviembre del 2018 para el que sería el primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

La ola de recortes a los pronósticos también pasó por las firmas que operan desde México. La calificadora HR Ratings recortó en 0.31 puntos su pronóstico de crecimiento para el 2019 desde 1.16% que tenía, de manera que ahora esperan una expansión de apenas 0.85 por ciento.

Se trata del tercer ajuste desde 1.9% que preveía en diciembre. La decisión del recorte por parte de HR Ratings obedece al reconocimiento de una “tercera contracción consecutiva de la producción industrial en el segundo trimestre que implicaría un impacto negativo en el PIB del periodo abril-junio”.

Advirtieron que el balance de riesgos se encuentra sesgado a la baja.

Desaceleración generalizada

En su actualización semestral de expectativas para América Latina, el economista para la región en Goldman Sachs, Alberto Ramos, detalló que este nuevo recorte incorpora el impacto de la desaceleración generalizada de los sectores productivos y de la demanda interna.

Acota que también incorpora el efecto de la incertidumbre que prevalece entre los inversionistas por la aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá y la relativa a las políticas internas de la administración.

“La aprehensión del mercado con respecto a la dirección de las políticas macro y micro bajo la administración de López Obrador podría tener un efecto visible sobre la actividad al restringir las condiciones del financiamiento interno y hacer que los agentes económicos nacionales sean más defensivos en sus decisiones de gasto e inversión”, explicó.

Destaca que, a pesar de la fortaleza del flujo de remesas, el consumo privado arroja un debilitamiento y anticipa que este contexto sería propicio para tres recortes de tasas de 25 puntos base cada uno por parte del Banco de México, que se presentarían en septiembre, noviembre y diciembre. Así, prevén que el rédito mexicano cerrará el año en 7.50%, una tasa suficientemente competitiva respecto del diferencial que mantendrá con Estados Unidos, consigna.

¿Recesión o no?

En el análisis, divulgado desde Nueva York, el economista de GS admite que hay elementos que apuntan a una contracción de la economía, aunque no acierta a fijarla en el segundo trimestre, lo anterior a pesar de que ya se conoce 60% de los datos económicos que podrían ayudar a una conclusión más certera.

El dato oportuno del PIB al segundo trimestre se divulgará el 31 de julio. De hecho, explica que el flujo del crédito al consumo en el país se ha debilitado de forma importante, lo que limita las expectativas de un repunte en este segmento.

Lo que es muy claro es que la economía presenta una desaceleración generalizada, incluso en la creación del empleo, y que no tendrá capacidad para expandirse más allá de 1% este año.

El Economista/ Yolanda Morales