En varias ocasiones nos hemos referido a la difícil situación que atraviesan los periodistas veracruzanos; si bien las autoridades –lo mismo estatales que municipales- han querido limitar el conflicto a un asunto económico o de convenios de publicidad, lo cierto es que el entorno para el gremio se ha convertido en peligroso, de censura, y peor aún, de franca animadversión institucional, bajo la falacia de que los medios son los culpables de todo lo malo que pasa.

La última decisión en este sentido la tomó el Organismo Público Local Electoral (OPLE), cuando resolvió que sean periodistas que trabajan en medios de la ciudad de México –eso de llamarlos nacionales no es más que un eufemismo en tiempos del internet-, quienes moderen los debates de los candidatos al gobierno de Veracruz.

No sólo se trata de un acto de discriminación, sino que asumen que en Veracruz no hay periodistas; o tal vez se trata de algo más sencillo: de la revancha de la consejera electoral Tania Vásquez Muñoz, presidenta de la Comisión de Debates del OPLE, quien fue duramente criticada cuando se rehusó a cambiar el formato del evento, bajo el falaz argumento de que los periodistas podrían preguntar de manera intencionada y entonces “las cosas se podrán salir de control”.

De hecho, en el debate entre los candidatos a la Presidencia de la República pasó lo primero y no lo segundo. Y fue precisamente la presión de los medios locales la que logró que el formato fuera modificado y tenga ahora una estructura muy similar a la que presenciamos hace algunas semanas. “Ok. Lo cambiamos, pero sin ustedes”, parece haber sido la consigna de un órgano electoral aburguesado y poco tolerante.

En la decisión también se esconde un prejuicio: los periodistas veracruzanos no tienen imparcialidad, y por tanto, tendrían un desempeño sesgado para favorecer a uno u otro candidato; curiosamente es lo mismo de lo que se acusa al órgano electoral.

Hace más de 30 años que trabajo en el periodismo y me precio de conocer a la mayor parte de los colegas; muchos de ellos son mis amigos. Y puedo decir que sí, que muchos tienen preferencias políticas –lo que es un derecho de cualquier ciudadano-, que han estrechado lazos de amistad con funcionarios, políticos y candidatos –lo que resulta del propio ejercicio periodístico-, y por la misma razón, también sé que sobran perfiles para realizar un extraordinario trabajo como moderadores de un debate.

En Veracruz también hay una generación de jóvenes periodistas que han tomado por asalto las redacciones, que han arriesgado en proyectos novedosos, y que se preparan en México y en el extranjero en las formas más íntegras de ejercer este oficio.

No es un tema de un “localismo empobrecedor” trasladado a la arena de medios; nadie regatea la trayectoria y la capacidad de Alejandro Cacho y Luisa Cantú o de Jaime Guerrero y Guadalupe Contreras –los moderadores designados para los dos debates entre candidatos a Gobernador, respectivamente-, pero su conocimiento del contexto los convertirá, como lo desea el OPLE, en conductores más que en periodistas.

Si el valor del debate presidencial fue precisamente ese: el conocimiento profundo de la situación política nacional y del perfil personal d los candidatos, de quienes siendo moderadores actuaron como verdaderos periodistas. Los votantes fueron quienes salieron ganando.

Con su decisión, el OPLE está perdiendo una oportunidad histórica de lograr varias cosas al mismo tiempo: reivindicar a un gremio acosado y deslegitimado por las autoridades, fomentar una mayor cultura democrática en los propios medios de comunicación, y sobre todo, darle valor al periodismo veracruzano, ese que es reconocido en otras latitudes menos aquí mismo. Pero no se le pueden pedir peras al olmo.

A pesar de este malogrado ensayo, no debemos perder de vista lo importante: el foro es para los candidatos y no para el lucimiento de los periodistas; serán los aspirantes quienes hagan interesante el debate, no importa si las preguntas resultan intrascendentes para que las cosas no se salgan de control. De ellos dependerá –y no de los moderadores- que los votantes tengan una opinión más informada sobre lo que son y representan.

Por eso es una lástima que no se haya considerado a periodistas veracruzanos. Habrá que decirles a los Consejeros electorales de la aldea, que gracias al trabajo de los medios, este país ha ido construyendo instituciones que sirven a la democracia, esas mismos que hoy les dan trabajo y una muy buena paga.

Las del estribo…

  1. Otra vez, posiciones políticas absurdas e irreconciliables han puesto a los xalapeños en medio de la línea de fuego. Ayer conocíamos de un feminicidio más en Casa Blanca, el homicidio de un joven en la Progreso, de más robos y agresiones, mientras el Gobernador y del Presidente Municipal pelean políticamente por algo en lo que deberían estar de acuerdo: la seguridad. ¿Qué sigue?
  2. Ningún duartista ha sido sancionado por Contraloría en esta administración informó ayer el contralor Ramón Figuerola. Hay más de 300 investigaciones abiertas contra ex funcionarios, ninguna tiene sentencia “firme”, pues siguen su curso legal. O sea que ¿lo del agua al agua?