La Contraloría General del Estado se ha convertido en el vivo ejemplo de la ineficacia, simulación y complicidad que distingue a la presente administración estatal. De otra forma, ¿cómo explicar que hasta la fecha no haya iniciado una sola denuncia por irregularidades encontradas en ejercicios fiscales anteriores, ni haya iniciado investigación alguna por las denuncias públicas hechas por compras irregulares y los casos de nepotismo del gobierno actual?

Lo último se comprende pero no se justifica. No va a pelear con el gobernador y sus parientes que están haciendo negocios al amparo del poder. Lo que no se explica es cómo ha actuado con tal cinismo de anunciar el inicio de una serie de denuncias penales, cuando en realidad no han hecho más que calentar la silla y pasar horas en el salón de belleza.

La Contralora Leslie Mónica Garibo Puga no es más que una abogada egresada de la Universidad La Salle, representante de Morena en diversos órganos electorales, pero sin ninguna experiencia en la administración pública. De hecho, en su foja académica sólo refiere un diplomado electoral impartido por Morena y su participación en un Coloquio sobre el fortalecimiento del Sistema Anticorrupción. Con unas cuantas horas de experiencia, hoy es la encargada de vigilar el uso y destino de los recursos públicos en el estado.

Este lunes, el portal de noticia AlCalorPolítico hizo lo que no ha hecho la Garibo Puga: investigar.

Según la nota que firma el reportero Rafael Meléndez, hasta este momento la Contraloría General del Estado (CGE) de Veracruz no ha promovido una sola denuncia desde el 1 de diciembre por irregularidades detectadas en el gobierno anterior y en el actual. En una solicitud de información, cita el medio, se confirmó que “no ha procedido legalmente por haber detectado algunas inconsistencias administrativas, contables y fiscales de ejercicios pasados ni de presentes.”Explica que en la plataforma Infomex reconoció que no se ha acudido a instancia alguna, por lo que no existe carpeta de investigación por la posible afectación a las arcas estatales en la administración pasada, ni en la actual, y se limita a señalar que “se hizo una búsqueda exhaustiva de los archivos de la Dirección Jurídica que encabeza Gladys López Rodríguez pero en ninguno de ellos se encontró el que se haya promovido alguna denuncia.”

Al recordar que la contralora Leslie Garibo ha estado presente cuando funcionarios de algunas dependencias acudieron ante la Fiscalía General del Estado a promover denuncias, pareciera entonces, contando con esta información, que simplemente ha estado ahí como acompañante, pero en ninguna ha tenido participación directa, concluye la nota. Yunistas y duartistas pueden dormir tranquilos.

No es la primera vez que Garibo Puga está en medio del huracán por ineficiente. En febrero pasado, a dos meses de haber tomado protesta del cargo, se corrió la versión de que habría presentado su renuncia al no encontrar irregularidades cometidas por ex funcionarios del gobierno de Miguel Ángel Yunes. El origen de la información fue una supuesta conversación de whattsapp entre el mandatario y la funcionaria.

La simulación y complicidad. Ayer mismo, también se hizo público en el mismo medio que efectivamente, la Contraloría no habría investigado presunto nepotismo de Gobernador, a pesar de la orden presidencial y más tarde, de la anuencia del propio gobernador al darse a conocer las actas de nacimiento que pusieron en evidencia su parentesco con Eleazar Guerrero.

Aunque la Contraloría General del Estado (CGE) exoneró al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez de haber cometido nepotismo, al señalar que el subsecretario de Finanzas y Planeación, Eleazar Guerrero Pérez, no es su familiar, tal parece que no hubo ninguna investigación al respecto. O en caso contrario no transparentó la realización de las pesquisas para llegar a esa resolución y es que, de las 10 investigaciones que ha ejecutado por esa conducta, no se informa de ninguna hecha ni a la Oficina del Gobernador ni a la Secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN), señala el medio.

Es decir, no fueron capaces siquiera de integrar un expediente de investigación que siguiera un proceso administrativo, y con base en él, deslindar de cualquier responsabilidad al Gobernador del Estado. Simplemente no hicieron nada, como si eso abonara a la legalidad y la transparencia.

Ayer, de manera tardía, el mandatario estatal justificó que el nepotismo no es un delito y sugiere desde su penosa ignorancia que se consulte la ley. Nadie acusó al gobernador de cometer un delito, sino de realizar una práctica inmoral que había sido rechazada por el propio Presidente de la República. No entienden.

Seguramente, les llevará días pensar en otra salida inocente y absurda, donde los culpables sean Yunes y el Fiscal Winckler.

Las del estribo…

  1. ¿Por qué Duarte los pone tan nerviosos? ¿Por qué Cuitláhuac, siendo exonerado por el propio Javier de haber recibido dinero durante su campaña, se sube al ring para acusar lo inverosímil: un pacto con Yunes? ¿Acaso temen que la salida del toro de lidia –como se ha hecho llamar el cordobés– los agarre sin capote?
  2. Ayer el gobernador desayunó gallo. Además de emprenderla con Duarte acusó también –sin decir su nombre– a la familia García Guzmán de tener trato con el narcotráfico. Eso lo dice todo el mundo en Pánuco, es cierto, pero por su investidura, Cuitláhuac García estaría obligado a probarlo y actuar en consecuencia.