Aunque fue engendrada y criada entre notas musicales, Agnès Hélène no supo que ése era su destino hasta que llegó a Xalapa, a donde supuso que venía a estudiar español. Al poco tiempo de estar aquí, sin que se diera cuenta fue arrastrada por el torbellino musical xalapeño y sucumbió a sus encantos. A una década de estar aquí, además de haber participado en proyectos de jazz, de música de los Balcanes y de rock-blues, ha consolidados dos proyectos propios, sus presentaciones en solitario, en las que se desempeña como cantante, compositora y multiinstrumentista, y La Bohème, un trío con el que retoma la música de su tierra para dar su versión personal, con este último, dará un concierto el martes 9 de octubre. De todo esto platique con ella:

«Hay dos momentos en mi vida: mi vida en Francia, donde nací, y mi vida en Xalapa, y en mi vida en Xalapa también hay dos etapas.

«Mi papá es músico pero de otro estilo al que descubrí aquí en Xalapa, con otro enfoque de la música. Con él empecé a tocar, también tomé clases de piano de niña pero nunca nada de solfeo, nada muy teórico, nunca en conservatorios porque la onda de mi papá es que la música es para gozarse, él tocaba en bodas, en fiestas, cosas así, y nunca nos obligó a tocar y menos a ver la música como un estudio; esa onda de estudio la descubrí después en Xalapa, pero empecé con él tocando la trompeta y cantando, es realmente donde me hice cantante y fue una súper escuela, tocábamos donde fuera: en el exterior, en el frío, en el calor, hacíamos tocadas muy largas y cosas así, de mucha calle, pero yo nunca me había concentrado en la idea de estudiar música, no me la creía.

«A mí me gustan mucho los idiomas, el español me latía mucho, tenía facilidades y estudié español en la universidad, eso fue lo que me trajo a México, en la licenciatura hice un intercambio y llegué a Xalapa de casualidad en el 2008. Llegué a estudiar en Humanidades literatura, historia, traducción, cosas así.

«Xalapa fue encuentro maravilloso para mí, aprendí mucho humanamente y quise vivir acá, trabajar para ganar un poco y seguir descubriendo cosas de aquí. Poco a poco me empecé a juntar con músicos, pero los veía muy clavados y yo no me sentía parte de todo eso. Un día, en una clase, Ramiro González, el saxofonista, me dijo hay un grupo de chicas que busca una trompetista, deberías de aventarte. Era el grupo Ejazz, fui a un ensayo pero yo era ‹huesera› y dije sí, claro, quiero tocar con ustedes pero necesito clases. Ahí estaba Gilberto Anell y me dijo si quieres, te doy clases. Él fue, realmente, mi primer maestro de trompeta

«Entré al grupo, la baterista, Paulina Mercado, tenía otro grupo que se llamaba Colectivo Mar Negro, era música balcánica y me invitó. También me metí ahí de trompetista y empezó toda la aventura. De ahí ya entré en el mundo de los músicos y poco a poco me hice cantante, pero donde realmente me hice cantante de proyecto musical que trae su mensaje, canciones originales y una propuesta, fue en Blue Sapiens, una banda de rock-blues que terminó el año antepasado. Éramos Ismael Díaz, Sergio Carrillo en el bajo, Omar González en la guitarra y Josué Chávez en la batería.

«Después, con Gilberto formé un grupo de música popular francesa que se llama La Bohème, en el repertorio tenemos mucho vals mussette, que es el estilo de los bailes populares. Como yo soy de ahí, es música que me late mucho y me gusta, y aunque es difícil, intento romper estereotipos como el de Edith Piaf, que me late mucho también pero yo quiero cantarlas a mi manera, esta música tiene un lenguaje pero a mí me gusta mucho el rock y el blues y me gusta resaltar eso en estas canciones.

«Al principio, en La Bohème tocaron algunos de Blue Sapiens, luego hubo varios cambios de músicos y por un tiempo quedamos Checo (José Antonio Alonso de la Rosa) en el acordeón, Nacho Quinto en el contrabajo y yo en la trompeta y la voz.

«Después hice mi proyecto solista, empecé escribir canciones y a acompañarme, regresé un poco al teclado, voz, trompeta y un pedal de loop para hacer bases rítmicas con la voz.

«Este verano, con La Bohème nos metimos, por primera vez, al estudio a grabar tres sencillos que vamos a presentar el martes 9 de octubre.

«La presentación va a ser muy especial porque entre el transcurso de la grabación y el concierto, nuestro acordeonista años se cambió de rumbo porque se fue estudiar y lo estamos reemplazando con una nueva acordeonista que se llama Carolina Méndez, es integrante de Sambé Son Urbano, un grupo de son cubano en el que es pianista. Ella es del DF y allá estudió acordeón clásico.

«El repertorio está formado por música francesa de entre los años 50 y la actualidad, cuyos autores se inspiraban mucho en el jazz de los 50, en el blues, en la música gitana y también en la música de América Latina, por ejemplo, hay una pieza de Brasil que se llama Berimbau, está Amor de mis amores, pero ambas en su versión francesa de la letra.

«El concierto va a ser el martes 9 de octubre en el teatro J J Herrera a las 8:30 de la noche, espero que mucha gente nos acompañe».



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