Sí es importante estudiar, sí es necesario, mírese usted cómo tiene al estado señor gobernador, es la respuesta que tendríamos que dar a Cuitláhuac García.

Hasta ahora, Veracruz nunca había tenido un Gobernador que expresara públicamente su desprecio por la educación; vaya, que no le diera valor siquiera a los estudios que él mismo ha realizado y presumido para justificar su falta de experiencia en la administración pública.

El fin de semana circuló profusamente en redes sociales el relato de un estudiante de Derecho de la Universidad Veracruzana, Johny Estévez y su encuentro con el gobernador del estado:

“Hoy, fue el Gobernador del Estado a la Biblioteca Central de mi alma máter, al verlo, decidí acercarme a él, no solo para pedirle esta fotografía sino para dejarle un mensaje muy claro: le dije que el pueblo tiene mucha esperanza en su gobierno y que era necesario poner el mayor esfuerzo posible, tanto intelectual como moral. Él me preguntó qué es lo que yo estaba haciendo, le respondí que leyendo y preparándome, por si en caso algún día me toca llegar a servirle a mi país, pueda yo hacerlo de la mejor manera posible. Él en tono burlesco contestó: «no es importante estudiar, no es necesario, mírame a mí».

“Inmediatamente lo refuté, le dije que por supuesto que es importante estudiar, sino difícilmente podrá tener rumbo el Estado”, relata el joven estudiante.

Y concluye con su propia reflexión: “Entiendo que en política no hay sorpresas, sino sorprendidos, pero también sé que para muchos veracruzanos este gobierno representa mucha esperanza, la misma que lo llevó a la gubernatura. Me despedí de él dándole la mano, él se quedó callado”.

No fue un desliz del gobernador. Realmente lo piensa. De otra forma no es entendible la designación de un stripper y activista como Secretario de Educación de Veracruz; el problema no es la actividad que haya realizado, sino el perfil profesional para desempeñar el cargo.

Con una carrera universitaria conseguida al vapor, de manera por demás dudosa, ahora se busca reciclar a la SEV como la caja chica del gobierno, agencia de colocaciones de familiares y amigos, además de apropiarse de la fábrica de dinero que significan las cooperativas escolares. Y para eso, en efecto, no es necesario estudiar.

¿Qué dirán de su desafortunada y cínica expresión los otros 80 mil alumnos que asisten a la Universidad Veracruzana o los más de 6 mil académicos que piensan que vale la pena dedicar su vida a la enseñanza? ¿Cuál será la opinión de miles de estudiantes de universidades privadas que gastan grandes sumas de dinero en prepararse y hoy se enteran que eso es innecesario, que mejor le apuesten a la diosa fortuna y al capricho histórico de la política?

Si el gobernador piensa que la educación no es importante ni necesaria, entonces ¿para qué gastar en la formación de más de 2 millones y medio de niños y jóvenes que asisten diariamente a clases en escuelas públicas? ¿Qué hacer con el esfuerzo inútil de más de 137 mil docentes veracruzanos?

Hoy que celebran a rabiar el primer año de la elección que los llevó al poder, la expresión del mandatario veracruzano confirma que su gobierno –y una buena parte de la Cuarta Transformación- se ha convertido en la más pura expresión de la patocracia.

La patocracia -del Griego pathos, “sentimiento, dolor, sufrimiento”; y kratos, “poder, control”- es una forma totalitaria de gobierno en la cual el poder político absoluto está en manos de una élite psicopática, y su efecto sobre la gente es tal, que la sociedad entera está dirigida y motivada por valores puramente patológicos.

Según la ciencia política, una patocracia puede tomar muchas formas y puede insinuarse de forma encubierta como una ideología o un sistema aparentemente justos. De esta manera, puede enmascararse bajo el disfraz de una democracia o teocracia, o bien en forma de regímenes más opresivos.

Entre sus características más relevantes está la supresión del individualismo y la creatividad, lo que explica su desprecio por la educación, el arte y la cultura, frente a la obsesión por el asistencialismo de la masa. Hay un empobrecimiento de los valores artísticos, como lo muestran las políticas emprendidas desde el Conacyt o el Conaculta.

La patocracia es lo mismo que la gansocracia. Ahora todo tiene una explicación. Mañana le seguimos…

Las del estribo…

  1. Es posible que cuando el Gobernador habló de que no era necesario estudiar para ser un gobernante en realidad estaba pensando en el alcalde de Xalapa, lo que entonces sí, le daría la razón absoluta. Hipólito Rodríguez estuvo encerrado por años en un cubículo de investigador para salir a desempeñar el peor papel de presidente municipal de muchos años. En el caso de la capital, sí tiene usted razón, señor Gobernador.
  2. Ayer 200 ciudadanos se reunieron frente a Palacio de Gobierno para protestar contra el Presidente, el Gobernador y otros funcionarios del gobierno morenista. Es respetable su demanda pero, honestamente, no representan oposición alguna. Quienes sí van a sacar a Morena del gobierno serán los propios demonios empoderados de Morena. Ya lo están haciendo al menos en el estado de Veracruz.