Hacia mucho, décadas quizá, que no se alcanzaba una votación unánime en un tema tan espinoso como ahora lo es la creación de la Guardia Nacional. Luego de semanas de debate, este jueves el Senado de la República aprobó con 127 votos a favor, cero votos en contra y ninguna abstención, el proyecto que crea la Guardia Nacional a partir de un mando civil y no militar como lo ha exigido el Presidente López Obrador.

Así, que mientras los senadores de todos los partidos políticos -incluyendo Morena por supuesto- festinaban el histórico acuerdo, el tabasqueño bufaba de furia por haber recibido un duro revés en el Senado por parte de sus propios correligionarios. Al mediodía, luego de conocer la votación unánime, el mandatario federal afirmó que “no me voy a dejar”, y amagó que este viernes explicará las razones de por qué unos y otros votaron en contra de su propuesta de un mando militar y a favor de un mando civil como lo habían propuesto PAN y PRI.

Tirios y troyanos hicieron encabronar al Presidente. La conferencia de este viernes en Palacio Nacional será de pronóstico reservado. Si cumple con su advertencia, Andrés Manuel tendrá que dar 127 explicaciones, incluso sobre los propios senadores morenistas que votaron en su contra. Si le gana la ira, López Obrador se mostrará como hasta ahora había evitado: dispuesto a desafiar y aplastar cualquier oposición a su gobierno, así venga de una mayoría absoluta en el Congreso o de su propio partido.

La fiesta en el Senado empezó desde muy temprano. Sabían que se trataba de una votación histórica, no sólo por la creación de la Guardia Nacional sino por el consenso alcanzado. El buen ánimo se demostró cuando cada uno de los senadores que pasaron a tribuna fijó la postura de su bancada, recibiendo aplausos sin importar que el legislador fuera del PRI, del PAN o de Morena.

El último en hablar fue el morenista Ricardo Monreal, quien agradeció a la oposición el respaldo a la Guardia Nacional; los miembros de todas las bancadas aplaudieron e incluso se pusieron de pie. Hubo ovaciones de la oposición gritando “Sí se pudo, sí se pudo”, mientras Morena coreaba “Es un honor estar con Obrador, es un honor estar con Obrador”. Lo que ha quedado claro es que el Presidente no piensa lo mismo.

De acuerdo con el mandatario, su gobierno «no aceptará leyes» –en este caso, la aprobada ayer por unanimidad en el Senado- que no resuelvan el problema de la inseguridad y la violencia, sobre todo cuando la totalidad de los gobernadores respaldan la propuesta del ejecutivo federal de contar con un mando militar, pero no así los legisladores de oposición. Sin embargo, el Presidente carece de la facultad de veto.

En México la legislación no alude explícitamente al término veto sino al de observaciones del Ejecutivo a los proyectos de ley o decreto que el Congreso le envíe para su promulgación. La Constitución otorga al presidente de la República la facultad de hacer observaciones, las cuales sólo son suspensivas debido a que pueden ser superadas mediante las dos terceras partes del número total de votos de las cámaras del Congreso. Ante esta situación, el Ejecutivo tendrá necesariamente que publicar la ley.

Pero “no me voy a dejar y tampoco me voy a echar para atrás» advirtió ayer el presidente López Obrador. Al puntualizar que «no amenaza, pero sí habla claro», amenazó con “transparentar” ante la opinión pública la manera en que cada legislador haya votado respecto a la iniciativa para crear la Guardia Nacional. Una vez más, la conferencia matutina podría ser el escenario de la lapidación pública de los adversarios del Presidente.

¿Qué ha molestado tanto al Presidente? La decisión de establecer un mando civil. Analistas coinciden en que las características fundamentales de esta nueva corporación se refieren a que será una institución de mando, fuero y naturaleza inequívocamente civiles, un cuerpo de seguridad que aprovecha, para su fundación, la experiencia y las capacidades del personal y los mandos de origen militar, así como de la Policía Federal.

Además, se garantiza que la Guardia de cumplimiento a los compromisos y las recomendaciones de organismos internacionales sobre la participación de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, lo que implica un proyecto que salvaguarda el federalismo y va de la mano con el fortalecimiento de las policías locales, bajo un esquema de corresponsabilidad.

Este viernes podríamos conocer los alcances del verdadero López Obrador que está en la Presidencia de la República.

Las del estribo…

  1. Lo bueno es que ahora los delincuentes nos van a dar la cara, estaban en brechas y montes, ha dicho el Secretario de Seguridad Pública. Entonces, ¿debemos estar tranquilos porque ahora se han venido a la ciudad a cometer asaltos y secuestros a dos cuadras del Palacio de Gobierno? ¿A eso se refiere cuando dice que somos el primer lugar en delitos pero que la prevención y la estrategia sí han funcionado? ¿Quién lo asesora?
  2. Roznidos II. López Obrador ha dicho que purificará las atribuladas conciencias de los organismos autónomos. Manuel Huerta reconoce que el gobernador Cuitláhuac García no asiste a las reuniones de seguridad pero que su espíritu está ahí presente. Quienes apostaban al paraíso celestial morenista, se han encontrado con una secta bastante chafa que hoy nos gobierna en todos lados.