Todos los días, desde hace años, los medios informativos veracruzanos han consignado la información derivada de hechos de carácter delincuencial; la violencia que se registra en la entidad acapara los reflectores mediáticos, debido a que se trata de noticias de alto impacto.

Los temas de la inseguridad y la violencia tienen mucho eco, incluso más que los relacionados con el contexto político y electoral, y que los problemas sociales que enfrenta Veracruz, como la pobreza y la altísima corrupción gubernamental, por ejemplo.

La actividad delincuencial, por su propia naturaleza, llama mucho la atención; sin embargo, no es el único problema de la entidad veracruzana: seis de cada diez habitantes de la entidad enfrentan rezago, marginación y falta de recursos. Por si fuera poco, es Veracruz uno de los estados que más ha perdido empleos en los últimos años.

El diario El Financiero da conocer este martes un trabajo sobre la creación de plazas laborales en todo el país; establece que entre noviembre de 2012 y septiembre de 2017 en México se afiliaron al Instituto Mexicano del Seguro Social 3 millones 980 mil trabajadores, la cifra más alta en la historia del IMSS.

Casi la mitad de esos nuevos empleos, 1.6 millones, se generaron en la Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León, Guanajuato y Estado de México, aunque en ese renglón también sobresalen las entidades de Querétaro y Quintana Roo.

Lo lamentable es que entre las tres entidades que más han perdido espacios laborales se encuentra Veracruz.

La entidad veracruzana es la segunda en el país donde más se perdieron empleos en los últimos cinco años. 25 mil afiliados veracruzanos al IMSS dejaron de cotizar. Sólo Campeche, que perdió 31 mil plazas, tiene peores números que Veracruz. Tabasco ocupa el tercer lugar entre los estados con mayor pérdida de empleos, con 18 mil puestos. Son tres entidades que resienten, como ninguna, la crisis de la industria petrolera.

De igual manera, este martes, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Inegi, da a conocer el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal durante el segundo trimestre del presente año, un instrumento a sirve para entender la evolución de la economía en las entidades.

En el caso de Veracruz, ese indicador se ubica con una variación de -1.2 por ciento con relación al trimestre anterior, el primero de 2017, y de -1.0 por ciento con relación al mistro trimestre de 2016.

En ese ejercicio estadístico, la entidad veracruzana fue la sexta con los peores números en la actividad económica, superando sólo a Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Campeche y Tabasco.

Por otro lado, en cuanto a la contribución al crecimiento total real del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal, Veracruz fue el cuarto con los peores números.

Sin embargo, no todas las actividades económicas registran malos números: en el sector primario (agricultura, ganadería, pesca y desarrollo forestal), por ejemplo, Veracruz fue el décimo estado que más creció con relación al mismo trimestre del año anterior, con un decoroso 4.5 por ciento.

El problema viene con el sector secundario de la economía (la industria), en el que Veracruz tuvo una reducción de 8.2 por ciento con relación al primer trimestre del año, siendo el tercer estado que menos contribuyó al desarrollo de esas actividades.

Sin considerar la minería petrolera, las actividades secundarias de Veracruz tuvieron una pérdida de 7.9 por ciento.

En el sector terciario (turismo y servicios) no hubo retroceso a comparación con el trimestre anterior, pero Veracruz se ubicó muy por debajo de la media nacional.

Son estadísticas, la del empleo y la relacionada con la actividad económica estatal, que nos dibujan la realidad de una entidad empobrecida, donde si bien existen inversiones, éstas no son suficientes para absorber a la mano de obra que no encuentra un espacio en el mercado laboral. @luisromero85