Guerrera y eficaz, Elízabeth Morales camina entre el priismo xalapeño, en los primeros pasos de su busca por un éxito electoral, que algunos le quieren escamotear.

Los querientes se refieren a encuestas en las que la exalcaldesa que ya fue diputada federal se ubica con su partido 15 puntos porcentuales por arriba de su más cercano opositor. Los malquerientes, que nunca faltan y en este caso menos, dicen que no es cierto, que la gente no la quiere, que las encuestas son amañadas.

Lo cierto es que la también expresidenta del PRI estatal no se engaña a sí misma y confiesa que cuenta con una buena aceptación en las colonias populares xalapeñas -ésas donde se asienta el voto duro priista y en las que se ubica el mayor porcentaje de electores del distrito-, pero también que tiene enemigos de cuidado, personajes que por diversos motivos no quieren que vuelva a ocupar una curul en San Lázaro, como lo hizo de 2006 a 2009, cuando fungió como Presidenta de la Comisión del Deporte, seguramente impulsada por su gran amigo y protector Mario Vázquez Raña, a quien ella llora por su reciente pérdida.

Digamos que no goza precisamente de las simpatías de los tres anteriores alcaldes a su mandato, ni tampoco de la del actual. Son cuatro votos que podrían convertirse en más, de no mediar, como se está haciendo, la negociación y el convencimiento que históricamente han hecho que los priistas sean reconocidos por su acatamiento al liderazgo, que ellos llaman institucionalidad.

Por su parte, la otrora conductora del programa Usted no está solo camina las calles populosas, se reúne con la militancia de su partido, platica con mujeres, escucha a los jóvenes… y seguro no se asoma a las redes para no ver mermado su entusiasmo.

Otros ven que el triunfo de Elízabeth el primer domingo de junio no es una utopía, y descansan su razonamiento en que esta vez podría haber hasta 10 candidatos para el distrito de Xalapa, con lo que se atomizaría el voto al grado de que un aspirante podría alzarse con el triunfo apenas con unos 20 mil votos. Y recuérdese que ella ganó la anterior diputación con 70 mil votos, y la alcaldía con cerca de 100 mil.

El PAN con Carlos Luna o Ulises Chama, el PRD probablemente con un militante reputado o sorpresivamente con Karla Vega Yunes, el PT tal vez repitiendo con Hipólito Rodríguez, el Movimiento Ciudadano de Dante con Rosario Quirasco Piña, Pepe Valencia como candidato ciudadano y los abanderados de los demás partidos van a pelearse una votación poco numerosa, porque esa es la tendencia en las elecciones federales intermedias.

Se prevé un abstencionismo cercano al 60% en el distrito X de Xalapa, por lo que esos números podrían favorecer definitivamente a la candidata priista, quien le apuesta a que la recuerden por su carisma popular y por obras bien hechas durante su trienio, como las pavimentaciones de Murillo Vidal (municipal) y de Lázaro Cárdenas (estatal).

La puede pegar…

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