preincripcio-master-oficialPara  que un gestor cultural -invariablemente de su nacionalidad- pueda lograr forjarse una sólida carrera en cualquier ciudad, debe poseer un arsenal mínimo de ciertas herramientas.

He aquí algunas:

A. UNA FORMACIÓN SÓLIDA

Un gestor cultural es un agente profesional de cambio social; es un experto que integra la visión intelectual de la cultura y las artes con la formación práctica de métodos, técnicas y estrategias para abordar los fenómenos socioculturales, económicos e, incluso, políticos, constantes a toda sociedad.

Debe ser bueno para diagnosticar los problemas, las necesidades o demandas que un grupo social siente con respecto a sus ámbitos del patrimonio, las artes, la creatividad, la cohesión o desarticulación social,  o las aspiraciones de su sociedad. Ante ello desarrollará habilidades para diseñar proyectos culturales bien fundamentados, con objetivos, cronogramas y presupuestos precisos.

El gestor cultural no debe aspirar a ser un apéndice del gobierno, debe desarrollar técnicas para aprovechar las canteras de obtención de recursos como son los programas públicos y las instituciones que podrían interesarse, las empresas que podrían patrocinar, los colegas con quienes convendría trabajar en red o, si aplica, el precio que querría o podría pagar el público por apropiarse del resultado del proyecto o producción.

B. CONOCIMIENTO DE LA HISTORIA DE LA CIUDAD DONDE TRABAJARÁ

Pareciera una exageración exigirle a un gestor cultural que sepa la historia mínima de la ciudad donde se avocará a trabajar por un determinado tiempo, pero no, ello es vital; ni usted ni yo podríamos relacionarnos significativamente con otra persona que tuviera amnesia; necesitamos saber su vida, su personalidad, su visión del mundo, sus valores, sus prácticas, en fin, su universo simbólico. Así ocurre con la ciudad donde usted quiere triunfar: Sería benéfico que se ocupara de apropiarse de su evolución, de la construcción de sus instituciones, de la forja de su identidad, del encumbramiento de sus próceres y lideres, de la interpretación de sus patrimonios material o inmaterial, del estudio de sus comportamientos.

Indague cómo se ve esta ciudad y comunidad a sí misma, qué han dicho de ella, como debería ser valorada incluso. Si lo logra, con ello conseguirá que se le abran las puertas del templo de la creatividad, los proyectos referentes a esa ciudad se multiplicarán y podrá fundamentar cualquier iniciativa con mejor conocimiento de causa. Todo Ayuntamiento y toda sociedad local desean ser valorados, pero también convencidos del rescate de su memoria y justipreciar su pasado, amarán participar orgullosamente de su identidad, seguros de estar poniendo las bases de mejor futuro.

C. CONOCER LAS INSTITUCIONES DE LA CIUDAD

Las instituciones de un estado, de un municipio o de una ciudad son organizaciones acordadas por los ciudadanos y sus autoridades durante el trayecto de su historia compartida, por lo que representan las formas de convivir, expresan el tipo de orden social convenido, sus aspiraciones e incluso sus costumbres.           Así, entonces, se hace indispensable que tenga conocimiento del peso específico de cada institución que determina la dinámica de la ciudad, de su evolución, son el esquema de su tramado y la urdimbre, la representación de sus valores, políticas y recursos. Una ciudad es el reflejo de sus instituciones y viceversa; pueden ser más o menos democráticas o elitistas, corporativas, conservadoras o liberales o, incluso, las hay que han llegado a influir esencialmente en el Ethos (el carácter o personalidad) de una sociedad, como es el caso de la Universidad Veracruzana, y los usos, costumbres y consumos culturales de la comunidad de la ciudad de Xalapa.

Deberemos reflexionar aquí también en fenómenos como las políticas culturales de tales instituciones y sus líneas estratégicas: sus objetivos, metas, programas concretos, para de ahí partir en nuestras acciones a corto y mediano plazo.

Si conoce sus instituciones locales, los tiempos, rituales, costumbres, mecanismos de negociación, protagonistas que las determinan, seguramente sus proyectos siempre serán considerados idóneos, estarán presentados en tiempo y forma, fluirán mejor y usted será considerado ocasionalmente para aportar sus conocimientos y metodologías.

D. MAPEO DE LOS AGENTES Y LÍDERES DE OPINIÓN EN EL ÁMBITO CULTURAL DE LA CIUDAD

Así es como llegamos a la dimensión humana de la ciudad: ella funciona como un sistema, una red de nodos interdependientes, donde cada nodo es una persona, un personaje, un líder de opinión dentro del entorno urbano, alguien que controla un espacio de poder, un contenedor de información, un informante de referencia, en resumen diríamos: un(a) facilitador(a) o aliado(a) en el trabajo de gestión cultural en la ciudad.

                       I.        Los consagrados de la cultura, la educación y las artes

                      II.        Los grupos, colectivos y organizaciones independientes

                    III.        Los artistas emergentes

                   IV.        Los directivos de espacios culturales

                     V.        Los directivos de instituciones

                   VI.        Los funcionarios

                  VII.        Los periodistas culturales y de espectáculos

                 VIII.        Los críticos de arte

                   IX.        Los colegas promotores y gestores con trayectoria y los emergentes

                     X.        Las redes.

E) LOS CAMPOS QUE QUEREMOS Y PODEMOS GESTIONAR

Finalmente, sólo nos queda delimitar los campos que queremos y podemos gestionar para poder enmarcar nuestro trabajo cultural en una ciudad.

Genéricamente estos podrían ser de cuatro tipologías:

  1. La valoración, recuperación e interpretación de patrimonio cultural.
  2. La producción y distribución de las artes desde lo local para el país y el mundo.
  3. El desarrollo de las industrias creativas y culturales del ámbito local.
  4. Las actividades socioculturales o comunitarias que provocarán salud social al propiciar la convivencia, la ocupación de los espacios públicos, materializar la creatividad y las aspiraciones sociales; con ello lograremos elevar la autoestima social, cada vez mayor autogestión de los satisfactores colectivos y  gradualmente mejor calidad de vida.

Por último, no olvidemos que no nos podemos avocar a trabajar todos, ni siquiera muchas líneas de estos aspectos del ámbito cultural, por lo que todas nuestras ganas, vocación y trayectoria en dicha comunidad deberá ser muy enfocada, planeada, ordenada, controlada y evaluada permanentemente.