Lo que ocurre en el norte del estado, y particularmente en Poza Rica, es una verdadera tragedia: a los elevados índices de inseguridad y a la violencia desatada desde hace al menos 5 años se suman un grave problema de falta de empleo y una aguda crisis en el sector comercial.

Decenas de negocios, algunos con muchos años, han optado por cerrar sus puertas, debido a los frecuentes recortes de personal en Petróleos Mexicanos, a la pérdida de plazas y a la falta de circulante, que se refleja en una deprimida economía regional.

Todo eso complica aún más el panorama de un municipio, cuyos habitantes se consideran desatendidos por sus gobiernos municipal, estatal y federal; por si fuera poco, la violencia desatada ha generado un escenario similar a una alarma colectiva; la gente del lugar evita salir por las noches, ante la frecuencia de los enfrentamientos entre las bandas que se disputan el territorio o los delincuentes y las fuerzas del orden.

Ante dicha situación de altos índices delictivos y graves problemas de violencia, los negocios de Poza Rica están cerrando sus puertas.

No hay empleo; la oferta de mano de obra rebasa con mucho a los espacios laborales que existen; Pemex ha dejado de contratar a los eventuales; las plazas que dejan los jubilados ya no se asignan a nuevos trabajadores; y las grandes empresas transnacionales que prestan servicios a la petrolera mexicana adelgazan al mínimo sus nóminas.

La plantilla de transitorios en Pemex se redujo en un setenta por ciento.

Por si eso fuera poco, no hay a la vista nuevos proyectos de inversión que contribuyan a reducir el impacto negativo de la crisis petrolera internacional en una economía regional que depende, en gran medida, de dicha actividad.

En ese contexto, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Méxicana se prepara para la renegociación de su contrato colectivo; sin embargo, hasta el propio alcalde de Poza Rica y dirigente de la otrora poderosa Sección 30, Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, ha reconocido que el gremio y las circunstancias no se encuentra en su mejor momento para recuperar los espacios perdidos.

El Instituto Mexicano de Seguro Social ha reportado una pérdida de empleos que podría acumular 18 mil espacios laborales perdidos en toda la zona; en contraparte, en el último bimestre se recuperaron mil 500; sin embargo, se trata de empleos relacionados con la ampliación portuaria de Tuxpan y con los gasoductos Tuxpan-Tula y Texas Tuxpan, cuyas licitaciones fueron ganadas por la empresa  TransCanada-IEnova.

Así las cosas, ese repunte en la generación de empleos en la zona norte no se relaciona en nada con la operación de Petróleos Mexicanos o de las empresas que prestan servicios a esa petrolera en Poza Rica; tiene que ver con el puerto tuxpeño, donde sí existe inversión, desarrollo comercial y ganadero y creación de espacios laborales.

Mientras tanto, en Poza Rica la población sigue enfrentando la falta de espacios laborales, y el cierre de establecimientos comerciales por temas relacionados con la inseguridad, violencia y operación de grupos delincuenciales.

Lo peor es que el recorte de personal en ese lugar no tiene para cuando terminar.

Ocho enfrentamientos en una semana

En temas de violencia, Poza Rica, al igual que toda la Huasteca Alta y la zona sur de Veracruz, enfrenta severos problemas: sólo durante la semana pasada, la prensa local consigna ocho enfrentamientos.

Los medios informativos han consignado cien muertes violentas en Poza Rica, sólo durante el mes de mayo; en tanto que en las primeras tres semanas de junio, la cifra fatal casi llegó a 50.

Ese es, en síntesis, el drama que vive, padece, la población de Poza Rica, que se encuentra en la lista de los municipios más violentos e inseguros de Veracruz; y también en la relación de los que tienen más problemas por la pérdida de empleos y cierre de establecimientos comerciales y empresas.

A río revuelto…

Es de tal magnitud el descontento y la irritación social en este municipio que el partido en el gobierno estatal y federal, el PRI, no ha podido ganar los últimos dos procesos electorales.

En 2015, el candidato del Partido de la Revolución Democrática a la diputación local, Leonardo Amador Rodríguez, ganó la elección sin mayores problemas.

Un año después, en el proceso local que tuvo como jornada el pasado 5 de junio, la alianza PAN-PRD refrendó ese resultado, postulando como abanderado a José Kirsh Sánchez.

Esos resultados, por supuesto, no se hubieran registrado con los mismos márgenes de no ser por cuatro factores fundamentales: la fuerte crisis económica que se resiente en ese lugar; el desempleo cada vez más grave; los alarmantes niveles de inseguridad y violencia; y, sobre todo, el desgaste y el descrédito de los gobiernos priistas en los tres niveles, que han sido rebasados por la dimensión de los problemas del lugar. @luisromero85