Prefacio.

No sorprende que elementos de la Policía Estatal, la actual, la que está al mando de Jaime Téllez Marié, incurra en el delito de “desaparición forzada”. Apenas a inicios de febrero fue denunciado que Julieta Gómez Güemes, Maricela Sarmiento Villalobos, Julián Antonio León Guzmán y Julio César Hermido Viñas, fueron “levantados” por los elementos de una patrulla en el centro del puerto de Veracruz y no se volvió a saber de ellos. *** Hoy lo que se sabe es que al menos seis elementos de Seguridad Pública, de esa corporación que encabeza Jaime Téllez Marié, habrían sido capturados, señalados de secuestrar, torturar y asesinar al joven Juan Arturo Méndez Alcántara, vecino de la comunidad Cuautlapan municipio de Ixtaczoquitlán, cuyo cuerpo sin vida apareció el pasado viernes, flotando en aguas del río Blanco cerca del municipio de Omealca. *** Arrojado como suele ser contra los delincuentes, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares advirtió que “su gobierno” no permitirá que los policías violenten la Ley. *** Apunta que los elementos detenidos, todos, son de los que les “heredó” Arturo Bermúdez, y que seguían en servicio porque “no podemos llegar y cambiar a cinco mil policías; el proceso de depuración lleva su tiempo”. *** ¿Y entonces? ¿Cómo pretendía “devolver la paz” a los veracruzanos en tan solo seis meses? ¿Nunca consideró –acaso- que necesitaría depurar la corporación policiaca? ¿Sus informantes no le informaron sobre el grado de descomposición que padecía la Secretaría de Educación Pública? *** Algo raro para quien presume estar muy bien informado en materia de seguridad, “su especialidad”.

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El mensaje que les trajo Beatriz Paredes a los priistas veracruzanos fue mucho más fuerte, mucho más duro que el optimista discurso pronunciado el pasado fin de semana.

La exdirigente nacional del PRI fue contundente: “Vamos a hacer ganar a (José Antonio) Meade. Esa es la consigna, esa es la orden, y tenemos la instrucción de hacer lo necesario para conseguirlo. Las elecciones locales nos van a dar la victoria, poco a poco los gobiernos estatales han ido entendiendo que lo mejor para ellos es que gane nuestro candidato. Incluso gobernadores emanados de la alianza PAN-PRD se están sumando a esta cruzada”.

No son, quizá, las palabras exactas, pero diversas fuentes han confirmado que el mensaje va en ese sentido.

“(…) hacer lo necesario para conseguirlo”.

Es una expresión lapidaria, que abre un amplio abanico de posibilidades. ¿Utilizar la maquinaria de la justicia, como en el caso de Ricardo Anaya? ¿Negociar con gobernadores y liderazgos regionales? ¿Ceder gubernaturas a cambio de la Presidencia?

En uno de sus más recientes encuentros, Pepe Yunes encontró molesto a su amigo, el candidato presidencial, quien se quejaba de que poco se estaba haciendo desde el centro para impulsar a los candidatos priistas en los estados. “Ahí tienen a Veracruz. Dejaron solo a Pepe Yunes, él ha tenido que hacer frente a la precampaña con sus medios”, les habría reclamado.

Pepe Yunes es hoy el candidato a la gubernatura porque así se lo pidió su amigo José Antonio Meade. “Ayúdame desde Veracruz. Sé que no son las condiciones ideales, pero eres la mejor carta que podemos presentar y estoy convencido de que habrás de sumarme muchos votos”, le habría dicho el aspirante a la Presidencia para convencerlo de que se lanzara a esta aventura.

Las dudas de Pepe Yunes no se fincaban en el mal momento por el que pasa su partido, sino en el riesgo (que no ha desaparecido) de que se gestara una negociación al más alto nivel, que implicara sacrificar la gubernatura a cambio de preservar la Presidencia.

Hoy para nadie es una novedad que el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, evade a toda costa una confrontación con el Presidente Enrique Peña Nieto, al grado de no salir a defender a “su candidato” Ricardo Anaya, quien ha acudido a los medios para denunciar una ofensiva del aparato del Estado en su contra.

Yunes Linares tampoco se confrontó con Peña Nieto cuando el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, denunció que la Secretaría de Hacienda le estaba escamoteando recursos a los que su estado tenía derecho, como represalia por haber iniciado un proceso penal contra Alejandro Gutiérrez, “operador financiero” de Manlio Fabio Beltrones. Por el contrario, salió a defender la Institución Presidencial y a presumir: “a mí no me deben un peso, han cumplido con todos sus compromisos”.

Esos coqueteos no pasan desapercibidos. Anaya tiene claro que cuando acordó con Miguel Ángel Yunes, lo hizo con alguien a quien se le da muy bien eso de la traición. Anaya lo identificó porque él mismo es de esa calaña.

Lo que une en estos momentos a priistas y panistas (incluidos los partidos satélites que los acompañan) es la convicción de que el enemigo está enfrente, navega con la bandera del populismo y lleva dos décadas haciendo campaña.

Para que gane Meade la Presidencia se tendrán que dar muchas combinaciones, se tendrán que cerrar muchos acuerdos… se tendrán que apuñalar muchas espaldas.

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Epílogo.

¡Qué pronto se embarcó el imberbe servidor público en el pleito de su jefe! Al grito de “los enemigos del gobernador son también los míos”, José Rodrigo Marín Franco, nuevo secretario de Desarrollo Social del Estado, le endilgó a la diputada federal Rocío Nahle, coordinadora de la bancada de Morena en San Lázaro, el mote de “diputada mitotes”. Tan fácil que hubiera sido que el funcionario negara los señalamientos de la legisladora, en el sentido de que se acredita un “desvío de recursos” (de esos que tantos le detectaron a Javier Duarte) con el programa Veracruz Comienza Contigo. Pero no, él quiere demostrarle a su jefe que tomó la mejor decisión al encomendarle la Sedesol estatal y que es capaz de lanzarse como misil contra “El Loco” y sus secuaces. A ver cuánto le dura el gusto. *** El anuncio de la Secretaría de la Función Pública, de que suspendió de su cargo a ocho funcionarios de Pemex, los que presuntamente participaban en el robo de hidrocarburos, es el primer paso del gobierno federal hacia la búsqueda efectiva de los que encabezan el lucrativo e ilegal negocio del “huachicol”. Entre Pemex y Función Pública lograron detectar que varios trabajadores del Sector Ductos Minatitlán integraban una red organizada que manipulaba y alteraba las válvulas con el fin de apoderarse de hidrocarburos. *** Persiste la violencia en Coatzacoalcos. La tarde de este lunes fue asesinado otro “checador” de autobuses de pasajeros, ahora en la colonia Santa Isabel. Cerca de las 5 de la tarde, en la avenida Universidad esquina con Faisanes, se registró el ataque. La víctima fue identificada como Zimrioman González Esteban, a quien le habían amputado una pierna, por lo que usaba muletas para desplazarse. *** ¿Algún otro operativo en puerta para abatir la violencia en el sur? Primero enviaron a un subsecretario de Seguridad Pública, después al mismísimo Secretario. Ya sólo falta que se traslades los Poderes a aquella región.

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