Es un hecho incuestionable que Xalapa se encuentra en una situación de emergencia en materia de movilidad urbana, mucho se ha hablado y escrito sobre el tema.

Existe una percepción social de que no se está haciendo nada para resolver esta crisis de ciudad que va adosada a  la decepción, el desánimo ciudadano y el hartazgo, por ello hay un fuerte reclamo social que parece no ser escuchado por la autoridad municipal.

Lo cierto es que la inmovilidad urbana que se vive en Xalapa genera otros daños colaterales, se asocia a problemas de salud pública, está comprobado que la mala movilidad, genera contaminación del aire por ruido y smog que dañan el organismo, e incluso, los atascos viales afectan el sistema nervioso de los conductores, pasajeros y peatones.

También el caos vial, como el que vivimos en esta capital, frena el desarrollo pues se pierden miles de horas/hombre al desperdiciarse el tiempo en largos y penosos recorridos de los hogares a las fuentes de empleo, las escuelas, los centros de negocios y las zonas de abasto en la ciudad, todo ello se traduce en baja productividad y pérdida económica, sin contar que los productos e insumos tardan más tiempo del debido en llegar a su destino; a mayor tiempo de recorrido mayor contaminación ambiental y mayor costo económico, es incuestionable el daño ambiental que provocan los congestionamientos y la falta de un transporte público no contaminante.

Vemos pues que el daño en la ciudad no solo es social, si no económico, de salud y ambiental. Todo ello en detrimento de la calidad de vida y bienestar de las personas que la habitan.

El transporte público integral, multimodal y ecológico, es la columna vertebral de la solución vial de Xalapa y esto parece que no está siendo entendido por quienes deben dar solución a los graves problemas viales.

El desarrollo social, el desarrollo económico y la gestión del medio ambiente van estrechamente ligados a tres componentes centrales en la construcción de ciudad: el transporte público, la red viaria y la gestión del territorio.

Hemos dicho que construir ciudad implica construir ciudadanía con equidad, por ello se debe repensar la ciudad para hacer el cambio de paradigma, que es de la ciudad inmóvil y caótica, como lo es Xalapa, a la ciudad inclusiva, que es aquella en la que las personas tienen igualdad de oportunidades para crecer y desarrollarse con calidad, dignidad y oportunidad, en la que los ciudadanos tienen acceso equitativo a los servicios públicos, entre ellos el transporte público digno que, como también ya lo hemos dicho muchas veces, es un derecho social.

Por ello, para pasar de la inmovilidad a la movilidad urbana en Xalapa, es necesario realizar un cambio transformacional, es necesario construir un Plan de Desarrollo Metropolitano que de manera integral incluya a todos y todos los temas que intervienen en la ciudad. Así como la construcción del andamiaje organizacional que sea capaz de ejecutar el Plan.

La ciudad debe ser el reflejo de las necesidades humanas, es el espacio natural del hombre, el ser humano es parte de ese medio ambiente urbano que debe ser rescatado, preservado y defendido con toda intensidad.

Repensar la ciudad como espacio de convivencia humana, de cohesión social e integración del territorio que ofrezca a sus habitantes un transporte público moderno, eficaz, ecológico y asequible, como base importante del desarrollo, es lo que nos puede valer para pasar de este estado caótico que se vive en Xalapa a una ciudad más humana y funcional, pero ante todo, lo que más se necesita es la voluntad de quienes la gobiernan, para que esta voluntad del gobierno acompañada con la voluntad ciudadana nos lleve a la construcción de una nueva ciudad acorde a los tiempos modernos, competitiva, habitable y sobre todo humana, lo mejor de todo esto es que a pesar de todos sus graves problemas y de sus gobiernos municipales pasados, Xalapa es tan noble, que aún tiene solución pero no mucho tiempo.

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