Borges se figuraba el paraíso bajo la especie de una biblioteca. El siglo pasado, tuve la fortuna de habitar en varias ocasiones un paraíso peculiar, era un inmenso salón que albergaba, en dos niveles, no sé exactamente cuántos, pero más de diez millares de volúmenes. Tenía un par de recámaras, baños, una cocina y un comedor, eran espacios adjuntos cuya función era que no fuera necesario salir a la calle para cumplir con las funciones vitales, pero el centro de ese universo era la biblioteca de altas paredes en la que había un par de largas mesas, algunos muebles y un juego de sala muy cómodo en cuyo centro había un globo terráqueo de unos ochenta centímetros de diámetro. Era la última casa de Roberto Bravo Garzón.

El destino me deparó la fortuna de iniciar varios años ahí, llegaba alrededor de la primera hora del año recién nacido y salía a las siete u ocho de la mañana, cuando el sol o la llovizna o la neblina marcaban el toque de retirada. El globo terráqueo era, en realidad, un Caballo de Troya. No estaba colocado con la inclinación del eje de la tierra como es habitual, estaba en posición horizontal, si se tomaba del ecuador, se levantaba media esfera y quedaba al descubierto una buena cantidad de botellas de whisky, ron, tequila, vodka y no recuerdo qué otras sorpresas espirituosas más.

Bajo el cobijo de tantas hojas impresas, copa en mano de lo que se eligiera, los pocos convidados a participar de ese ritual atisbábamos a don Roberto tras su eterna nube de humo y lo oíamos disertar lo mismo sobre La Poética de Aristóteles que sobre alguna ópera, alguna sinfonía, la mitología griega, la obra de algún poeta o alguna novela imprescindible.

Fue uno de esos privilegios que nos definen. Después, por esos vaivenes de la vida que nos llevan de allá para otro allá, dejé de verlo durante muchos años y no volví a tener noticias suyas hasta el 25 de mayo de 2012, el día de su muerte. Pletórico de nostalgia y gratitud fui a su velorio.

Al año siguiente, Citlalli Bravo Reyes, Laura Bravo Reyes, Verónica Herrera García, Raúl Romero Ramírez y Raúl Cortez García (QEPD), formaron la asociación civil Roberto Bravo Garzón, cuyo objetivo es mantener viva la memoria y preservar el legado de tan entrañable personaje. Posteriormente, Martín Blázquez Ojeda, Marbella Lobato Calderón y Maricarmen Luna, se sumaron a la asociación. Desde aquel 2013, año con año realizan un homenaje luctuoso. Para conocer los detalles de la conmemoración de este año, platiqué con Citlalli Bravo, la más joven de sus hijas:

«Este año se cumplen siete años de que Roberto Bravo Garzón se fue de este plano, exactamente al año de su muerte, creamos una asociación que lleva su nombre, no debería haber sido así porque él es un hombre tan importante en el estado de Veracruz y las instituciones en las que se desempeñó como rector o como secretario deberían, en mi humilde opinión, hacer un reconocimiento a su labor, pero no es el caso, parece que no tenemos memoria, y mientras más amnesia padecemos, desafortunadamente, nos tropezamos con los mismos errores y nos volvemos cada vez más ignorantes. La asociación fue creada, justamente, para preservar su memoria, para comunicar su legado, para hacer un poco la labor de Pepe Grillo en los veracruzanos, particularmente en los xalapeños, porque realmente no hay un conocimiento profundo de lo que él hizo y de todo el beneficio que, hasta la fecha, tenemos los veracruzanos por su labor.

«El lema de este año es La importancia de la memoria, creemos que es muy importante porque la memoria nos ayuda a reflexionar sobre la situación de violencia, y demás, en la que estamos inmersos ahora los mexicanos y especialmente los veracruzanos.

«Este año contamos con la gran colaboración de la Facultad de Economía —de la que fue fundador—; la actual directora, la maestra María Ramírez Salazar, nos ha ayudado mucho para que podamos hacer conjuntamente las actividades que hemos planeado.

«Van a comenzar el jueves 23 a las 10:00 de la mañana en la explanada de la Facultad, ahí se le hará un homenaje, habrá palabras de la directora, palabras del maestro Ignacio Silva, que fue su discípulo y colaboró con él en diferentes momentos. También habrá palabras de un alumno destacado de la Facultad de Economía. Posteriormente se hará una ofrenda floral en el busto de él que existe ahí y finalmente habrá la actuación del grupo grupo coral de la licenciatura en canto del Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz, que también fundó él cuando fue secretario de educación.

«A las 12:00 horas de ese mismo jueves, en el salón de usos múltiples que está en el cuarto piso del edificio nuevo —un edificio muy moderno que está junto al edificio antiguo de la Facultad de Economía—, se hará un recorrido por una muestra fotográfica que se llama Roberto Bravo; Apasionado Gestor. Después se presentará un ensayo biográfico a cargo del maestro Martín Blázquez, que es miembro de la asociación y además es el cronista de Coatepec. El doctor Ricardo Corzo comentará el ensayo y Marbella Lobato, que también forma parte de nuestra asociación, hará la presentación y será la moderadora.

«El viernes 24 de mayo a las 12:00 horas, en el aula de los murales de la Facultad de Economía, que es un lugar en donde mi padre todavía colaboró, regresó a sus inicios en los últimos años de su vida laboral y estuvo en este espacio tan hermoso que ahora está totalmente restaurado. En ese espacio, el maestro Rafael Arias Hernández va a dar una conferencia que se llama Gnosis y conciencia universitaria: el legado de Roberto Bravo Garzón. El maestro Rafael es catedrático de la Facultad de Economía e investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana, y fue uno de los discípulos más queridos de mi padre.

«El sábado 25, que es justamente el séptimo aniversario de la muerte de mi padre, a las 17:00 horas, en el auditorio del Instituto Superior de Música, se realizará la conferencia Roberto Bravo Garzón y la consolidación cultural de la Universidad Veracruzana, a cargo del maestro Enrique Salmerón Córdoba, él es catedrático e investigador de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana. Y acabaremos las actividades con un vino de honor, brindando por su descanso y por su recuerdo.

«Esas son las actividades, esperamos que los xalapeños nos acompañen, los que lo conocieron y también los que no, para que se acerquen a este personaje tan importante».

 

 

 

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