“Vale más el barril en el que vivía el Chavo del Ocho que uno de petróleo”: Moviendo a México

Convivir y compartir momentos importantes de la vida política de Veracruz al lado de don Julio Patiño Rodríguez fue, para quien esto escribe, una verdadera distinción.

La mañana de ayer, la vida de uno de los grandes políticos veracruzanos se extinguió: académico, conocedor como pocos de nuestro marco legal, político por los cuatro costados en el sentido de saber usar la política como herramienta de cambio social, ser humano de esos que están en extinción, así era don Julio Patiño Rodríguez, el disciplinado, leal y aferrado a los principios morales y de honradez que toda su vida enarboló y defendió desde la tribuna en la que estuviera.

Sabíamos de él por lo que los medios de comunicación publicaban, pero hicimos contacto cuando llegó con don Fernando Gutiérrez Barrios, formando parte de ese selecto grupo de veracruzanos brillantes que Gutiérrez Barrios eligió e invitó para que lo acompañaran en la empresa que iniciaba para convertirse en gobernador del estado.

Más tarde, don Fernando lo nombró jefe de Asesores y es ahí donde hacemos el primer contacto con don Julio, a través de su secretario particular, Raúl Ramos Vicarte.

Y cuando don Julio es seleccionado para ocupar un escaño en el Senado de la República, nos invita a formar parte de un grupo de entusiastas jóvenes políticos, ávidos de aprender, que trataríamos de llevarlo al Senado junto con su compañero de fórmula, el doctor Alger Urke León Moreno, el suplente de don Julio, el capitán de corbeta Rafael Anaya Jiménez y don Isidro Pulido Reyes, en aquel entonces líder nacional cañero, suplente de Alger.

Fue una campaña no para Senador de la República sino para gobernador de Veracruz, pero las circunstancias cambiaron cuando Julio Patiño, en un acto de lealtad a su primer jefe, el expresidente Luis Echeverría Álvarez, le comentó que sería él quien sustituiría a don Fernando Gutiérrez Barrios cuando éste se incorporara con Carlos Salinas en la Secretaría de Gobernación. Echeverría, en su enloquecida nostalgia de poder, llamó al gobernador de Veracruz para comentar la decisión y hasta ahí llegó don Julio, el sustituto fue Dante Delgado Rannauro.

Patiño Rodríguez hizo un papel brillante como Senador de la República y, más tarde, cuando Patricio Chirinos Calero llegó a la gubernatura de Veracruz, invitó a Patiño a formar parte de su gabinete como Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

Durante su gestión como Presidente del Tribunal Superior de Justicia, se crearon: el Consejo de la Judicatura, el Fondo Auxiliar para la Impartición de Justicia y el Tribunal Estatal de Elecciones como un órgano del Poder Judicial; se constituyó la Comisión Jurisdiccional para Menores Infractores en un órgano especializado en esta materia y formando parte de la estructura del Poder Judicial del Estado; la Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia; se estableció la facultad del Consejo de la Judicatura para proponer a la Legislatura del Estado el nombramiento de magistrados del Poder Judicial, consolidando de esta manera la carrera judicial; se expidió el primer Reglamento Interno del Poder Judicial, se incorporaron los Tribunales de Conciliación y Arbitraje y de lo Contencioso Administrativo al Poder Judicial y se le dio a este último competencia para conocer además de asuntos de naturaleza civil; se integraron los trabajadores y funcionarios de los juzgados municipales a la nómina del Poder Judicial; se ejercitó por primera vez la facultad de iniciativa y diseñó los escudos del Tribunal Superior de Justicia y del Poder Judicial del Estado.

Durante su desempeño como Presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos, se logró que por primera vez se canalizaran recursos económicos del Fondo de Seguridad Pública (Foseg) a las entidades federativas; hizo la solicitud y las gestiones para que México ingresara a la Unión Internacional de Magistrados y a la Federación Latinoamericana de Magistrados; organizó los Congresos Nacionales de Tribunales Superiores de Justicia en Querétaro, Cancún, Monterrey, Morelia y Veracruz; promovió la Primera Reunión de Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia y de Procuradores Generales de Justicia de la República Mexicana; la Primera Reunión de Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia y de Organismos Públicos de Protección y Defensa de los Derechos Humanos; la Primera Reunión Nacional de Coordinadores de Legislaturas Estatales y de Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia con objeto de mejorar la impartición de justicia, y en coordinación con el Consejo de la Judicatura Federal, se organizó el Primer Encuentro de Consejeros de la Judicatura.

Don Julio Patiño ocupó los siguientes cargos:

  • Presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en Veracruz
  • Jefe de asesores del gobernador de Veracruz Fernando Gutiérrez Barrios
  • Secretario del Subcomité Especial de Promoción y Desarrollo de los Asuntos Marítimos y Portuarios del Estado de Veracruz
  • Presidente de la Asociación Nacional de Abogados al Servicio del Estado en la Entidad Veracruzana
  • Oficial Mayor de la Presidencia de la República, con Luis Echeverría Álvarez
  • Coordinador del segundo grupo de trabajo de la Comisión Intersecretarial para la Restauración del Palacio Nacional
  • Director General de Asuntos Jurídicos y de Legislación de la Presidencia de la República
  • Integrante de la Comisión de Inconformidades y Valuación del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit)
  • Director general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobernación
  • Subdirector general de Gobierno en la Secretaría de Gobernación
  • Integrante de la Comisión Consultiva Intersecretarial para la Constitución de Fideicomisos para Inversiones Extranjeras en las Franjas Fronterizas y Litorales del País

Entre otros muchos cargos más, que acumuló a su paso por la administración pública y la vida política.

Adiós a uno de los grandes. Hasta pronto Don Julio Patiño Rodríguez.

Leñero, otra lamentable pérdida

Otra noticia funesta fue la que recibimos ayer sobre el deceso del periodista y escritor Vicente Leñero, quien murió a los 81 años, informó este miércoles 3 de diciembre el semanario Proceso.

Leñero, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, es considerado uno de los autores más importantes de la segunda mitad del siglo XX; un autor que lo mismo ha abordado la novela, el teatro, la crónica, el cuento y el guión cinematográfico, además de ser maestro de varias generaciones de periodistas. Leñero ha escrito en total 20 guiones de cine, una decena de novelas, 14 otras de teatro y tres compilaciones de cuentos. Una de sus principales virtudes, señala el periodista, investigador y crítico Alejandro Toledo, es que no ha construido altares para sí mismo. Observa la vida con ironía y se observa a sí mismo de la misma forma, y en un país de consagraciones súbitas y absurdas, Leñero ha sabido jugar un juego distinto, donde lo que lo sostiene no es su personalidad pública sino su trabajo”.

Descanse en paz el coautor, el otro es Carlos Marín, del libro Periodismo Práctico, un texto obligado en cualquier carrera de periodismo.

La ley del IPE… firme

Señores diputados y pseudolíderes, no se aceleren, la última palabra sobre la reforma a la ley del Instituto de Pensiones del Estado, promovida por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, no está dicha aún. La Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene su punto de vista, pero ante este hay recursos de revisión, amparos y mecanismos legales existentes, que pueden llevar años para que este asunto quede definido.

Extraña que, entre quienes promueven los recursos de inconformidad, haya abogados que hoy lanzan cohetes triunfalistas, desestimando todo un proceso que tendrán que enfrentar para decir que echaron para atrás la mencionada reforma. Y también extraña que haya diputados que sigan esa corriente sin consultar cuando menos a sus asesores, pero, bueno. Lo cierto es que en este tema la última palabra no está dicha.

Reflexión

Por primera vez en 20 años, el presidente de México no estuvo presente ayer en la entrega de los premios nacionales de Ciencias y Artes 2014. Fue el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, quien encabezó el evento, y no Enrique Peña Nieto. Cada vez son más los incultos que se cuelan a las primeras esferas del poder. Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx |formatosiete@nullgmail.com |www.formato7.xom/columnistas