La última vez que el periodista Julio Scherer García viajó a Veracruz fue la mañana del domingo 29 de abril de 2012 con motivo del asesinato de la corresponsal de la revista Proceso en esta entidad, Regina Martínez.

Scherer, acompañado de un directivo y un reportero del semanario, llegó al aeropuerto “Heriberto Jara Corona” de la ciudad de Veracruz y de ahí fue trasladado en un vehículo oficial del gobierno del estado hasta la ciudad de Xalapa, donde se reunió en privado con el gobernador Javier Duarte de Ochoa y otros funcionarios estatales, entre ellos el entonces procurador general de Justicia, Felipe Amadeo Flores Espinosa, actual director de Desarrollo Agrario de la SEDATU.

A Scherer le dieron a conocer los resultados que hasta ese momento arrojaban las primeras pesquisas sobre la muerte de su corresponsal, cuyo cuerpo presentaba golpes contusos en la cara y el cuerpo así como señales de estrangulamiento. Se le detalló que alrededor de las 17:40 horas del sábado 27 de abril el Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4) había recibido la llamada telefónica de una vecina que reportó que la casa de la periodista estaba abierta desde temprana hora sin que se percibiera movimiento, y que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública se trasladaron al domicilio de la reportera donde fue hallado su cadáver en el baño de la casa que arrendaba. Le expusieron que en el reporte preliminar no se mencionaba que puertas o ventanas hubiesen sido forzadas, lo que dio pie a la hipótesis de que la periodista habría sido victimada por personas conocidas o de su confianza que solían frecuentarla, versión que la Fiscalía fortalecería después con la detención y procesamiento de Jorge Antonio Hernández, (a) “El Silva”, sentenciado a más de 32 años de prisión, y la orden de aprehensión girada contra el otro presunto coautor del crimen, Jorge Adrián Hernández Domínguez, (a) “El Jarocho”, quien hasta la fecha sigue en calidad de prófugo. El supuesto móvil habría sido el robo de algunos objetos de valor.

–“¡No les creemos!”, cuentan que exclamó Scherer de manera virulenta a la vez que pegó un manotazo sobre la mesa en cuya cabecera estaba el gobernador Javier Duarte rodeado de media docena de colaboradores. El director fundador de Proceso y sus acompañantes rechazaron tajantes esta línea de investigación, a pesar de que ellos tenían información de que su corresponsal ya había sufrido tiempo atrás otro robo en su casa, del cual la Procuraduría General de Justicia del estado no tenía registrada en los últimos seis meses ninguna denuncia formal presentada por la reportera, la cual tampoco denunció en ese mismo periodo haber recibido algún tipo de amenaza.

Indignado, Scherer y sus incondicionales se levantaron y emprendieron de inmediato el retorno a la ciudad de México. El poderoso editor jamás se preocupó por buscar a los adoloridos familiares de su corresponsal y, sobre todo, ofrecerles apoyo económico de su empresa periodística para cubrir los gastos del funeral. Todas las cuentas del servicio funerario de Regina Martínez corrieron a cargo del gobierno del estado a través de la Coordinación General de Comunicación Social.

Esa es la otra cara de esta vaca sagrada del periodismo mexicano, cuya reciente muerte siguen llorando muchos.

Por qué Anilú

La licencia interpuesta en el Congreso local por Anilú Ingram ha despertado críticas en la oposición, que seguramente ve a la ahora ex presidenta de la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura del estado como la probable ganadora de la elección a la diputación federal.

Anilú se registró como precandidata del PRI a la diputación federal por el llamado distrito Veracruz Urbano debido a que las encuestas de su partido la posicionan como la mejor opción para ganar los comicios de junio próximo, ya que es la priista que alcanza el mayor nivel de popularidad, simpatía y confianza del electorado porteño.

La postulación de Ingram no ha sido un capricho sino que fue a propuesta de militantes, directiva priista, además de algunas organizaciones no gubernamentales. Ella ha tenido que dejar la cómoda y privilegiada posición que tenía en el Congreso local para volver a pedir el voto con el compromiso renovado de buscar servirles ahora a sus representados pero desde el Congreso de la Unión.

Y es que durante el primer año que se desempeñó como diputada local Anilú propuso, entre otras acciones, la creación de Juzgados familiares en el estado, la creación de una comisión de seguimiento a los trabajos de rescate del centro histórico de la ciudad de Veracruz, la iniciativa de Ley de Prevención del Delito para el estado, además de la modernización del Código Civil local.

Está claro que el trabajo y la presencia de Ingram en su distrito influyeron en el resultado de las encuestas… es decir, la propia ciudadanía es quien respalda su postulación.