A Antonio Malacara, difusor del jazz, le robé el título de esta columna, en una entrevista para La Jornada le dijo a Jorge Caballero que el jazz es «lo más popular de la música académica y lo más académico de la música popular […], lo mismo sabe a banqueta que a catedral». Fue lo primero que me vino a la mente cuando supe que Dialéctica Popular, el programa recién nacido de Radio Más, se propone la titánica —y acaso esquizofrénica— tarea de demoler esa suerte de muro trumpiano que se ha construido entre esa enigmática cosa que llaman «alta cultura» y esa otra, muchas veces ninguneada, que llaman «cultura popular».
Dialéctica Popular será —ya ha empezado a ser pero irá in crescendo— un desvelo de mitos, una amputación de malformaciones conceptuales, un desbroce de vanidades y vacuidades.
El programa que produce Ileana Quiroz con la asistencia de dos diligentes colaboradores, Alexa Mendoza y Alejandro Velázquez, es conducido por un par de portentos de la razón: Elvira Morgado, representante irrestricta del Quadrivium y Rodolfo Mendoza, embajador plenipotenciario del Trivium.
Al finalizar la segunda emisión —el estreno fue el 28 de febrero, yo fui el jueves 7 de marzo—, pepené en la puerta del estudio a Elvira, a Alexa y a Rodolfo, los privé de su libertad y no los dejé volver a ver el sol hasta que me soltaron toda la sopa del programa. La conversación va del tingo al tango porque yo la conduje así, engolosinado ante tanta sapiencia, me puse a preguntar desordenadamente, pero justamente esa diversidad y ese dinamismo temáticos, dan idea de la esencia del programa.

Elvira

La idea del programa surgió de aquí de Radio Más, Randy [Ramírez Leal, director de Radio Más] le pidió a Ileana [Quiroz] que hiciera un programa en el que se intentara diluir las fronteras que se han marcado, para bien o para mal, entre lo que se considera la alta cultura y la cultura popular, con esa premisa, Ileana integró la idea de hacer un programa un tanto convergente, pero también divergente, de ideologías, de puntos de vista, de formaciones, y pensó en Rodolfo porque, me dijo, sabe todo de las humanidades, y pensó en mí no sé por qué (risas), según ella por mi formación en la ciencia como QFB, neurocientífica y todo eso.

Rodolfo

Cuando lo platicamos con Ileana y con Randy me pareció muy atractivo porque nunca he creído que deba existir esa división entre lo que la gente llama alta cultura y lo que conocemos como cultura popular, me parece una idea muy obtusa, a mí me parece, por ejemplo, que la música es música y la escultura es escultura y la pintura es pintura y la literatura es literatura, no veo barreras, como tampoco veo barreras entre la literatura escrita por hombres y la literatura escrita por mujeres, yo no veo que deba haber una división entre una sinfonía escrita por un hombre o por una mujer, entre la música que hizo Hildegard von Bingen y la música que hizo Mozart.
Lo mismo sucede en cualquier ámbito: lo que haga una mujer en el laboratorio es tan valioso como lo que hace un hombre en un laboratorio, visto así me resultó completamente interesante un programa de esta naturaleza.
Lo primero que pedí es que fuera una mujer con quien yo condujera el programa. Nos propusieron a Elvira y a mí, nos hicieron coincidir en una reunión y creo que hubo click desde el inicio, nos sentaron justamente en esta sala, nos presentaron y dimos el «sí» de inmediato (risas), y nos pusimos a trabajar, como decimos comúnmente, luego luego, quedamos de vernos ese mismo día. Elvira propuso la integración de dos personas que han sido vitales también para el desarrollo de Dialéctica Popular, son Alexa Mendoza —que no es mi pariente, para que no se diga nada de nepotismo ahorita que está tan de moda (risas)— y Alejandro Velázquez.

Elvira

Alexa y Alejandro fueron mis estudiantes en la Facultad de Biología. Antes de venir a platicar formalmente y entrevistarme en conjunto con Rodolfo, Ileana me platicó esta idea por WhatsApp y me dijo que le gustarían ideas frescas y me preguntó si yo podía contactar a alguien, le dije sí, déjame echar una revisada en mi repertorio de estudiantes, y me acordé de estos dos chavos que siempre han sido bastante comprometidos y dinámicos, y leen mucho y saben de muchas cosas. También tuvimos esa idea de incluir chavos porque nosotros ya somos de unas generaciones más arribita (risas) y nos hacía falta el toque millennial. Los invitamos y participaron, desde el arranque del proyecto, en la propuesta de los temas, de los invitados, de cómo abordar los temas, y pues ahí vamos.

Alexa

Es mi primera experiencia en radio y me ha gustado muchísimo. Más que el hecho de estar directamente al aire —que también ha estado padre en las entrevistas hemos tenido—, me gusta mucho justamente la planeación que se da de cómo es que se va a vestir el programa, que la información que se va a decir al aire tiene que ser apropiada, tiene que ser verídica porque es muy importante que el público, popular o no, tenga un acercamiento a esa información para que crezca culturalmente.
Primero planteamos la importancia de los temas de la actualidad que a lo mejor no están siendo tocados como una urgencia, pero sí lo es, y a partir de eso hacemos una investigación de qué es lo importante de mencionar en cada tema.

Elvira

Siempre se ha considerado como ciencia lo que se hace en un laboratorio, se considera como un científico al que tiene una bata y está aislado del mundo haciendo ensayos en un laboratorio, creemos que son personas que quién sabe quiénes son, que son inalcanzables y es importante decir que eso no es así, que la ciencia es un camino de indagación, de generación de conocimiento, que es algo que podemos hacer en el campo, en la calle, en una oficina, que lo podemos hacer, incluso, en el cine. Hablar de ciencia es únicamente la estrategia, el método por el cual se llega a un conocimiento y un científico puede ser tu prima a la que le quitaste de chiquita la pelota y que ahora se dedica a hacer ciencia, a generar conocimiento. También es importante decir que en Xalapa se hace ciencia, que no necesitamos estar en otros países o, incluso, muchos creen que nada más se hace ciencia en la Ciudad de México.
Ahora ya hay un acercamiento del científico a las personas que hacen medicina tradicional, por ejemplo, y están indagando cómo hacen y sistematizando esa serie de pasos, eso sí es hacer ciencia, porque ahora están muy de moda, y sobre todo en redes sociales, los productos dicen «científicamente comprobado» o las notas que dicen: «un estudio dice que viajar te hace más feliz que casarte», «un estudio revela que si tomas mucho café eres un psicópata», pero esos «estudios» no son científicos, la ciencia va más allá de eso, necesita muchas más comprobaciones, mucho más ampliación para decir sí, esto ocurre; también para negar las afirmaciones de algunos gobernantes que niegan la existencia de un cambio climático, la existencia de un VIH, cuando esas cosas sí tienen años de estudio y hay pruebas contundentes de diferentes grupos de investigación, de diferentes formas de investigar que existen.

Rodolfo

San Agustín decía «yo sé lo que es el tiempo, pero si me preguntan por él, no sé qué es», y creo que es y seguirá siendo el gran misterio para la humanidad: hemos querido brincar la barrera del tiempo, hemos querido detener el envejecimiento, hemos querido viajar a través del tiempo. Justamente hay cosas como el tiempo, como la vida, como la muerte que han sido las grandes preguntas del ser humano, cada cosa tiene su tiempo y eso lo dice desde el Eclesiastés hasta la Divina comedia, y las grandes obras de la humanidad han hablado del tiempo.
Uno no lo lee El Quijote de la misma manera a los veinte años que a los cuarenta. Cada uno de nosotros puede tener acceso a lo que quiera si así lo quiere, yo creo que eso es una cuestión muy individual, uno puede decidir qué es lo que quiere, si lo quiere o no lo quiere, yo creo que en la medida de eso, uno puede tener acceso a los clásicos o no tenerlo, así como uno puede decidir qué comer y qué no comer, no hay un libro que se le resista a uno si uno lo quiere y eso va para cualquier tipo de obra de arte, para la pintura misma. ¿Tiene que ver con la educación?, sí, naturalmente, no puedes darle el Decamerón a una persona que no ha tenido ya un acercamiento a otras obras, que no ha tenido, para decirlo en palabras de San Pablo, «primero la leche y después la vianda», es así, Elvira no entró directamente al laboratorio a hacer un tipo de investigación «equis» si antes no tuvo toda una formación y una preparación, y cuando se habla de acercarse a los clásicos, la gente cree: a este niño, a esta jovencita, a este señor le voy a dar a leer a Hesíodo o a Hanff, ¿y ya lo preparaste para leer a Hesíodo? Ese es realmente el punto de la situación, la gente dice ya no se escucha a Beethoven ni a Mozart, ¿qué has hecho para que se escuche a Beethoven y a Mozart? La lectura de los clásicos viene desde ahí no, podemos pedirle a los jóvenes que lean a Martín Luis Guzmán si no lo hemos preparado para que lean a Martín Luis Guzmán, ese es el punto.

Equipo de producción de Dialéctica Popular (Foto: Elvira Morgado)

¿Y la idea del programa es dar la leche?, osa preguntar el del teclado y Rodolfo responde: justamente, por eso es que lo tratamos de hacer de la manera más dúctil, ligera, alivianada posible, y no decimos que lo estamos haciendo desde el segundo programa, para nosotros mismos es una suerte de entrenamiento, estamos en el aprendizaje de un lenguaje mutuo, estamos desarrollando las maneras de comunicarnos entre nosotros.
Estamos en proceso y es a lo que muchas veces nos resistimos los humanos, no queremos los procesos porque ya estamos acostumbrados a teclear algo que queremos inmediato y a la gente ya le resulta abominable el proceso. A mí —y esta es una experiencia muy personal—, la gente se me acerca y me dice ¿qué hago para que mi hijo lea?, ¿por qué sabes de tal asunto?, ¿por qué te gustan los clásicos? Tal vez me gustan porque es un proceso, porque son seis, siete u ocho horas diarias, y porque lo disfruto y me gusta, porque no estoy pensando en saber, porque no me importa saber ni me importa el conocimiento, lo que me gusta es el disfrute, ahorita ya tengo el ansia de llegar a mi casa, prender la cafetera, quitarme el saco, ponerme las pantuflas e irme al sillón para seguirle, no estoy pensando en otra cosa, no es por saber más, por demostrar nada, es el disfrute, pero la gente cree que no hay que pasar por ese proceso, yo veo a los jóvenes que quisieran saberse ya los cuatro tomos completos de Galaxia Gutenberg de Kafka, pero no quieren pasar por el proceso de los cientos de horas que hay que pasar, ese es el punto.

Alexa

Para mi generación, Internet es imprescindible porque es un medio de comunicación directo que nos permite conocer lo que, justamente, queramos conocer, como decía Rodolfo. Tenemos acceso a tantísimas cosas que depende de nosotros poner atención a ciertas cosas en particular, y creo que las redes sociales sí tienen un papel muy importante en dar a conocer contenidos científicos, ambientales, culturales, incluso contenidos políticos, tenemos de todo, también hay memes y cosas que no son particularmente importantes o a las que les podamos sacar tanto provecho para desarrollar un avance en nuestra persona.
Y ha cambiado muchísimo también, sí ha ocurrido un proceso, nosotros no nacimos con esa inmediatez que te da un Smartphone, sí tuvimos un proceso de un acercamiento lento y gradual con el Internet, con la comunicación, con las redes sociales y creo que eso nos ha permitido tener un poquito —al menos eso espero— de crítica al atender esos contenidos.

Rodolfo

En descargo de lo que dije anteriormente, hay que esperar a ver cuál es el proceso que están viviendo los jóvenes, no es que esté descalificando, con lo que acabo de decir, ese concepto, lo que hay que ver es cuál va a ser su manera de leer a los clásicos, porque tampoco creo que se dejen de leer, yo no creo que desaparezca la lectura de todo lo que ya había antes, de toda la literatura clásica, de todo el cine clásico, de toda la pintura y de toda la música, no creo que quede en un puñado de jóvenes solamente que lo estén haciendo; hay que ver cuál es la manera de adaptación de toda esa producción de la humanidad, cuál va a ser la manera de adquirirlo, de poseerlo, en esta generación.

Elvira

El programa va a abordar esos y muchos otros temas de interés actual en un diálogo que permita diluir la frontera que se ha creado entre una cultura considerada como alta y la considerada cultura popular. Para ello, tendremos invitados especialistas, con diferentes enfoques, que discutirán los temas en un lenguaje entendible, o lo más entendible que se pueda, para el auditorio no experto.
Considerando que popular es algo que pertenece a una mayoría, lo no popular o impopular es aquello que pertenece solo a una élite, fue que elegimos el nombre Dialéctica Popular, es un diálogo, una discusión en términos que pertenecen a la mayoría. Dialéctica Popular se trasmite todos los jueves de diez a once de la mañana por las frecuencias de Radio Más y por Internet, esperamos que mucha gente nos escuche y, sobre todo, que participe en el programa.

 

 

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