De la realidad

Hay, sobre todo épocas en que la realidad humana, siempre móvil, se acelera, se proyecta, en velocidades vertiginosas.

Nuestra época, es de esta clase, de descensos y caídas, difícilmente un ascenso, que permita mejorar la seguridad social y la economía.

Lo que se eleva es la disparidad monetaria, con las monedas ejes, rectores referenciales; como el dólar y el euro, en el mercado cambiario, dificultando la dinámica de la divisa mexicana, provocando una representación débil de mercado, en las exportaciones e importaciones, debilitando la estructura del sistema productivo. Siendo que los capitales financieros especulan sobre los precios, el salario, el producto y el empleo.

Estos intercambios comerciales, implican la reordenación constante, de la política económica mexicana.

Y es que a las clases económicamente débiles, les impactan estos procesos de manera sustantiva, restringiendo la operatividad financiera y comercial.

Estos efectos sobre la economía interna, deterioran las deficiencias del poder adquisitivo, ampliando aún más la brecha de las diferencias sociales.

Se olvida demasiado. Dóciles a la desigualdad, este país camina ante la riqueza denostada, que ha demostrado constituir un obstáculo al crecimiento económico y social, desencadenando la crisis en que nos encontramos. Un pueblo alienado, sumiso, que no se permite el esfuerzo creativo y la voluntad  dinámica de la autosuficiencia. Acostumbrado como esta, a las dádivas, porque no encuentra la forma del auto sustento. Dañado hasta las entrañas, la gran mayoría, se conduele de un origen estatizado y equívoco, de insuficiencia, que va incrementando su imprecisión, permitiendo que el confusionismo se instale, como elemento desorientador.

Por ahora, de poco sirven las políticas económicas planteadas, en una atmosfera de incertidumbres constantes, sino se integra conscientemente la participación de todos.  De lo contrario, se continuará románticamente en espera, de que el milagro, lo realicen otros, cuando es de consciencia integrarse a la dinámica de desarrollo.

En el discurso político, se ha abusado de la palabra, y por eso se ha caído en el desprestigio.

La palabra, dice José Ortega y Gasset, es un sacramento de muy delicada administración.

En Veracruz se ha dicho y se dice bastante con la palabras, ya ni se diga con las acciones. Muchas de estas palabras en la cavidad oral de los políticos, son invalidadas por la realidad. Sin embargo, este hecho, es un signo del ilusionismo mediático y de quien las profiere. Acostumbrados como se esta, de crear ilusión, ante las necesidades, de quienes pretender alcanzar objetivos y no lo logran, son terreno fértil para el ilusionismo mágico de los “redentores”, quienes buscan alcanzar un escaño y el poder público, llegando a las extremas abstracciones de la individualidad, olvidando, la realidad de los demás.

Dolorosa circunstancia de estos tiempos.

De la ternura y la misericordia

De acuerdo a un comunicado que circuló en la prensa y en redes, el pasado 24 de diciembre con motivo de la Navidad, el señor presbítero José Manuel Suazo Reyes, de la iglesia católica, emitió una larga y sensata reflexión de lo que acontece y lastima a la sociedad, que entre otras cosas menciona: “La ternura y la misericordia de Dios se manifiesta a toda la humanidad por medio de la imagen del “niño Dios”.

“Celebraremos la Navidad en medio de una realidad desafiante y difícil. El tejido social esta lastimado. El año que está concluyendo se ha ido desarrollando entre luces y sombras, lamentablemente por donde quiera hay signos de violencia y miedo que nublan los signos de recuperación”.

“La inseguridad se ha hecho cotidiana y se corre el riesgo de contaminarnos con una mentalidad fatalista que no alcanza a ver la salida en medio de las situaciones que nos afligen”.

“Muchos problemas que hoy están afectando a la sociedad han surgido en nuestras familias porque se ha descuidado la formación en los valores, porque se ha puesto mayor interés en el tener, más que en el ser, y porque en muchos hogares no se vive la fe, muchos problemas sociales de corrupción que hoy lamentamos y que han generado mayor pobreza se deben a la falta de coherencia de la fe en los lugares públicos.”

El señor Suazo profundiza ante una realidad galopante, y va a la parte esencial de una sociedad, que no ha sido atendida, el núcleo de esa sociedad, que es la familia. Ahí los programas de asistencia, llegan precisamente en forma de corrupción, cuando de dádivas sedesoleras se trata, en tiempos de necesidades apremiantes.

Buena parte del azoramiento actual, proviene de la incongruencia Sociedad-Estado, porque se ha confundido, Sociedad con colectividad, y aunque el colectivo conforma una sociedad, tienen diferente profundidad de significado, y de ahí  parten los insensatos ensayos, de una beneficencia  pública que deteriora la voluntad de esa misma sociedad.

La iglesia católica, atenta a los registros sociales; a los signos y síntomas, que van dañado los estados emocionales de los individuos, y que necesitan bálsamo para el alma y una esperanza de vida mejor. Anuncia la espiritualidad tangible en la imagen del “niño Jesús”. Conduce a la fe en estos primeros y últimos días de su nacimiento.  La palabra escrita transmitida por el vocero de la arquidiócesis de Xalapa, observa la necesidad urgente de atender pronto la convivencia social.

De Froylán Flores Cancela

No deja de ser inteligente eludir las grandes preguntas porque en donde la humanidad anda huérfana es en las grandes respuestas.

No se te olvide: la memoria no se llena con olvido. La memoria se llena con memoria…O no es memoria.

No olvides que cuando se advierte que algo se presta a malas interpretaciones, las interpretaciones son correctas.

No sabemos qué pasa con nosotros y se nos queman las habas por saber qué pasa a los otros.

No se ponen aún de acuerdo los historiadores en sí la Malinche fue realmente interprete de Cortés o Cortés malinterpreto el desempeño de funciones de la Señora.

No hay mal que dure cien daños.

Nos cerca el 2018.