Este miércoles, Miguel Ángel Yunes Márquez se registró como precandidato por el Partido de la Revolución Democrática a la gubernatura del estado.

Por la suma de las tres marcas que le abanderan, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, además de lo que representa su nombre y apellido, el ex alcalde de Boca del Río dará una fuerte batalla.

Tiene a su favor el predominio político de Acción Nacional en Veracruz y lo que aporta, sobre todo, el Sol Azteca, que ha resultado un aliado determinante para el panismo veracruzano.

Basta decir que entre los tres partidos que integran la coalición “Por Veracruz al frente”, hubo en la contienda de 2016 cerca de un millón 100 mil votos.

Un año después, en la elección municipal de 2017, PAN, PRD y MC lograron 116 ayuntamientos, que son muchos más que los alcanzados por el PRI-Verde (40); o que la suma de Morena, PT y PES (27).

Pareciera un dato insignificante, pero está muy lejos de serlo; al contrario, las autoridades de más de la mitad de los ayuntamientos veracruzanos tienen alcaldes panistas, perredistas o del Movimiento Ciudadano, lo cual será un factor que juegue a favor de Yunes Márquez, quien no cuenta, como marca propia, con una imagen desgastada o señalada por corrupción. De hecho, el ex alcalde de Boca dejó a ese municipio en una inmejorable condición en cuanto a los niveles de desarrollo.

A propósito, Manuel Granados Covarrubias, dirigente nacional del PRD, estuvo en Xalapa para el registro de Miguel Ángel Yunes; en ese marco, ponderó la madurez de su partido, que en Veracruz llegó al gobierno estatal, gracias a la alianza con Acción Nacional.

El intento por dividir al priismo

El domingo pasado, en la zona de Los Tuxtlas, quedó más que clara la operación del ex tesorero de Javier Duarte y del ex Secretario de Desarrollo Social de la pasada administración estatal, Vicente Benítez González y Jorge Carvallo Delfín, respectivamente, en contra del precandidato a la gubernatura de la coalición “Por un Veracruz mejor”, Pepe Yunes Zorrilla.

Los dos personajes, uno ya vestido de turquesa y otro aún rojo, pero ambos protegidos por el fuero legislativo y sus alianzas azules, buscaron a toda costa boicotear la gira que Pepe Yunes realizó por Santiago Tuxtla, San Andrés y Catemaco, trascendió en los círculos cercanos al propio precandidato.

A pesar de que esos dos personajes del duartismo pusieron nervioso a más de uno, el peroteño salió bien librado, con buena convocatoria y respuesta de la militancia.

La estrategia de Vicente Benítez y Jorge Carvallo, nos dicen, falló y sólo lograron quedar en evidencia frente a todo lo que ya sabemos.

Y lo que ya sabemos es que la justicia en Veracruz es una auténtica paradoja, porque por un lado se tiene en la cárcel a quien es señalado como el saqueador mayor, Javier Duarte de Ochoa, pero por otra parte andan en la calle muchos de quienes han sido mencionados como sus presuntos cómplices.

¿O no cree usted que es paradójico que por un lado se pida que el ex tesorero de Javier Duarte, Antonio Tarek Abdalá, sea desaforado y por otra parte el otro ex tesorero se pasee, libre y sin aparentes problemas, como si nada hubiera pasado?

¿Y qué me dice de que por un lado un ex contralor del Estado, también durante la administración de Javier Duarte se encuentre en proceso legal, preso en el penal de Pacho Viejo y por otra parte, otro ex contralor, Ricardo García Guzmán, aliado de los azules, siga su vida como si nada hubiera pasado?

Usted, lector, juzgue si esto es o no una paradoja política. @luisromero85