En 1594, el papa Gregorio XIII canonizó a Cecilia de Roma y le dio el nombramiento de Patrona de la música por «haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música».

En 1683, la Sociedad Musical de Londres creó el festival Día de Santa Cecilia que hasta la actualidad se celebra anualmente. Para esa primera edición, Henry Purcell compuso la oda Laudate Ceciliam. Posteriormente compuso otras odas dedicadas a la santa: Welcome to all the Pleasures, Raise, raise the voice y Hail, bright Cecilia!

Desde entonces, el 22 de noviembre se celebra el Día de la Música, desde esta columna felicitamos a todos los músicos y festejamos el día con un par de décimas, una dedicada a la música y otra, a la celebración.

Eres luz inconfundible
e innegable oscuridad,
eres honda soledad
y compañía inasible,
eres un imprescindible
calabozo sin salida.
Eres la risa y la herida
del amor y el desamor,
de la dicha y del dolor;
eres, música, la vida.

La música se festeja,
esperemos que este día
haya mucha algarabía
pues la música no deja
que el alma se vuelva vieja
ni en el sueño, ni en vigilia.
Es Día de Santa Cecilia,
vamos juntos, diletantes,
melómanos, musicantes,
a celebrar en familia.

 

 

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