Al transitar por distintos parques y espacios públicos de la ciudad de Xalapa, se puede apreciar que los contenedores de tráiler que contaban con servicio de internet gratuito se encuentran sin actividad y en mal estado.

Estos espacios fueron parte importante del programa “Xalapa Digital”, el cual fue lanzado por la exalcaldesa Elizabeth Morales en octubre de 2012. Mediante dicho programa se instalaron 30 contenedores de tráiler en puntos estratégicos de la ciudad y se otorgaron alrededor de 240 computadoras con acceso a internet (cada contenedor contaba con 8 de ellas), con el objetivo de “conectar” a los xalapeños y desarrollar sus habilidades digitales. Incluso dentro de algunos de ellos se impartían cursos y talleres relacionados con temas del mundo digital y de la computación. La inversión total para su desarrollo fue de 20 millones de pesos.

Hace poco más de un año, la regidora perredista Luiza Angélica Bernal Velázquez, integrante de la comisión de ciencia y tecnología del ayuntamiento de Xalapa, indicó que se investigaría el problema para conocer más a fondo qué sucedió con el mencionado programa, según reportó en enero de 2018 el medio de comunicación digital “horacero.mx”.

Es de extrañarse que este gran proyecto se encuentre en total abandono, más cuando la brecha digital en un país como México es bastante amplia. Además de contribuir directamente a la alfabetización digital y a la conectividad, los módulos de internet móvil, al ubicarse en parques y espacios públicos también fomentaban la asistencia de ciudadanos a estos y, por ende, la construcción del tejido social.

Este tipo de lugares forman parte de lo que se conoce como infraestructura social: activos y sitios que proveen servicios sociales y comunitarios, los cuales a su vez coadyuvan a que la sociedad interactúe de manera positiva, mediante la realización de actividades físicas, sociales, culturales, deportivas, etc. Otros espacios que forman parte de la infraestructura social, por citar algunos ejemplos, son las bibliotecas (las cuales también están relativamente abandonadas y cuentan con muy pocas actividades programadas y supervisadas), los museos y centros culturales (los cuales por lo regular sí están en buen estado y son más o menos concurridos, aunque sus actividades de marketing, comunicación y promoción dejan mucho que desear) y las canchas públicas y unidades deportivas (bastante deterioradas y sin mantenimiento adecuado, en su mayoría).

Según el último reporte de competitividad global del Foro Económico Mundial, México ocupa el puesto 76 del mundo en cuanto a la adopción de las tecnologías de la información y comunicación. La inmensa mayoría de la población no cuenta con subscripciones a internet móvil y apenas el 60% de los habitantes tiene acceso a internet, ubicándose en la posición 69 del orbe en ese ámbito. Peor aún, las habilidades digitales de los mexicanos se encuentran muy rezagadas, ya que el mismo reporte asegura que en este rubro, México aparece en la posición 87.

Otros índices, como el de progreso social y el de prosperidad asignan calificaciones similares a México. Por tal motivo, es urgente no solo recuperar este programa, sino hacerlo más extenso y que más ciudadanos se vean beneficiados. La cuarta revolución industrial es ya una realidad ineludible y más vale que México se prepare, ya que según el periodista Andrés Oppenheimer, en su libro “Sálvese quien pueda”, los primeros países en sentir los estragos de esta revolución serán aquellos que dependen en exceso de su mano de obra y materias primas y no cuentan con las herramientas tecnológicas ni las habilidades digitales necesarias para aprovechar las oportunidades y enfrentar los retos de dicha revolución, tal como es el caso de nuestro país.