Después de tocar durante varios años en Orbis Tertius, Franco sintió un desgaste y decidió que era momento de cambiar de actividad:

A falta de jazz, polijazz

Un día, después de tocar como 8 o 9 años en el Orbis, le dije a Memo Cuevas: “mira, ya me cansé de tocar standards, yo quiero tocar cosas contemporáneas; yo escribo, soy compositor. Ya me voy, a ver qué hago”, y él me dijo: “espérate, hay la posibilidad de formar un taller de jazz”. Entonces formé el primer taller de jazz de Xalapa, en la Universidad Veracruzana, en 1980. -1977-El taller estaba donde ahora está el CIMI, ahí empezaron las clases de jazz; me dieron la infraestructura, pero me dieron un piano apolillado y como que no me apoyaron mucho realmente. Si al Franco de ahorita le dieran eso, sería otra cosa: “un piano apolillado, bueno, a ver cómo le hacemos; vamos a trabajar con un teclado, o a ver qué hacemos”; pero entonces era medio fresón (ríe). Cuando uno es joven es inconsciente de muchas cosas y además está el ego, siempre el ego. El taller duró como dos años; por ahí pasaron todos los saxofonistas que estaban tocando en ese momento, los de la orquesta de música popular y los que andaban por ahí, todos, y además otros instrumentistas, como Ángel Luis Guerrero, que es bajista.

O sole mio

Me divertí en esos años, estaba joven, tenía ganas, formé grupos, tocaba con todo mundo, me encantaba. Me acuerdo una vez hasta salí en una calavera del Diario de Xalapa; era famoso porque tocaba en todos lados, era amigo de todos, del lado clásico y del lado del jazz, pero un día me dije: “yo tengo que hacer experiencia, porque tocar nada más con el Orbis, con la misma gente, pues no; yo estoy joven, necesito tocar con otra gente y hacer experiencia” Entonces me regresé a Italia; ahí toqué en varios grupos, en big band y me la pasé muy bien, también.

Jazz Latino Mexicano (1985)
Jazz Latino Mexicano (1985)

Allá tuve otra visión de México, porque cuando estás lejos del lugar o de las personas, ves cosas que no viste antes. Yo me dije: “en México todo está fresco, con un poco de ganas de hacer, se te abren las puertas”, y como yo siempre quiero hacer experiencia en la vida, busco otras cosas, y después de estar como 9 o 10 años en Italia, me regresé a México

México, creo en ti

Regresé como en el 90 o 91; ya tenía otro enfoque y más conciencia. Estuve un año tocando solo, con pistas; a veces me invitaban a tocar en restaurantes, en bares, en todos esos lugares, trabajaba bastante; después, un solista se fue de la Orquesta de Música Popular, hice un examen, pasé, y estuve ahí como seis meses; el Picos (Sergio Martínez) era el director.

Orbis Tertius 1996: Rolando Alarcón, Lucio Sánchez, Humberto León, Franco Bonzagni, José Miguel Flores
Orbis Tertius 1996: Rolando Alarcón, Lucio Sánchez, Humberto León, Franco Bonzagni, José Miguel Flores

El lugar que dejé en el Orbis lo ocupó Ponchito Martínez; cuando se murió, se abrió otra vez la plaza; hice otro examen, me aceptaron y regresé al Orbis y estuve tocando ahí hasta que me fui a mi año sabático; regresé en 2011 y me retiré pensionado.
A mí México me hizo vivir, hizo salir lo que soy yo; claro que ya estaba escrito en mi mapa natal todo eso, ya decía que viviría en el extranjero, pero gracias a México hice muchas cosas y escribí cinco libros de jazz; imagínate, en qué otra parte del mundo te dan esas posibilidades, que cada quincena te dan un sueldo para tocar lo que te gusta.

Impressions

De mis primeros cuatro libros, tres fueron publicados por la Universidad Veracruzana y uno por otra editorial, esos libros son: Método de improvisación contemporánea (Modalidad menor), en 1987; 2014-04-28 12.23.19Método de improvisación contemporánea II (Modalidad menor), en 1988; 26 Composiciones de jazz, en 1990, y Emociones para un solo instrumento, en 1995.
Después, en mi año sabático, me fui a San Miguel a hacer el último libro: Libro para improvisación del jazz (Manual de prácticas), y también lo publicó la Universidad Veracruzana, en 2010

Me gusto cuando callo porque estoy con mi presente

Ahorita no estoy tocando porque decidí estar un año sin tocar. Yo lo que necesito es hacer experiencia, no ser músico totalmente, porque eso es repetir lo mismo que ya has aprendido; yo quiero hacer otras cosas. Ahorita estoy enfocado a la filosofía, la superación. Lo que me encanta ahorita es hacer un arte de mi vida, tocar o no tocar me da igual, y por esa energía me robaron mi sax. Todo mundo me decía: “¿Por qué no tocas?” “No quiero tocar ahorita, estoy en otro rollo”. Cuando piensas siempre lo mismo, eso lo atraes, entonces me robaron mi sax, pero realmente no siento que me haga falta; sigo haciendo mis composiciones en la computadora y sigo escuchando mucha música. No soy, por ejemplo, como Lucio (Sánchez), que sigue tocando lo suyo; a todo dar, qué bueno, pero cada quien tiene su evolución. Después voy a comprarme un sax para tocar en la naturaleza o con alguien que me invite.

Va, pensiero, sull’ali dorate

FrancoAhorita me gusta mucho la fotografía, pero más que nada soy instructor de yoga y medito. Soy meditador de hace treinta años, soy vegetariano y todas esas cosas porque siento que mi camino (cada uno tiene su camino) es así. Antes para mí la música era un fin y no tiene que ser así, ahora es un medio para conocerme a mí mismo a través, en este caso, de la música, del arte.

Antes conocí las drogas (no pesadas), fumé y todas esas cosas, y esos años de oscuridad me hicieron reflexionar muchas cosas. Ahora, Franco ya es otro rollo; dado que soy luz, tengo que recordarme que soy luz, ¿a través de qué?, a través de la sombra, de la oscuridad. Eso es lo que me gusta ahorita, esa es mi meta.


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