En la víspera del Día de la Libertad de Expresión, cuando todos suponían que vendría una fuerte reprimenda para el Secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, luego de la desafortunada expresión de que a los periodistas “no les embona ningún chile”, resulta que el gobernador Cuitláhuac García se sumó al linchamiento de los medios veracruzanos.

 

Lo del Secretario de Salud fue lamentable. Inició como una especie de pequeño remolino en el mar que pronto se convirtió en un huracán mediático que alcanzó notoriedad nacional. Fue la tormenta perfecta, porque lo que se había programado como un acto de solidaridad social –anunciar servicios médicos gratuitos para los reporteros durante el mes de junio-, se convirtió en una nueva crisis para el gobierno estatal.

 

Seguramente muchos representantes de los medios agradecerán la buena intención del gobierno; al fin y al cabo, en muchos sentidos, también somos un sector vulnerable; sin embargo, los reporteros que asistieron a la conferencia de prensa de Ramos Alor sólo hicieron su trabajo: cuestionar. Eso provocó que el funcionario se saliera de sus casillas y terminara hablando hasta de su propia renuncia.

 

Si bien la desafortunada y vulgar expresión se hizo de manera pública, frente a reporteros, en el marco de una conferencia de prensa, la disculpa vino de manera discreta, casi oculta a través de las redes sociales del funcionario. No hubo comparación entre una y otra comunicación, pero en ello también muestran su inexperiencia.

 

En cualquier otro gobierno, el desliz podría haber costado la renuncia o una reprimenda pública. Pero no en el gobierno de Morena, cuya relación con los medios ha sido áspera y desconfiada, a imagen y semejanza de como la ha establecido el propio Presidente de la República. Sólo los medios que por iniciativa propia tienen una opinión positiva del gobierno, tienen ese carácter de libres y objetivos, aunque no se les reconozca ni con publicidad o un mejor trato.

 

De hecho, este mismo jueves, el gobernador arremetió contra los medios, secundando a su secretario de Salud. Durante la convención internacional de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (ONEXPO), dijo que la prensa en Veracruz ha “torpedeado” su persona y su gabinete, pero se debe que antes nunca les habían permitido cuestionar, y aunque las formas molesten a sus adversarios, esa es la ruta que ha tomado la llamada Cuarta Transformación.

 

“Estamos contentos de cambiar la imagen de Veracruz. Mediáticamente se nos ha querido torpedear’; están en su derecho los periodistas, es bueno. Además, como nunca se les habían permitido cuestionar, qué bueno. Nosotros tenemos una coraza que se llama austeridad, honestidad, cero tolerancia a la corrupción y en eso estamos trabajando arduamente” dijo literalmente.

 

Si con torpedear el gobernador se refiere a las denuncias que los medios han hecho de los muchos casos de nepotismo –fueron los medios los que llevaron el tema ante el Presidente-, de compras irregulares de medicamentos o patrullas, además de las pifias infinitas de los funcionarios, entonces tiene razón.

 

Es evidente que a Cuitláhuac no le gustó que durante la conferencia de prensa mañanera del Presidente López Obrador, hayan balconeado sus relaciones políticas y afectivas, en presencia de los principales medios nacionales e internacionales, lo que motivó una llamada de atención presidencial.

 

Tal vez el gobernador piense, como muchos en su gobierno, que Veracruz se fundó en diciembre del año pasado, pero no es así. Seguramente en sus años como luchador social, incluso como diputado federal, nunca se ocupó de leer periódicos, pero fueron estos, los “pinches medios”, los que han puesto en aprietos a los gobiernos en turno.

 

Si algo marcó las administraciones de Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes fue precisamente su mala relación con los medios y la forma en que fueron cuestionados hasta el insulto. Duarte nunca se quitó el estigma de que su gobierno fue permisivo con la violencia contra los periodistas, y de Yunes Linares siempre se supo su animadversión y censura contra la mayor parte de ellos.

 

Sin embargo, la relación entre los medios y el gobierno podría estar atravesando uno de sus peores momentos. No se trata sólo de la falta de una relación comercial, sino del maltrato recíproco que se conceden: las críticas descarnadas de algunos medios rayan en el libertinaje y la respuesta oficial ha sido la intolerancia que llega a la censura. ´

 

El gobierno veracruzano decidió festejar el Día de la Libertad de Expresión a chingadazos. Hay muy poco qué celebrar y mucho de qué preocuparse.

 

Las del estribo…

 

1. Pues el Presidente podrá insistir en que el gobernador veracruzano es un hombre honesto, pero los escándalos de corrupción se les empiezan a acumular en el escritorio. Según Animal Político, el Gobierno de Veracruz otorgó por adjudicación directa, contratos por 231 millones de pesos a ‘Corporativo Kosmos’, empresa de servicios de alimentación sancionada en más de 34 ocasiones por alimentos en mal estado. A ver qué dicen hoy…

2. En medio de la crisis diplomática y comercial con Estados Unidos, las malas noticias no cesan. CFE, la empresa de clase mundial, está prácticamente quebrada, con pérdidas multimillonarias y una baja calificación crediticia. Pemex bajó el valor de sus bonos a categoría de “basura” y las calificadoras crediticias ahuyentan la inversión. Mientras, los proyectos de la refinería y el tren maya caminan al abismo.