Aunque la frase favorita del presidente es que los ‘conservadores’ son quienes que se oponen a la cuarta transformación, lo cierto es que su profunda fe religiosa –se reconoce como evangélico- ha puesto en riesgo al estado laico. El verdadero conservadurismo de López Obrador reniega hoy de las leyes de reforma, en las que él identifica la primera transición histórica del país.

Sólo para poner en contexto. Las Leyes de Reforma son un conjunto de leyes expedidas entre 1855 y 1861, por el Presidente Benito Juárez. El objetivo principal de estas leyes era separar a la iglesia de la esfera del Estado. Inicialmente fueron tres: la Ley Juárez (1855), que suprimía los fueros del clero y del ejército y declaraba a todos los ciudadanos iguales ante la ley; la Ley Lerdo (1856), que obligaba a las corporaciones civiles y eclesiásticas a vender casas y terrenos; y la Ley Iglesias (1857), que prohibió el cobro de derechos y obvenciones parroquiales como el diezmo.

A ellas se sumaron en 1859 y 1860 otras cinco, promulgadas por Juárez cuando trajo los poderes a Veracruz: estas son las leyes de la Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, del Matrimonio Civil, la Orgánica del Registro Civil, de Exclaustración de Monjas y Frailes y de Libertad de Cultos. Desde entonces, Estado e Iglesia nunca fueron la misma cosa.

Pero las cosas han cambiado. El presidente ha ofrecido una nueva, intensa y muy íntima relación con la iglesia, particularmente con la evangélica, con lo que se reniega del espíritu juarista.

Antes de alcanzar la salvación eterna, los miembros de algunas iglesias –la cercanía ha sido personal y selectiva- podrán disfrutar del paraíso en la tierra. El Presidente ha ofrecido no sólo canales de televisión y estaciones de radio, sino también utilizar dinero público para dar mantenimiento a los templos que son propiedad del gobierno, precisamente por efecto de las leyes de reforma.

Y aunque la Constitución lo prohíbe, el gobierno pretende otorgar concesiones de radio y televisión a algunas iglesias, lo que atentaría contra la laicidad del Estado. Otorgar estas concesiones implica abrir la puerta para que las Iglesias impongan verdades dogmáticas, no sólo en materia religiosa sino en diversos órdenes como el político, electoral, sexual y científico. La tentación es grande.

¿Acaso el Presidente también dividirá a las iglesias entre liberales y conservadoras? ¿entre feligreses chairos y fifís?

Al gobierno, el combate a la corrupción sólo le interesó como lema de campaña

A Emilio Cárdenas lo conozco desde hace muchos años. Es una pluma brillante y un profesional de la comunicación. Hoy, en medio de la tormenta, le toca ocupar una de las sillas del Comité de Participación Ciudadana del SEA. Ayer en este espacio nos ocupamos de la decisión de despedir a un importante número de trabajadores, a lo que responde con puntualidad.

“Un comentario mi estimado Rafa: el Congreso de Veracruz recortó 50 por ciento el presupuesto del SEA y con la complacencia de los titulares del IVAI, la Contraloría, el ORFIS, el TEJAV, la Fiscalía Anticorrupción, quienes integran el Órgano de Gobierno del SEA, se ordenó a la Secretaría Ejecutiva prescindir de los servicios de los trabajadores.”

Y explica las razones sin censura: “Al gobierno de Veracruz el tema del combate a la corrupción solo le interesó como lema de campaña. Y hasta ahí.”

“El Comité de Participación Ciudadana no tiene injerencia alguna en asuntos administrativos de la dependencia. Por ley tenemos derecho a recibir un pago por honorarios, sin tener relación laboral alguna, esto es, sin prestaciones. Checa la ley 348 del Sistema Estatal Anticorrupción. Jamás hemos recibido por ese concepto la cantidad que refieres. Ahora con el recorte tendremos una remuneración equivalente a alrededor de 35 mil pesos mensuales.”

“Quienes participamos en el CPC del SEA hemos sido incómodos por ventilar casos de corrupción, nepotismo, e ineficiencia de las autoridades. De ahí las campañas de desprestigio que han lanzado en contra nuestra. Ahora quieren responsabilizarnos por el recorte de personal. Debo decirte que si alguien pugnó por defender a los empleados fue tu servidor. Ahí están los videos, las actas y declaraciones que lo sustentan. El hecho es que tiran la piedra, esconden la mano y desinforman. Pero así es esto.”

Me quedo con la radiografía de Veracruz: corrupción, nepotismo e ineficiencia.

Las del estribo…

  1. Una más. Ahora el gobernador tuvo la ocurrencia de culpar, una vez más, al fiscal Jorge Winckler por el linchamiento en Las Choapas. Acusa al fiscal regional de fracasar en la negociación, cuando también estaban presentes policías estatales y municipales. En otro tiempo, la palabra del gobernador movía una montaña; hoy no sacude la hoja de un árbol.
  2. Salimos tablas. Debe destacarse la iniciativa del gobernador para encabezar el desfile obrero de este primero de mayo, a sabiendas que habría protestas no sólo de los sindicatos sino también de la burocracia que ha sido despedida o maltratada. Sin embargo, de pena ajena que se pusieran a comer, de pie, mientras veían pasar los contingentes; una cosa es un gobierno popular y otra un gobierno corriente.