Hace algunos años fuimos testigos de cómo el virus del Zika llegó a Latinoamérica a incomodarle la vida a muchas personas. En ese entonces, se consideró una emergencia sanitaria y las autoridades locales se concentraron en prevenir la aparición de los mosquitos responsables de la enfermedad. Curiosamente, en un futuro el zika podría convertirse en una ficha fundamental para la lucha contra el cáncer.

El virus del Zika podría contrarrestar un tipo específico de cáncer cerebral llamado glioblastoma multiforme (GBM). Para entender esto, revisemos las características de la enfermedad.

Se dice que el gliobastoma multiforme es casi que incurable. De hecho, muy pocos pacientes sobreviven cinco años después de su diagnóstico. La razón es que por más quimioterapia y cirugía que se realice, el tumor con seguridad vuelve a crecer.

Actualmente se sabe que la resistencia del GBM se debe a un tipo de células madre. Estas, conocidas como células madre del glioma, son las que hacen volver a crecer el tumor.

Hasta hace poco parecía imposible poder erradicar la enfermedad debido al trabajo de esas células. Sin embargo, un estudio reciente del Centro Médico de la Universidad de Texas encontró que el zika podría acabar con la capacidad de regeneración del GBM.

¿Posible cura?

¿Recuerdas cuando encontraron la relación entre el zika y la microcefalia en bebés recién nacidos? La explicación de esto es que el virus ataca a las células neuronales del encéfalo de los fetos, evitando su correcto crecimiento.

Según los investigadores, las neuronas de los fetos estarían muy relacionadas con las células madre del GBM. Esto significa que este tipo de cáncer sería débil frente a los efectos del zika. Así lo comprobaron en el laboratorio en varios ensayos.

También se hicieron pruebas en ratones y primates con una vacuna en la que estaba una versión debilitada del zika. En el momento de suministrar el virus al cerebro de los sujetos de pruebas, no hubo desarrollo alguno de la enfermedad ni peligro para el individuo. Acto seguido se probó el desarrollo del GBM, dando como resultado un crecimiento mucho más lento en aquellos que habían recibido la vacuna del zika.

Esto podría generar en un futuro una vacuna o un tratamiento en contra del GBM. No obstante, aún falta un buen tiempo para asegurar que esta no genere efectos dañinos en el cuerpo del ser humano.

De todas formas hay que reconocer que este es un gran paso en la lucha contra el cáncer. El líder de la investigación, Shi Peiyong, tomó esto como un precedente para desarrollar soluciones contra otras enfermedades:

Como virólogo, veo que debemos aprovechar el lado «malo» de los virus. Estos deben tener un papel que jugar en el tratamiento del cáncer».

Con información de FayerWayer