Como en Nueva Orleans, esparciendo su música en las calles, despidiéndose de mano de los peatones, los ciclistas, los que lustran zapatos, los que pregonan; así se fue Enrique Nery, así quería, así lo hizo.

A las once de la mañana, de la glorieta de la Diana Cazadora, partió el cortejo. Sus amigos, sus familiares, sus alumnos, sus escuchas iniciaron el recorrido que, encabezado por la Calacas Jazz Band, avanzó por el Paseo de la Reforma con paso lento y música de duelo.

Enrique Nery fue un músico de cuerpo entero. De sus dedos brotaron bo3 ENRIQUE NERY 1rbotones de notas diversas, plurales, incluyentes, siempre apasionadas.

La música fue su leitmotiv y, sin prejuicios, la ejerció durante más de medio siglo, ya como ejecutante en las orquestas de Dámaso Pérez Prado y de Pablo Beltrán Ruiz, ya como arreglista de José José, Lupita D’Alessio, Eugenia León, Óscar Chávez, Betsy Pecannins, Armando Manzanero; ya participando en grabaciones de Pedro Vargas, Armando Manzanero, Marco Antonio Muñiz;  ya en la dirección musical de Luis Miguel, Monna Bel, Carlos Lico.

3 ENRIQUE NERY 2En el jazz fue una especie de eslabón entre los músicos de los años sesenta y setenta: Víctor Ruiz Pazos, Chilo Morán, Popo Sánchez y todos los integrantes de la vieja guardia, y  los de la siguiente generación: Cristóbal López, Agustín Bernal, Iraida Noriega, Tony Cárdenas, Alejandro Campos y tantos más que lo reconocen como el gran maestro.

En Xalapa, durante el festival Jazz Fest del año 2009, coincidió con uno de los más importantes contrabajistas de la escena jazzística mundial, Rufus Reid, y  con el baterista de Pat Metheny, el mexicano Antonio Sánchez; de manera inopinada, como buenos jazzistas, conformaron un trío que nos regaló una noche memorable.

Buen pianista y  pianista bueno; todos los que estuvieron cerca de él hablan de 3 ENRIQUE NERY 3su bonhomía,  su solidaridad, su entrega sin condición.

Sólo una semana fue cadáver, su vocación de trotamundos no hubiera soportado más. Murió el domingo 23 de febrero y el siguiente domingo, 2 de marzo, se transfiguró en ceniza para devenir cielo y desfiló en una urna que su hija Lilieth abrió en lo alto de la Columna de la Independencia para que, junto al Ángel, iniciara el vuelo.

Entonces comenzó la fiesta, como en Nueva Orleans, la Calacas Jazz Band interpretó dixiland. Y entre música festiva, gritos, cantos, bailes y aplausos fue integrándose al aire que siempre respiró; el de su ciudad, la que le dio la vida, la que le dio la música, la que le dio la muerte.

Y así, transfigurado en partícula de atmósfera para que de él respiren los noctámbulos, los niños, los que lustran el calzado, los que cantan en el baño y también los que no lo hacen, se fue jazzeando, jazzeando la hermosa vida.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=IQ8Zt3ncUiI