Según cuenta la leyenda, cuando en el año 64 ardía Roma, Nerón tocaba su lira y cantaba el Iliou Persis.

No hay testimonios fehacientes de que esto hubiera sido así, pero la imagen ha calado profundo: mientras el pueblo romano sufría los estragos de una hecatombe, su gobernante sabía –lejos de la desgracia, instalado en Antium– cómo la conflagración multiplicaba las desgracias de sus gobernados sin que le pareciera digno de preocuparse.

Protegidos hasta la insensatez de los riesgos que enfrentamos los mundanos jarochos, del gobernador Javier Duarte de Ochoa para abajo se ha repetido hasta la incredulidad más absoluta la idea de que en Veracruz “no pasa nada”, una frase que el PAN ha usado en sus spots para sacar baza electoral.

Mientras crece el número de mujeres asesinadas sin que se castigue a sus verdugos, desaparecen jóvenes por todos los rumbos del estado, ocurren homicidios hasta en plena luz del día, el robo con violencia se ensaña con los que menos tienen, se mantiene en jauja el negocio del secuestro, se reportan cada día más robos de autos, en fin, se observa un repunte en la incidencia delictiva, se nos quiere hacer creer que “no pasa nada”.

El colmo ocurrió este jueves en Boca del Río.

En el límite entre la ceguera política y el cinismo, entre la mentira y la estulticia, al dirigente estatal del PRI, Alfredo Ferrari Saavedra, le ha parecido correcto afirmar que en Veracruz se respira “un clima de paz y tranquilidad”, pese al asesinato de dirigentes políticos y de ciudadanos.

Paz y tranquilidad, las que él respira, pero no es una percepción que podamos compartir los veracruzanos.

¿Trabajando por lo que más quieres?

Con la leyenda “Trabajando por lo que más quieres” a sus espaldas, Alfredo Ferrari Saavedra negó que exista un clima de inseguridad en los 212 municipios a 17 días de que se celebren los comicios federales.

No le bastó reconocer y lamentar el homicidio del exdirigente municipal del Partido Revolucionario Institucional, su partido, en Tierra Blanca, Luis Manuel Lara Muñoz, quien fuera ejecutado por un grupo de sicarios en la carretera federal Veracruz-Córdoba la jornada previa.

Tampoco, que en la misma fecha hubiera sido ultimado al exalcalde panista de Cuitláhuac, Ambrosio Borbonio Anne, de 43 años, economista de la UV y exdiputado local, asesinado con una brutalidad espeluznante, de ocho balazos calibre 9 milímetros mientras cenaba en un puesto callejero con su madre, testigo del inexplicable sacrificio en que podrían estar involucrados policías municipales.

Tales hechos, en que organizaciones delictivas y agentes policiacos se ceban con dirigentes políticos, no le parecen importantes al dirigente estatal del PRI.

El dirigente estatal del PRI, Alfredo Ferrari Saavedra.
El dirigente estatal del PRI, Alfredo Ferrari Saavedra.

“El Partido Revolucionario Institucional tiene confianza en las instituciones, está garantizado el clima de paz y tranquilidad en Veracruz y nosotros no estamos en la posición de querer encontrar un hecho que sucede, lamentable, en el cual las familias se ven lastimadas y las familias también solidarias con nosotros”.

En el colmo del cinismo, rodeado de los diputados locales Tonatiuh Pola (exlector de noticias en Telever) y Raúl Zarrabal Ferat (quien ha salvado el pellejo tras su corrupto paso por la Secretaría de Comunicaciones, hoy SIOP), el boqueño dirigente priista se dio tiempo para arrear contra el candidato plurinominal panista Miguel Ángel Yunes Linares, de quien dijo que basa su campaña en la diatriba y la denostación.

Se dio el lujo de concluir que lo que los electores veracruzanos no queremos es un lenguaje crítico contra las cosas que están sucediendo en los peores términos.

Duarte vive en un mundo de fantasía

La respuesta del choleño no se hizo esperar. Ayer mismo, Miguel Ángel Yunes Linares aseveró que Veracruz “vive la etapa más negra de su historia”. Y dijo más: que Duarte sigue ausente y que vive en un mundo de fantasía, “sin reconocer que la situación se le ha ido de las manos”.

Yunes Linares, quien ha sido una constante piedra en el zapato para el gobernante veracruzano, dijo que negar la realidad y decir que en Veracruz no pasa nada “es convertirse en cómplice de lo que sucede y ofender la inteligencia de los veracruzanos”.

Aunque no mostró el ejercicio demoscópico al que alude, Yunes dijo que Duarte tiene un rechazo a su gobierno superior al 80 por ciento: “Alguien con ese nivel de desprecio popular no debiera seguir gobernando, si se le puede llamar gobernar a tratar de ocultar la situación, mentirle a los veracruzanos y mantenerse en el cargo sólo para continuar el saqueo de las finanzas públicas”.

Aseveró que en el primer cuatrimestre del año se han cometido 326 homicidios, entre dolosos y culposos, un promedio de más de tres diarios, y se han denunciado 38 secuestros, prácticamente uno cada tercer día. “Todos los indicadores de inseguridad van a la alza y Duarte no deja de insistir en que aquí no pasa nada y pide no politizar la inseguridad, es decir, que no se diga nada, que los ciudadanos no hablemos, que no nos organicemos para exigirle que actúe en contra de los delincuentes”.

Se refirió a los crímenes que cegaron la vida a un dirigente priista y a un exalcalde panista. “Eran  dos personas conocidas en sus comunidades (…) ¿Qué hace Duarte frente a estos hechos y otros similares?, primero tratar de culpar a las víctimas, pretendiendo vincular sus crímenes con problemas personales o intentando desprestigiarlos con señalamientos post-mortem, y después sigue la comedia, detienen a cualquiera -sea o no responsable- y celebran el gran triunfo de la justicia. Sale Duarte entonces con su tradicional y torpe declaración de que en Veracruz el que la hace la paga”.

Por ello, pidió las cabezas no solo de Duarte sino al menos de su Secretario de Seguridad Pública y su Fiscal General. “Que renuncien Bermúdez y Luis Ángel Bravo, el pueblo de Veracruz reconocería que Duarte ha tomado una decisión sensata. No es posible que los mandos de la policía a nivel estatal y en muchos municipios estén en manos de delincuentes, porque son cómplices por acción y omisión de la delincuencia que está lastimando a todos los veracruzanos”.

Dos veracruzanos al COM

El exalcalde xalapeño Carlos Padilla Becerra, famoso por haber solicitado licencia a su cargo tras su confrontación con el exgobernador Agustín Acosta Lagunes, propuso y logró la incorporación como miembros permanentes del Comité Olímpico Mexicano (COM), que él preside, de tres fuertes empresarios, entre ellos, el veracruzano José Antonio Chedraui Eguía, Miguel Alemán Magnani, hijo del exgobernador veracruzano, y Olegario Vázquez Aldir, director del Grupo Empresarial Ángeles.

Estos nuevos miembros, quienes (todo queda en familia) recibieron la bienvenida de Olegario Vázquez Raña, miembro del Comité Olímpico Internacional y presidente de la Federación Internacional de Tiro Deportivo, formarán parte de la nueva Comisión de Innovación y Modernidad, que buscará atraer más recursos para el deporte mexicano.

¿A quién culpar por la tragedia de la guardería ABC?

Este jueves, aquejado de esclerosis múltiple, falleció en la ciudad de México, a la edad de 59 años, Juan Molinar Horcasitas, panista fuertemente ligado al gobierno de Felipe Calderón.

El extitular del IMSS, Juan Molinar Horcasitas. foto: Proceso.
El extitular del IMSS, Juan Molinar Horcasitas. foto: Proceso.

Detrás de la pérdida de una figura política importante, a cuya guardia de honor acudieron, entre otros, los secretarios de Gobernación y de Hacienda y Crédito Pública, Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray, subyace el velo de la tragedia vivida por 49 niños que perecieron en junio de 2009 en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora.

Aunque nunca se le castigó por su responsabilidad en estos hechos que ensombrecieron al país, quien fuera director general del IMSS otorgó durante su gestión (2006-2009) permisos a cientos de centros privados de atención a niños y les otorgó fondos públicos.

Según escribe la periodista Verónica Calderón, en su despacho para el periódico español El País, “el incendio ocurrió el 5 de junio de 2009. Cerca de 150 niños tomaban la siesta. Comenzó el fuego y el centro carecía de detectores de humo o extintores. Las dos salidas de emergencia estaban cerradas. La desesperación de los testigos llegó a tal nivel que un hombre estrelló su camioneta contra uno de los muros de la guardería para rescatar a los niños. Para 49 de ellos fue demasiado tarde, había muerto calcinados o ahogados por el humo. Otros 75 resultaron heridos, doce con graves quemaduras.”

Con su fallecimiento, Molinar Horcasitas se lleva a cuestas una enorme deuda con la sociedad mexicana.

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