Para Marisol, cantar era igual que respirar, algo tan natural, tan parte de su vida que lo hacía orgánicamente, sin inhibiciones ni titubeos, cuando se enfrentó al gélido juicio de la academia, conoció el pánico escénico.
En esta segunda entrega nos habla de sus pasos y sus tropiezos, de todos los grupos en los que ha cantado, de la gente que ha conocido a través de la música, de aprendizajes y de amores.

Una piedra en el camino

Decidí presentar examen en la Universidad [Veracruzana] para entrar a Música y llamé a mi amigo Ray Morteo para que me ayudara a tocar y a hacer la presentación de mi examen de canto. Me acuerdo que había una lista como de 100, 150 cantantes; nos empezamos a conocer en el área donde esperábamos nuestro turno, ahí repasé la canción Sin la luna, es de Alejandro Filio pero la canta Tania Libertad en el disco Secreto a voces, yo estaba cantando sin ningún temor como lo había hecho toda mi vida y varias chavas me decían qué bonito, Marisol, tú vas a quedar, y un chorro de porras bien padres. Eran chavitas que ya llevaban toda una vida estudiando, algunas eran sopranos profesionales, y yo nunca había estudiado, mi forma de encuentro con la música fue otra.
Total que estuvo impresionante porque cuando por fin llegó mi turno, el ochenta y tantos, entré a la sala donde estaban haciendo las audiciones y vi como a seis maestros con una cara de estar hasta la máuser y viéndome así como: A ver, tú que tienes para darnos. Eso para mí fue horrible: abrir, ver las caras, sentir ese impacto emocional, esa vibra tan intensa y luego darme cuenta, por primera vez en mi vida, que alguien me iba a calificar por algo que para mí había sido igual que respirar. Fue muy raro, muy feo y me dio mi primer pánico escénico de la vida, un pánico escénico que a la fecha me ha costado mucho trabajar, o sea, a la fecha me dan unos nervios impresionantes antes de salir al escenario aunque llevo toda la vida cantando pero empezó en ese momento. Quedé en penúltimo lugar de la lista, fue un trauma, un shock muy fuerte para mí.

Encampanada, como dicen los antiguos

Estando con mi segundo novio conocí a Jugosos Dividendos y me enamoré completamente del grupo. Dije guau, qué música, qué compositor es Rafa Campos, ¿en serio existe alguien aquí en Xalapa que sea tan virtuoso que -para mí- pueda estar al nivel de Silvio Rodríguez?

Jugosos Dividendos
Jugosos Dividendos

Otra vez, como todos los discos que me gustaban desde niña, lo escuchaba una y otra y otra vez, me encantaban las voces preciosísimas de Lizarely, de Messe, de todas ellas y de todos ellos tan talentosos y mi sueño, en algún momento, fue poder estar en ese grupo, no en un grupo así, yo quería estar en ese grupo, en ese y punto.
Fue muy chistoso porque, al poco tiempo de conocerlos, mi hermano se hizo novio de una chica y un día me dijo:
-Oye, el hermano de mi novia está en el grupo de ese disco que escuchas
-¡No, no es cierto, no me digas eso!, es mi compositor preferido, preséntamelo, hermano, preséntamelo
Nosotros tocábamos en un cafecito que estaba en el Corredor Carlos Fuentes, donde ahora hay una pizzería, y mi hermano organizó todo un encuentro, fue con su novia y llevó a Rafa Campos y a Ebert.
En algún momento canté Serena porque esa canción la compusieron Rafa y Ebert. Cuando me senté con ellos me dijeron:

Marisol Mandujano, Rafa Campos
Marisol Mandujano, Rafa Campos

-Es inexplicable, es la primera vez que escuchamos una canción nuestra cantada por otras personas, -no sabían que sus canciones ya las estábamos adoptando todos. Me dijeron que les gustó mucho esa variación, esa otra forma de cantarla, que les gustó mi voz y no sé qué más.
Jugosos Dividendos, al igual que Macuiles, llegó a ser un grupo que era como un laboratorio, como una escuela en la que entraban y salían músicos. En un momento se salió Liza, ya se había salido Messe, y pensaron en hacer una audición, Rafa me propuso y me llamaron.
Hice la audición, quedé y ese fue el inicio, tanto de estar con un grupo a nivel profesional como de una amistad con Rafa que me hizo caminar por muchos lugares de México, visitar muchos escenarios, tener la oportunidad de conocer a muchos músicos, de estar en muchos grupos y empaparme de diferentes géneros, de diferentes seres y de muchas experiencias musicales.

Estrellas de barro
Estrellas de barro

Para mí Rafa es como un maestrote porque en todos esos años que estuvimos juntos en el grupo yo era como su amiga, acompañante, camarada de creación; tuve una orejota muy grande todo ese tiempo porque Rafa habla mucho (risas) y yo era más callada, y era escucharlo y aprender de toda su genialidad, de todo su ingenio, de toda su creatividad, de toda su poesía, y de estar componiendo juntos.
Estuvimos con otro grupo que se llamó Estrellas de barro pero fue muy breve, de hecho solo lo presentamos una vez, se formó con parte de los Aguas, Aguas, parte de Sonex, Violeta zapateando y, bueno, Rafa tenía siempre esa magia de juntar a todos los músicos xalapeños y hacer cosas impactantes.

Llegó la conga

Después de Jugosos estuvimos en el espectáculo Veracruz Afromestizo, el grupo base era Macuiles pero Rafa invitaba a dos personas más y él. Estela Lucio dirigía el espectáculo que era con percusionistas, como ocho bailarinas y bailarines y como 11 músicos, en total éramos como 19 personas, viajamos mucho con ese espectáculo precioso. Ahí conocí a otra persona también muy significativa en mi vida, musicalmente y a nivel emocional, e hicimos un demo de cinco piezas que a mí me encanta, es un disco muy nutritivo, lleno de todas estas personas.

Aerofón
Aerofón

¡Que viva el rock!

De ahí me encontré con otro grupo, Aerofón, un grupo de rock, esto está interesante por la versatilidad con la que me fui manejando en la música. Además ellos dos, Luis y Omar Oliva, fueron y siguen siendo para mí, aunque ya no los vea, como mis hermanos, los lazos que me ha hecho tener la música son impresionantes y son invaluables, no hay forma en que los pueda explicar o describir al menos, y en que los pueda pagar.

El canto divino del Sol

Después, con mi súper amigo Gilberto Anell y con mi hermano mayor, Rubén Mandujano, ya hicimos nuestro propio grupo. Ellos tenía su trío que era Balag trío y como se unieron conmigo pues fue Sol-Balag, balag quiere decir canto divino en sumerio.
Fue algo bien lindo porque ahí empezamos a hacer mi música, mis composiciones. Yo había tenido la oportunidad de tener el apoyo de Rafa Campos en un pequeño laboratorio, una escuelita de composición que tuvimos en El Refugio, el lugar que tenía mi hermano Rubén en el centro, un lugar muy padre con foro, galería, restaurante y todo eso. Ahí Rafa dio un tallercito de composición donde estuvimos muy pocos, más bien era como para mí, mi novio, mi hermano y ya pero eso me ayudó mucho.

Sol-Balag
Sol-Balag

Yo compuse desde antes de conocer a Rafa pero estar en ese taller me ayudó a abrir otros caminos. A los ocho años compuse mi primera canción, si es que a eso se le llama componer (risas), agarré la guitarrita y decía:
Me siento loca, loca
de remate, mate
con mi chiviriri, pom pom
Desde niña jugaba con mis amigas a hacer canciones y las grabábamos, y a los 17 hice mi primera canción de desamor para la primera persona a la que le di un beso, yo pensé que después de ese beso ya íbamos a ser novios y me dijo no, a ver, aguanta, esto así no es, nada más fue un beso; yo lloré como Magdalena y le compuse una canción que se llama Ilusa (risas). Todas mis primeras canciones eran súper ingenuas y cursis y a partir del tallercito con Rafa Campos cambian un poquito, siguen siendo sencillas pero ya no tan soñadoras (risas).
Con Sol-Balag fue la primera vez que pudimos ponerle una música ya más estructurada y un poquitito más compleja gracias a Gil que le hizo algunos arreglos y algunas composiciones a mis canciones. Hicimos un demo con tres canciones, de las cuales ninguna es mía pero empezamos a presentarnos con ese proyecto.
Fue muy bonito porque pude hacer música con mi hermano Rubén y a la fecha es algo que aprecio mucho, poder hacer música con mi hermano es algo bellísimo.

La gozadera y el Gatortuga

He tenido también la fortuna de hacer coros con muchos otros grupos como Son Sur, otro grupo de Rafa. Cantar coros es una de las cosas que más disfruto pero, sobre todo, coros de salsa porque la gozadera es a un nivel mayor (risas), bailas, te diviertes.
Estuvimos también tocando con Gatortuga, un proyecto que hizo Aleph [Castañeda] con Gilberto Anell y Beto Jiménez que fue también por estas ganas de reunirse un ratitio, nada más, entre amigos y poder irnos a Oaxaca aunque nada más nos pagaran los viáticos, o sea, fue un pretexto para salir juntos de vacaciones.
Lo que quiero contarte es que son bien padre todas las experiencias a que me ha llevado la música, y las personas, y todo eso cómo te transforma.

Ejazz

Después estuve con el grupo Ejazz, éramos siete mujeres tocando jazz: Azucena Isabel, Aura y Fuensanta Méndez, Paulina Mercado en la batería, estuvo un rato Perla [Lisset Medina] en el contrabajo y Nayelli Nava.

Ejazz
Ejazz

Cuando Perla estaba en el contrabajo, en el piano estaba Fuensanta, después Fuensanta se fue al contrabajo y Azucena se fue al piano.
Esa etapa de mi vida también fue maravillosa, vivimos en una casa a la que muchos le llamaban La casa roja, otros la llamaban La casa del edén porque decían que había puro ángel ahí, teníamos piropos muy bonitos.
Fue una etapa maravillosa porque me hice más hermana de mis hermanas, hicimos una amistad muy bella y todos los días eran de música, de comer juntas y hacer armonía. Mucha gente dice ¿te cae?, ¿en serio que pueden estar cinco mujeres en una misma casa y no entrar en conflicto? Te lo juro que pueden ser días hermosos y maravillosos con mujeres que hacen música, no había un solo conflicto en esa casa como todo mundo creía. Decían que iba a ser como pelea de gatos y no, para nada, nunca, nunca, éramos las mejores amigas y eran días de tecito, de comida, de plática y de amor, mucho amor.

(CONTINUARÁ)
PRIMERA PARTE: Cantando se alegran los corazones        TERCERA PARTE: Presentación del disco Macuiles




 

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