Aunque la ley dice que las campañas concluyen el próximo 27 de junio –es decir, en 28 días exactamente-, la realidad es que terminarán un poco antes, cuando la atención del respetable de centre en el inicio del mundial de futbol de Rusia. A partir del jueves 14 de junio, fecha de la inauguración y el primer partido, las elecciones pasarán irremediablemente a un segundo plano en el interés de los mexicanos.

Muchas veces, cuando se debate el tema de la madurez de la democracia mexicana o del creciente interés de los ciudadanos en los asuntos públicos, llegamos a la conclusión seguimos estando en pañales.

Y cito siempre el mismo ejemplo: mientras partidos políticos y candidatos hacen grandes esfuerzos económicos y logísticos para concentrar audiencias de diez o quince mil personas, un grupo de once muchachos, con una precaria formación académica pero con una habilidad especial para el deporte, pueden llegar a reunir hasta cien mil personas en un mismo lugar, quienes además pagan una cantidad muy importante de dinero para verlos.

Generalmente, la respuesta a mi afirmación es la misma: es que ellos sí dan espectáculo. Y en tal sentido, lo que parece una broma parece convertirse en una lamentable verdad: pusieron las elecciones en la misma fecha sólo para distraernos del mundial del futbol.

Así las cosas, en un par de semanas, la selección nacional logrará lo que no han podido los partidos políticos: concentrar la atención de millones de personas sobre el futuro de México. En el primer caso, referido sólo a nuestra efímera participación en el certamen –si pasamos a la segunda ronda, Brasil nos hará los honores-, mientras que en el segundo, nos estamos jugando el futuro del país y la próxima generación. Pero así es el futbol y la política en México.

En un par de semanas ya no prestaremos atención a la última ocurrencia de López Obrador, a los aprietos legales de Ricardo Anaya o al esfuerzo de José Antonio Meade por sacudirse la pesada losa de la corrupción de muchos gobiernos priistas. Lo que realmente nos interesará es saber si el Chícharo no se lesiona o si Oribe Peralta ya recuperó su olfato goleador.

Y esto será posible también porque los programas de deportes desplazarán brutalmente a los noticieros y espacios de análisis. Denisse, Joaquín, Ciro o Alatorre quedarán reducidos a nada frente al Perro Bermúdez, José Ramón Fernández y Martinoli. Lo que ellos digan será verdad nacional durante un mes, y cuando eso pase, muchos se enterarán que ya tenemos presidente electo.

Basta revisar el calendario del mundial, el mismo que desde ahora mismo está determinando la agenda de miles y miles de candidatos que pululan por todo el país. Al menos en el caso de los aspirantes presidenciales, han tenido tiempo de recorrer el país, participar en debates y plantear sus propuestas; pero hay otros, como en el caso de Veracruz, que apenas ayer iniciaron sus campañas y en diez días más muy pocos les prestarán atención. Eso sí, todos van a querer ponerse la verde.

Pero como en cualquier espectáculo, el mundial tendrá sus altas y bajas en sus audiencias; como cada cuatro años, cada que México juegue, el país se suspenderá un par de horas, y dedicará muchas más al lúdico arte de explicar la gloria o la tragedia. Reviviremos ese fanatismo donde un par de goles o atajadas, vuelve a nuestros jugadores candidatos a dirigir los destinos del país.

El primero de julio, día de la jornada electoral, el mundial estará entrando a la segunda ronda. La mayoría de los mexicanos tenemos una alta expectativa de que el tricolor supere la primera etapa y vayamos en contra de Brasil por la hazaña. Si no superamos la fase de grupos, llegaremos a las elecciones con una frustración nacional evidente, y aunque usted no lo crea, tendrá un efecto en el ánimo de los electores.

Serán días críticos. Por ejemplo, México jugará su tercer partido, el decisivo, un día antes del cierre de las campañas. Para el fin domingo de la elección, ya sabremos quién es nuestro rival en turno. Si los momios resultan como se esperan, mientras millones de mexicanos salimos a las urnas a elegir Presidente, Portugal o España estarán disputando encuentro seguramente contra Uruguay.

México haría lo propio apenas al día siguiente en las primeras horas de la mañana, cuando las cifras del resultado electoral aún estén encendidas. Las elecciones y futbol harán que tengamos un inicio de verano verdaderamente sofocante.

Las del estribo…

  1. Y antes de que llegue el fútbol, el gobierno veracruzano nos comparte la novela de Karime Macías y su cuento de hadas en la vecindad con la reina Isabel de Inglaterra. ¿Que se trata de un ardid electoral?, por supuesto; ¿que no se ha recuperado un peso de lo que se llevó? Verdadero. Pero se logró el objetivo: Televisa, Reforma y el Universal ya subieron el tema a sus agendas informativas. Veracruz sigue siendo la nota nacional.
  2. Ayer iniciaron las campañas para los candidatos a diputados locales. Son los últimos que se suben al barco. Los candidatos a la Presidencia, a Gobernador, senadores y diputados federales hace varias semanas que están caminando. Serán las campañas más insípidas y desangeladas de las cinco. Bastará que se suban al tren de los candidatos mayores –Presidente y Gobernador-, lo que les evitará gastar tiempo y dinero inútilmente.