El embarazo en niñas menores de edad está ligado con la violencia de género, porque a la hora de tener relaciones sexuales piden que utilicen preservativo, pero el varón se molesta, la cuestiona si tiene otras parejas y la acusa de “loca y fácil”, afirmó la directora del Centro de Servicio Municipales (CESEM) A.C., Patricia Benítez Pérez.

Expuso que el embarazo en adolescentes ha ido en aumento por múltiples factores, porque aun cuando ahora los jóvenes cuentan con acceso a la internet y tener ahí la información para protegerse, no están atendiendo las recomendaciones.

Uno de estos factores «es la violencia de género y aun con la información que tengamos, no se ha movido. El embarazo en adolescencia está íntimamente relacionado con la violencia en el noviazgo, le dice el chico a la chica, por qué quieres que me proteja, entonces andas con otros, cuando no debería de ser un cuestionamiento”.

Benítez Pérez explicó que si la menor de edad requiere protección a la pareja es para no correr riesgo de ningún tipo, como embarazo o Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), sin embargo se enfrenta al cuestionamiento de la pareja.

“Y la chica por no enfrentar ese cuestionamiento, y no ser juzgada por el novio, accede. Eso es violencia en el noviazgo, eso es coacción en el noviazgo, entonces no me quieres, eso es manipulación sutil, es violencia emocional” dijo.

Añadió que la información la tienen las chicas para evitar el embarazo, pero al ser juzgadas por el novio, prefiere acceder a tener relaciones sexuales sin protección.

“Entonces puedo ser muy moderna y puedo tener el celular con redes sociales, acceso a la información, pero como toda mujer, no queremos ser estigmatizadas, no queremos ser juzgadas, exhibidas como una mujer fácil, loca, porque sabemos cómo nos va a esas mujeres señaladas como locas o fáciles, basta que lo diga alguien para que en menos de un día se haga viral y se estigmatice a ella, a su familia” indicó.

Consideró que mientras las instituciones públicas no atiendan las causas estructurales que generan la violencia de género, sólo se dan paliativos y continuarán embarazos en adolescentes que deberían presentarse en una sociedad moderna informada.

Por ello, la sociedad civil juega un papel determinante, porque no basta elaborar programas de prevención desde el escritorio de una oficina, sino que las políticas públicas lleguen a las comunidades.

Explicó que cuando una niña resulta embarazada y estudia la secundaria, no tiene a donde recurrir o una orientación que le indique hacia dónde dirigirse a fin de no truncar su preparación.

“Trabajo en Chiltoyac y en la colonia Revolución y la situación es la misma, las embarazan, la escuela no tiene respuesta para esto, la comunidad no tiene respuesta, estuvimos en un telesecundaria y nos dice el director pues las alumnas nada más dejan de venir y al rato se corre el rujo que fue porque está embarazada y el director maestra o maestra no la buscan, no hay un protocolo para apoyar a adolescentes” finalizó.

AVC/Verónica Huerta