Se los advirtió el día que compareció ante el Congreso, que sería lamentable que el nuevo gobierno de Cuitláhuac García operara para que los ex funcionarios del gobierno duartista que estaban presos por peculado y enriquecimiento fueran liberados. Y nadie tomó las previsiones necesarias.

Miguel Ángel Yunes no ha tomado respiro desde que dejó el gobierno estatal. Ese mismo día inició una intrincada estrategia personal para reposicionarse rumbo a las elecciones intermedias del año 2021, y a partir de ellas, relanzar su proyecto para que uno de sus hijos sea quien gobierne Veracruz a partir de 2024. Sabe que al igual que con Duarte, los errores del gobierno morenista serán su fortaleza.

La euforia por el término de su mini gobierno obnubiló a muchos de sus adversarios, quienes aseguraban que Miguel Ángel se iba para siempre, incluso a vivir al extranjero. Su error no pudo ser más grande: mientras los ex duartistas salen en fila india del penal de Pacho Viejo, el ex gobernador pasea orondamente por las calles de la ciudad de Veracruz, donde gobierna su hijo Fernando.

La permanencia del Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Alvarez Peña, y del Fiscal General del Estado, Jorge Winckler, son estratégicas para el proyecto de Yunes Linares. Los nóveles funcionarios que acaban de llegar a Palacio de Gobierno olvidaron que fueron esos dos personajes los primeros en llegar a sus cargos, incluso antes de que Yunes tomara posesión hace dos años.

Desde entonces, el proceso de encarcelamiento y liberación de al menos una decena de ex funcionarios tiene a los mismos protagonistas: al presidente del Tribunal Superior de Justicia y al Fiscal General. Ellos fueron quieren armaron los expedientes –los cuáles se han venido cayendo como fichas de dominó en las instancias federales- y son ellos quienes con un nuevo criterio o con expedientes mal integrados, quienes los han liberado. El diferendo entre ambos es una verdadera truculencia

Sin embargo, para la afición, el mensaje es claro en función de su temporalidad: fue el gobierno de Yunes Linares quien los persiguió y castigó; y es ahora Cuitláhuac García –infiriendo un viejo y nunca demostrado acuerdo con el gobierno de Javier Duarte-, quien ha decidido concederles su liberación. El costo político lo han endosado estratégicamente al nuevo gobierno.

En todo caso, en medio de esta lucha de poder, en este carnaval de acusaciones políticas, nadie saber dónde quedó el dinero del desfalco al Estado, ni lo que pasará con cientos de denuncias que aún se encuentran pendientes. La justicia en Veracruz sigue siendo un cochinero.

Si bien es cierto que desde antes de tomar posesión Cuitláhuac García ha intentado remover al Fiscal, también es cierto que han operado con extrema candidez, hoy incluso queriendo someterlo a consulta. Además, la presumible autonomía del Poder Judicial ha actuado políticamente en su contra, algo que entendió muy tarde.

El mensaje de este miércoles del gobernador Cuitláhuac García confirmó que estaban más ocupados en recibir las oficinas que en atender las advertencias de Yunes Linares.

En efecto, acusó que todo se trataba de un montaje. Que el ex gobernador y el Fiscal negociaron una “supuesta” condena con ex funcionarios –los mismos que ya obtuvieron su libertad- a cambio de la devolución de bienes que se usaron de promoción en tiempos electorales.

“Tenemos información precisa de que fue Jorge Winckler quien negoció con Arturo Bermúdez, para acusarlo sólo por el delito de desaparición forzada, el cual lamentablemente no es considerado grave en Veracruz, y en una acción perversa le ofreció meterlo a la cárcel para que posteriormente pudiera salir”, explicó. Y advirtió que se investigarán estas acusaciones, lo que hace suponer que aunque fuera cierto, no lo han comprobado. Una cosa es la información y otra las pruebas.

Cuitláhuac García ya es Gobernador y el mensaje de apenas tres minutos sonó más bien a un mensaje de campaña electoral. Como mandatario tiene las herramientas –las riendas del poder, como dijo el Presidente- para demostrar la responsabilidad de quienes acusa. El objetivo se cumplió: involucrar al gobernador frente a la opinión pública de un tema en el que no tendría vela en el entierro. Lo chamaquearon.

Es evidente que en la planeación del nuevo gobierno parece que nunca tomaron en cuenta el factor Yunes. O lo calcularon mal. Pensaron que la conclusión de su mandato y la remoción de sus funcionarios eran suficientes para sacarlo de la escena política. Se equivocaron.

El nuevo gobierno está empezando a pagar el noviciado. Ojalá y algún acomedido le avise al gobernador que al igual que su mandato, su sucesión empezó el pasado primero de diciembre.

Las del estribo…

  1. El mes de enero es clave para las organizaciones políticas que aspiran a convertirse en partidos y poder participar en el próximo proceso electoral. Por eso el activismo de distintas corrientes. Por lo pronto este sábado se celebrará la comida anual de Vía Veracruzana, en la que seguramente dará la nota.
  2. Mientras, en el CEN del PRI se reunieron los priistas veracruzanos con la dirigencia nacional para analizar el relevo de Américo y la ruta a seguir. Felices y contentos todos los ex duartistas que además de dinero y libertad, hoy gozan de un segundo aire político sobre las ruinas que ellos mismos dejaron. Esa es la razón por la que Claudia Ruiz Massieu pregona en el desierto la renovación de un PRI condenado a la extinción.