La semana que concluye sea tal vez la mejor de los tres meses de gobierno que hoy cumplen Andrés Manuel López Obrador y Cuitláhuac García. Empiezan a entender que donde hay política el conflicto es menor y es posible alcanzar soluciones tan importantes como la creación de la Guardia Nacional y el Presupuesto estatal respectivamente.

Ante el voto unánime –en el caso de la Guardia Nacional sólo se tuvo un voto en contra en la Cámara de Diputados-, las voces que se oponían a ambos proyectos desaparecieron por arte de magia. Y no porque hayan arriado banderas, sino porque entendieron que el acuerdo mayoritario en las Cámaras los obliga a buscar otras alternativas.

Luego de la resistencia del propio Presidente a una Guardia Nacional con mando civil, López Obrador concedió una victoria política a sus opositores pero ganó para sí la creación de la piedra angular de su estrategia de seguridad pública. En efecto, insistir en el transitorio que obligaba a un mando militar –lo que había sido rechazado incluso por la ONU y otros organismos internacionales- estaba resultando un dique casi infranqueable, hasta que entendió que tiene las facultades para nombrar a quien él decida, sin importar si se trata de un miembro de las fuerzas armadas.

Como se esperaba desde la aprobación unánime en el Senado, la Cámara de Diputados avaló ayer el dictamen de reforma constitucional para la configuración de la Guardia Nacional. El documento fue aprobado con 463 votos a favor y sólo 1 voto en contra. Ahora el dictamen se turnará a los Congresos locales, y para dar paso a su promulgación, el dictamen deberá recibir la aprobación de 17 legislaturas estatales.

Entre los cambios que presenta el dictamen están que la Guardia Nacional tendrá un mando civil y que las Fuerzas Armadas participarían en tareas de seguridad pública por un plazo máximo de cinco años. Además, este cuerpo de seguridad se regiría por una doctrina policial.

El dictamen tampoco modifica el artículo 13 de la Constitución, con lo que se eliminó la posibilidad de que los elementos de la guardia cuenten con fuero militar, al ser constituida como «una institución plenamente civil». Otra eliminación que se hizo fue la de la figura de la «Junta de jefes de Estado«, que estaría compuesta por elementos de las secretarías de Seguridad, Defensa y Marina. En su lugar, se propone una coordinación operativa interinstitucional.

En resumen, no era lo que el Presidente quería pero obtuvo lo que necesitaba.

En el caso de Veracruz, bastó con incluir el pago de la deuda a los Ayuntamientos –entre ellos, los de Veracruz y Boca del Río- para obtener el voto unánime para el ajuste al Presupuesto de Egresos 2019 propuesto por el mandatario estatal. A diferencia del caso Winckler, los operadores ahora sí dejaron atrás la necedad del todo o nada, para entender que concediendo en lo accesorio se puede salir adelante con lo sustantivo. Hasta los tres morenos diputados irredentos volvieron al redil.

Con algunos ajustes, promesas incumplidas en la disminución a los salarios de funcionarios e incumplimiento al monto de ahorro estipulado –se ahorrarán sólo 200 millones de los 17 mil prometidos-, el proyecto de Presupuesto de Egresos 2019 fue aprobado por unanimidad por un monto de 128 mil millones pesos, el más alto de la historia.

Los ajustes planteados fueron consecuencia de la inconformidad de algunas dependencias por el monto que se les pretendía otorgar. Además, también se reprogramaron 280 millones de pesos para atender la búsqueda de desaparecidos; la operación del refugio de mujeres; y para el rescate el Museo Interactivo de Xalapa, algunos de los temas que más habían pegado en la opinión pública.

Pero la clave fue la asignación de mil 294 millones de pesos para cumplir las sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en favor de algunos municipios; en este rubro, se incluyó el monto de 246.7 millones de pesos para dar cumplimiento a la sentencia derivada de la controversia Constitucional a favor del Ayuntamiento de Veracruz, donde gobierna ya saben quién.

Por supuesto que ambos acuerdos tendrán –como cualquier política pública- los más diversos opositores. Hay que considerar que los problemas no han sido resueltos, por lo que algunos de los temores siguen al acecho. La militarización, las meta facultades del Ejército y el respeto a los derechos humanos seguirán siendo una preocupación constante. La transparencia, la atención a grupos vulnerables y la eficacia del gobierno serán motivo de cuestionamientos para el gobierno veracruzano.

Pero eso será después, por ahora, la política se impuso. Ya tenemos Guardia Nacional y en Veracruz ya hay presupuesto para que el gobierno estatal y los municipales hagan su trabajo.

¿Así será el gobierno de Morena de ahora en adelante? Es difícil saberlo. Por lo pronto, deben estar satisfechos con el aprendizaje y los resultados.

La del estribo…

  1. ¿Finanzas omitió incluir en el Presupuesto del Estado la reducción salarial del Gobernador o pensaron que nadie habría de percatarse? Otra vez, actuaron con oportunidad y buen juicio, aceptando el error y reconociendo que ha sido un compromiso de Cuitláhuac García. Es bueno saber que aunque sea tres meses después, empieza a haber gobierno.
  2. Y ahora donde las cosas se descomponen es en el PAN. El Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) ordenó ayer a la dirigencia nacional que revise nuevamente el resultado de la elección tomando en cuenta las irregularidades presentadas, lo que podría anular el triunfo de José Mancha. ¿Acaso esa es la razón por la que el Chapo no ha renunciado al PAN para sumarse a “Podemos”? Lo sabremos muy pronto.