Si alguna vez has tenido que trabajar de cara al cliente sabrás lo fastidioso que tiene que ser el mostrarse jovial, sonriente y con una actitud servicial la mayoría del tiempo. Después de todo, no siempre podemos permanecer en un estado anímico 100% agradable. Sin embargo, tener que fingir a menudo una sonrisa es la realidad de muchísimas personas en el mundo. De hecho, por más inofensivo que parezca, esto puede estar relacionado al consumo de alcohol.

Se dice que el simple hecho de sonreír puede ponernos de buen ánimo y mejorar la salud. Sin embargo, un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Penn State y la Universidad de Búfalo señalarían lo malo de esta práctica. En su documento publicado en Journal of Occupational Health Psychology revelan que fingir sonrisas en el trabajo puede aumentar el consumo de alcohol.

A esta conclusión llegaron después de entrevistar a 1.592 trabajadores en Estados Unidos. Obviamente todos tenían algo en común y eran sus trabajos de cara a cara con el cliente. Así, se les preguntó por cuántas veces fingían sonrisas al día y cuánto bebían después del trabajo. Además, cuánto control sentían que tenían en el trabajo y qué tan impulsivos se consideraban.

Efectivamente se encontró una relación entre fingir las sonrisas e ir a beber después del trabajo. Tal parece que el ocultar tanto las emociones durante horas laborales les hace controlar menos los deseos de ingerir alcohol.

El efecto resultó peor en las personas que se consideraban impulsivas. Esto también aplicaba para aquellos que tenían poco control sobre su comportamiento en el trabajo y tenían que recordarles todo el tiempo que debían sonreír. Para ambos resultaba difícil manejar estas emociones fingidas, por lo que al llegar a la casa se perdía cualquier control. Básicamente esto traduce en recurrir más seguido al alcohol.

¿Reconsiderar lo que se le exige a los empleados?

Según el estudio, este efecto es más notorio en trabajadores que ven solo una vez a sus clientes. Este es el caso de, por ejemplo, los cajeros de los supermercados. Además, tiene más incidencia sobre las personas jóvenes.

Ante esto, los expertos advirtieron a los empleadores sobre la necesidad de reconsiderar el comportamiento que se le exige a los empleados. Así lo señaló la psicóloga y autora Alicia Grandey:

«Fingir y suprimir las emociones con los clientes estaba relacionado con beber más allá del estrés del trabajo o sentirse de manera negativa. No fue solo sentirse mal lo que les hace tomar una bebida. En cambio, cuanto más tienen que controlar las emociones negativas en el trabajo, menos pueden controlar su consumo de alcohol después del trabajo».

Así que ya sabes: si tienes un trabajo de este tipo, puede que tu cara se esté viendo como la del meme de Hide the Pain Harold y que estés yendo a beber más de lo normal.

Con información de FayerWayer