El triunfo que obtuvo ayer Marlon Ramírez Marín, para apoderarse de la dirigencia estatal del PRI, responde a una maniobra encabezada por Carlos Salinas de Gortari a través del político hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, quienes le entregaron la franquicia de su partido en Veracruz al panista Miguel Ángel Yunes Linares, como parte de un proyecto integral nacional. Con esto, Miguel Ángel Yunes se apodera de una fuerza electoral junto con el PRD, una parte de Acción Nacional, con el apoyo del partido Movimiento Ciudadano, el PES, la asociación política  Vía Veracruzana y los restos del Panal, con los que Yunes operará para seguir debilitando a la Cuarta Transformación, primero buscando recuperar el Congreso local y federal y, de esta manera, estar en condiciones de ganar la gubernatura veracruzana a Morena en el 2024 y tratar de arrebatarle la Presidencia al proyecto de Andrés Manuel López Obrador. El acuerdo entre Osorio Chong y Yunes fue operado por Jorge Carvallo Delfín, quien sirvió de puente, por lo que será Senador de la República; Marlon Ramírez, quien estará como encargado de despacho de la presidencia del PRI con la representación de Yunes Linares, tendrá como recompensa la diputación federal plurinominal, y Anilu Ingram, la pareja de Osorio Chong, quien ha andado muy activa en esta contienda trabajando a favor de Marlon por encargo de su amante, transitará libre por la alcaldía del puerto de Veracruz. Obviamente, Miguel Ángel Yunes Márquez será el candidato para la gubernatura y apoyará el proyecto de Osorio Chong a la Presidencia de la República. El primer paso ya lo dieron, falta que los Yunes sigan contando con la impunidad que les ha brindado el presidente López Obrador, de otra forma, este proyecto tronará cuando entienda AMLO que en Veracruz se está fraguando un plan para su caída, pero está tan ensoberbecido que no oye el ruido del río que viene cargado.