El doctor Ricardo Pedro Palacios Torres, quien goza de prestigio en Coatepec y la zona, llegó a la alcaldía de ese municipio por un accidente. Suplente de Roberto Pérez Moreno “Juanelo”, cuando las circunstancias desfavorecieron al propietario, el ex director del Hospital General de ese lugar asumió el cargo.

Lo que probablemente no sabía Palacios Torres es que Pérez Moreno dejó un ayuntamiento en bancarrota, con débiles finanzas y los pocos recursos, comprometidos.

Han pasado cinco semanas y los problemas brotan por diferentes flancos.

El despido de personal de confianza, por ejemplo, pasó de ser una medida popular y bien aceptada por la población, que ya estaba cansada de la ineficiencia de la gente de Juanelo, a un posible conflicto jurídico, porque no hubo liquidación previa.

Casi al llegar al cargo y después de los cambios en tesorería, secretaría y contraloría municipal (sesión de cabildo del 30 de julio), el nuevo alcalde de Coatepec autorizó el despido de más de medio centenar de trabajadores del ayuntamiento, quienes habían llegado a esos espacios por una concesión del edil que fue desaforado por el Congreso veracruzano el pasado 22 de julio.

Para ese movimiento de personal, quienes quedaron al frente de las áreas responsables en ese ayuntamiento convencieron a los trabajadores de firmar contratos con una duración de siete meses y medio, del primero de enero al 15 de agosto del presente año, fecha en la que les caería la guadaña.

Es un raro periodo contractual, pues los hay por 28 días, por un mes, por tres o seis meses e, incluso, por tiempo indefinido; pero no existe antecedente de contratos por siete meses y medio, como el que firmaron los burócratas del municipio de Coatepec el pasado 12 de agosto, 3 días antes de que fueran echados.

Constructores, otro flanco abierto

Desde ese municipio nos comentan que el adeudo con los constructores que se han encargado de la poca obra pública también se puede convertir en problema.

Nos dicen que con anterioridad fueron contratados trabajos por casi 8 millones de pesos pero que el ayuntamiento carece de solvencia para cubrir. Hay acreedores que recibieron anticipos y terminaron la obra contratada, pero no recibieron el finiquito; hay otros, los peores casos, que dejaron los trabajos a la mitad porque ni siquiera recibieron el pago inicial.

Otros más no recibieron anticipo de obra y, por tanto, decidieron no comenzar.

Están integrados los comités de obra y la contraloría social, cuyos integrantes fueron capacitados por el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), pero los trabajos están paralizados.

En riesgo, fondos federales

Por si fuera poco, existe temor por la posible pérdida de fondos federales tramitados con anterioridad por ese ayuntamiento; es el caso de los 14 millones de pesos que fueron gestionados para la segunda etapa del Sistema Múltiple de Agua Potable, dentro del programa Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Zonas Urbanas (Apazu) de la Comisión Nacional del Agua; los 9.5 millones del Fondo de Pavimentación y Espacios Deportivos (Fopade); sin contar con los 12 millones de pesos del Subsidio para la Seguridad en los Municipios (Subsemun); y los dos millones del Programa de Rescate de Espacios Públicos de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Sedatu.

La enorme deuda

Además de eso, hay una deuda por emisiones bursátiles por un monto superior a un millón 300 mil pesos; hay otra por 8 millones 164 mil que fueron contratados en diciembre de 2008; más un crédito simple de Banobras por 18 millones 775 mil pesos; todo ello, asentado en el Registro de Obligaciones y Empréstitos de Entidades y Municipios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Llama la atención, por otro lado, que las actuales autoridades de Coatepec marcan una diferencia con relación al periodo en que ese ayuntamiento fue encabezado por Juanelo; hablan, incluso, de la “pasada administración”; sin embargo, se trata del mismo periodo constitucional porque los ciudadanos del lugar que acudieron a las urnas el 7 de julio de 2013 votaron por la fórmula priísta que encabezaba Roberto Pérez Moreno y que llevaba como suplente al doctor Ricardo Pedro Palacios, a quien, como dice el clásico, le tocó bailar con la más fea; esto es, gobernar un municipio al borde de la quiebra, con fuertes deudas y con  problemas por todas partes. Veremos si el prestigioso médico cuenta con la capacidad para mantener a flote un barco que hace agua. @luisromero85