No tienen llenadera. Resulta que ayer se dio a conocer que la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) firmó un contrato para la venta exclusiva de refrescos de la embotelladora Pepsi, con lo que no sólo quebrantan la libre competencia, la capacidad de decisión de los concesionarios, sino que atentan contra disposiciones de proveer alimentos naturales y libres de azúcares a los estudiantes.

Las cooperativas y las cuotas escolares son los mejores negocios de los planteles educativos; el dinero corre a raudales a cuenta de los padres de familia y no del erario público. Siempre han sido la manzana de la discordia entre las autoridades, los sindicatos y las asociaciones de padres de familia, y al mismo tiempo, un tema donde permea la corrupción y los negocios a favor de las parentelas.

En junio pasado, cuando el Congreso local aprobó que fuera la Secretaría de Educación de Veracruz la instancia encargada del manejo de esos recursos, hubo opiniones encontradas sobre el futuro del gran negocio que tiene sostiene la educación pública. Sus promotores, habiendo estudiado el margen de utilidad, evidenciaron de manera perversa irregularidades en el manejo de los recursos de las concesiones de las cooperativas escolares, pero no hubo denuncia alguna que sustentara sus dichos.

Por su parte, los maestros, sindicatos y concesionarios que se verían afectados con la medida alertaron sobre el enorme poder que se concedía a la SEV para manejar discrecionalmente millones de pesos sin que estos tuvieran forma de comprobarse. Al final del día es dinero limpio que no está sujeto a fiscalización.

Para agenciarse la simpatía –y en algunos casos complicidad- de los legisladores de Morena, el Secretario de Educación los convenció de que las ganancias ya no irían a parar a los bolsillos de unos cuantos sino que se invertirían en el mantenimiento y mejora de las escuelas.

Con la reforma al Código Financiero del Estado se buscó establecer un control de los ingresos y recursos obtenidos en los procesos de licitación que ahora están a cargo de la SEV; se acordó que se apliquen en 70 por ciento en mantenimiento y conservación de la infraestructura física de las escuelas y los servicios relacionados con las mismas. Ahora, la SEV será la que reciba, administre y realice la comprobación de los recursos, para estos efectos, con lo cual ya no dependerá de los directores de las escuelas.

Se contempla también que otro 20 por ciento de lo recaudado se aplicará a las tareas de supervisión educativa y apoyo a la gestión docente en los sectores y zonas de las modalidades educativas públicas mencionadas. El 10 por ciento restante de los recursos serán aplicados en programas que se determinen en los lineamientos que dicte la autoridad educativa local, pero resulta que nadie sabe cuáles son esos programas y a dónde ha ido a parar ese dinero.

Y entonces empezó la fiesta. Los diputados locales especificaron en su reforma que se instalará un Comité de Licitaciones –integrado por los propios funcionarios de la SEV- que deberá encargarse de emitir la convocatoria y emitir el fallo correspondiente en el respectivo proceso. Así, en estos meses se han asignado a libre albedrío cientos de concesiones que han representado millones de pesos al titular y su pandilla.

Hoy la pregunta es, ¿de cuánto fue el moche para otorgar una concesión de este tipo a la Pepsi? y además, ¿Quién impuso a los concesionarios una cuota diaria de venta de refrescos? El moche millonario empieza a corroer la ambición de quienes se han beneficiados; grave si el gobernador lo ignora y más grave si lo sabe y él mismo dio su autorización.

En su impúdico cinismo, las propias autoridades educativas notificaron por escrito a los concesionarios de las cooperativas escolares, obligándolas a concluir su trato con otras empresas refresqueras. Directores de Escuelas Secundarias Generales fueron informados de que en las tiendas escolares se dejará de vender cualquier otro producto que no sea de esa marca.

Tal vez el Secretario de Educación lo ignore, pero hay una ley que prohíbe la venta de comida chatarra en las escuelas; en mayo 2014 se actualizó la ley para regular los alimentos y bebidas que se venden en todas las escuelas públicas y privadas de México desde preescolar hasta universidad. Y aunque se trata de letra muerta, esta ley prohíbe la venta de comida chatarra por lo que solo se deben ofrecer alimentos naturales. Hoy la ambición ha convertido a la autoridad en el principal promotor de la obesidad infantil.

Por lo visto, sólo ampliaron el chiquero y cambiaron de marranos. Nadie de los neo funcionarios de la SEV quiere volver a probar el amargo sabor de la pobreza. En menos de un año ya lo lograron.

Las del estribo…

1.    Que afán de lastimar la imagen del Gobernador. Resulta que luego de hacer la entrega de su primer informe al Congreso, el mandatario estatal realizará un evento masivo en el Teatro del Estado, como en los mejores tiempos del priismo. Pero eso no es lo peor: lo programan a la misma hora de un espectáculo de globos aerostáticos, en medio de un puente vacacional y con la gente desbordada en compras por el Buen Fin. Son unos genios

2.    Veracruz ya cumplió dos años como primer lugar de feminicidios en el país; el primero le tocó a Miguel Ángel Yunes y el segundo a Cuitláhuac García, ambos incapaces de detener la ola de violencia y muerte que sufren las mujeres veracruzanas. Mientras, la próxima semana el Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM) cumplirá seis meses sin titular.