La polémica en torno a las actitudes de nepotismo que se han presentado, como nunca antes, en un nuevo gobierno como el de Cuitláhuac García Jiménez, cada vez aumenta más de tono. Ya no es solo el primo que según la abuela no es pero que los nexos consanguíneos demuestran que sí, lo que circula en medios y en redes sociales; hoy son largas listas de personas que tienen relación familiar directa con Secretarios de Despacho o titulares de dependencias, que fueron contratados en el nuevo gobierno de Morena para ocupar cargos o que llegaron a desplazar a burócratas con muchos años de antigüedad y experiencia, solo por tener una chamba bien pagada. El caso es que mientras no se depure esta lista, mientras no se prescinda de los servicios de quienes sí son familiares, aunque se haya derogado el nepotismo como delito, la falta de honestidad ahí está, nadie puede presumir de honesto si impuso a un pariente cercano en un cargo y menos para que maneje las finanzas de un estado, eso es tráfico de influencias o una inmoralidad, que de eso estamos hasta el copete los veracruzanos. Y decimos que es necesario, por la salud política del proyecto morenista, que se haga una labor de limpieza en este sentido, porque de lo contrario el gobernador Cuitláhuac García tendrá ahí su punto más débil y sus adversarios lo aprovecharán para debilitar su relación con el presidente AMLO poniendo frente a él a periodistas de su cuadra para cuestionar al mandatario sobre el mismo tema, sobre el que ya por cierto emitió una recomendación. El Gobernador debe tomar en cuenta que él forma parte de un proyecto político nacional transexenal, y que si no cumple con los requisitos que exige la 4T y se convierte en una carga para AMLO, su permanencia en el poder se pone en riesgo.