La larga visita del Presidente López Obrador a Veracruz nos dejó dos noticias, la buena y la mala. La buena es que anunció más de 20 mil empleos en el sur del estado –generalmente la meta de un sexenio son poco más de 50 mil-, la incorporación de 200 mil personas al programa “Jóvenes construyendo el futuro”, la creación de nuevas universidades y otras tantas acciones muy importantes. La mala: que Morena en Veracruz está hecha un desmadre.

Andrés Manuel confirmó que su popularidad sigue intacta en este estado, uno de sus bastiones. Para poder verlo, la gente hasta durmió en algunos de los lugares donde se realizarían los eventos.

Sin embargo, las buenas obras del mandatario federal se ven rebasadas por las grillas de las tribus de Morena en la aldea. Más allá de los anuncios presidenciales, tres noticias robaron reflectores a la visita de López Obrador. Noticias azuzadas por los aliados y adversarios de unos y otros; de filtraciones a medios nacionales para descalificar lo mismo al gobierno estatal como a la federación.

Primer acto. En el tecnológico de Minatitlán, los asistentes lanzaron una sonora rechifla que obligó al Presidente llamar al orden para poder explicar el contenido de los programas sociales. Cuando intervino el Gobernador Cuitláhuac García, los gritos arreciaron, pidiendo que “se bajara” del estrado.

Según la versión de algunos reporteros que estuvieron presentes, los gritos y rechiflas que es escuchan en los videos -distribuidos profusamente por los adversarios internos del mandatario estatal- son reales, sólo que no eran para Cuitláhuac sino para un pequeño grupo de manifestantes, quienes al alzar una serie de pancartas, obstaculizaban la vista al auditorio, entre ellos, medios de comunicación. Por eso los gritos de “bájenlas”.

Pero fue la versión negativa de la rechifla la que alcanzó notoriedad nacional. Por ejemplo, Televisa aseguró que el presidente tuvo que intervenir para evitar los gritos en contra del Gobernador. Falso. Pero no es importante, los empleados del gobierno federal hicieron su chamba y distrajeron la atención de otro de los momentos que marcaron la gira del Presidente: la doble reprimenda en contra del súper delegado en Veracruz, Manuel Huerta.

Segundo acto. En dos ocasiones –primero en Acayucan y luego en Córdoba-, el Presidente López Obrador llamó a cuentas al exdirigente estatal de Morena, Manuel Huerta, para que apure el paso y concluya el levantamiento del “Censo del Bienestar” para la entrega de apoyos sociales, ya que a nivel nacional, dijo, han sido censadas 22 millones de familias. “Le estoy pidiendo a Cuitláhuac que nos ayude para terminar el censo y a Manuel Huerta, que es nuestro coordinador del Gobierno federal, que se termine el Censo del Bienestar. No es para picarles la cresta, pero ya terminaron en Chiapas, en Oaxaca, en Guerrero, y falta Veracruz”, les dijo el Presidente.

Además, el domingo, al concluir el acto en Córdoba, hicieron circular fotografías en la que el funcionario federal se acerca a la camioneta del Presidente para despedirse, pero Andrés Manuel lo ignora. Estos eventos llevaron a las redes las disputas entre las tribus morenistas.

La versión de los huertistas es que el Presidente en realidad reprendió a Cuitláhuac por no prestar apoyo suficiente al súper delegado. Que el censo no ha concluido porque no hay recursos, porque los voluntarios no reciben apoyo ni para sus camiones y porque el estado de Veracruz es muy amplio y disperso, aunque esto aplicaría también para estados como Chiapas y Oaxaca que ya terminaron su censo. Ante lo evidente, el Presidente los llamó a coordinarse.

Lejanos durante toda la gira. Ambos personajes abrieron fuego con sus personeros. El regaño a Huerta y haber sido ignorado por el Presidente corrió por las redes sociales tanto como la rechifla a Cuitláhuac. Nadie para hacer más daño a los morenistas como ellos mismos, lo que enturbió la visita de López Obrador.

La cereza en el pastel fue el show mediático del Secretario de Gobierno, Eric Cisneros al acusar del fiscal Winckler de no asistir a la gira presidencial y de que las oficinas de la fiscalía en Atoyac estaban cerradas a pesar de la carga de trabajo. Es evidente que Winckler se irá en cualquier momento, entonces ¿para qué acudir a la grilla barata y distraer el tema de la gira presidencial? ¿Irá Cisneros a otras oficinas del gobierno estatal para verificar que efectivamente tampoco hacen nada?

Al final, las grillas de las tribus morenistas mataron las buenas noticias del Presidente.

Las del estribo…

  1. Dice el alcalde Hipólito Rodríguez que el cierre de la sucursal de una conocida papelería no es a consecuencia de la inseguridad, como denunció la empresa, sino de diferencias entre los socios. La respuesta no se hizo esperar: los comercios de la ciudad han iniciado una cruzada para garantizar que las mujeres lleguen seguras a sus hogares. Hipólito sigue haciendo demasiado caso a sus amanuenses y dialoga muy poco con las víctimas de la inseguridad que su arrogancia le impide entender.
  2. Desde temprano, este lunes corrió como pólvora la noticia del atentado en contra del alcalde de Astacinga, Antonio Ramírez Itehua. A pesar de las buenas noticias que traiga el Presidente, Veracruz sigue sufriendo un estado de inseguridad muy preocupante. Como en el pasado, no hay persona o autoridad que se encuentre a salvo. Eso es lo que debe preocupar al Gobernador y sus colaboradores, no las grillas baratas.