La conmemoración del medio siglo de la matanza de Tlatelolco –hasta la fecha nadie sabe a ciencia cierta el número de muertos y desaparecidos que hubo en aquélla trágica jornada- marcará un parteaguas en la visión del Estado mexicano respecto a su responsabilidad histórica.

Al mismo tiempo, mostrará la naturaleza política del presidente electo Andrés Manuel López Obrador para construir la gobernabilidad de su mandato; por lo pronto, ahonda las diferencias con el Ejército mexicano al proponer una Comisión de la Verdad para el caso Ayotzinapa, al mismo tiempo que ofrece el perdón judicial -siempre que decidan volver al redil de la legalidad- a delincuentes que han arrancado miles de vidas en estos años.

De manera anticipada, hace un par de días el presidente electo decidió encabezar su propia conmemoración. Como parte de su gira de agradecimiento, el Andrés Manuel López Obrador, acudió a la Plaza de las Tres Culturas. Ahí dijo que a 50 años de la represión de los jóvenes en 68 “hacemos el compromiso de no utilizar nunca, jamás, al Ejército para reprimir al pueblo de México.

Aun cuando se ha documentado la participación responsable del ejército en la tarde de Tlatelolco y en múltiples eventos en la historia reciente del país, particularmente en la muerte de estudiantes normalistas de Ayotzinapa, hasta ahora, ningún presidente de México –electo, en funciones o al término de su administración- se había referido a las fuerzas armadas como responsables de actos de represión y la muerte de civiles.

En esta escalada de desencuentros, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fijó su posición en contra de la Comisión de Investigación para la Justicia y la Verdad en el caso Ayotzinapa –anunciada por López Obrador-, contraviniendo los acuerdos alcanzados por el presidente electo con los padres y madres de Ayotzinapa,

“La Sedena ha ejercitado algunas acciones porque considera que la comisión de la verdad no está prevista en el orden jurídico mexicano ni está prevista en algún tratado internacional, entonces, nosotros pensamos que una investigación a cargo de un organismo, que por cierto, le deja la dirección de la misma a los representantes de la víctimas [CNDH], pues no tiene la objetividad y la imparcialidad que se requiere”, respondió el ejército.

Aunque la conmemoración es otra, este dos de octubre podría estar marcado por la nueva relación del gobierno con sus fuerzas armadas y la tolerancia que muestra la autoridad con los manifestantes.

Pero la historia del movimiento estudiantil sigue siendo la misma. Su interpretación es lo que ha cambiado. Las violaciones a los derechos humanos fueron inobjetables. El Estado usó la represión. Fue un crimen de Estado donde se empleó francotiradores que dispararon para crear caos, terror y una narrativa oficial para criminalizar la protesta, y continuó más allá de las detenciones arbitrarias y la tortura.

Todos estos años, la fecha ha significado el ominoso silencio del gobierno, la renovada crítica de medios que en aquel entonces se sumaron al linchamiento de un “movimiento socialista”, y la vandálica ignorancia de miles de jóvenes que salen a las calles en calidad de delincuentes. El dos de octubre es una fecha simbólica: representa la violencia de la que surgió la revolución de las ideas.

Cincuenta años después, el 2 de octubre sigue marcando los tiempos de políticos y académicos del país. En el primer caso, con la derrota del régimen que ejerció la mortal represión, y en el segundo, en medio de una crisis interna en la Universidad Nacional (UNAM) por la violencia ejercida por grupos de porros enquistados que asolan a la comunidad estudiantil.

No son sólo los cincuenta años, también son los acontecimientos que nos abrazan hoy. Este día veremos un nuevo dos de octubre. Y en consecuencia, una sociedad distinta. Quienes hoy saldrán a vandalizar, sólo justifican la acción punitiva del gobierno frente a la anarquía. Han olvidado la esencia de ese movimiento. Por eso, retomo el recuerdo de mi amigo y politólogo Isidro O’Shea:

Día para recordar a los jóvenes mexicanos víctimas de un régimen autoritario; pero también a aquéllos idealistas del mayo francés; u aquéllos otros que se oponían a la guerra de Vietnam; en sí, para recordar a toda una generación que se atrevió a pensar diferente y abarcó con sus ideas gran parte del imaginario colectivo de occidental”. Nueva revolución llegó cuatro décadas antes que la primavera árabe.

Conmemoremos.

Las del estribo…

  1. Dice el alcalde de Toluca que hay gente que sólo para perjudicarlo se ha dado a la lúdica tarea de hacer baches a punta de pala en las principales calles de la capital mexiquense. Ahí va el dato de una respuesta ingeniosa y bullanguera para el Ayuntamiento xalapeño, ahora que los “pinches medios” le cuestionan tanto sobre la infinidad de cráteres que hay en la ciudad.
  2. Según la Secretaría de Gobernación, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, el bastión político del gobernador Miguel Ángel Yunes y su familia, se cometen la mitad del robo a comercios que se registra en toda la entidad; y también la mitad de los robos con violencia. Es evidente que los amigos de la SEGOB ya se fueron.