A pesar de que encuestas como la publicada por El Financiero lo ubican en el tercer sitio como candidato a la gubernatura de Veracruz y de que lo visualizan con un porcentaje inamovible de 16 por ciento en las preferencias electorales, Cuitláhuac García Jiménez, de Morena, está logrando atraer la simpatía de cada vez más veracruzanos que viven en situación de pobreza, del sector profesionista harto de la corrupción, la delincuencia y la impunidad, y de buena parte de la izquierda desencantada por la alianza fraguada por la cúpula perredista con el PAN.

Hace unas semanas, con un grupo de periodistas, dialogamos con Cuitláhuac García Jiménez, diputado federal con licencia y ahora candidato de Morena, para conocer sus propuestas y saber cómo veía sus posibilidades de triunfo el próximo 5 de junio.

Acompañado solamente por su coordinador de campaña en Xalapa, Guillermo Fernández Sánchez, y su coordinador de prensa, Iván Joseph Luna Landa, Cuitláhuac supo definir cómo había logrado su arrollador triunfo para llegar al Congreso de la Unión en 2015: el primer factor fue que el PRI llevó a Elízabeth Morales, a la que calificó como una muy mala candidata, y el segundo, el enorme empujón que le representó el prestigio ganado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dirigente de Morena y natural candidato en 2018 a la Presidencia de la República, por tercera ocasión.

En efecto, el año pasado, los resultados electorales en Xalapa fueron inusitados y, para muchos, inexplicables, puesto que Cuitláhuac era desconocido incluso entre periodistas (me cuento entre ellos). Elízabeth Morales era conocida por más del 90 por ciento de la población: el problema fue que la percepción sobre su actuación como alcaldesa era negativa para la inmensa mayoría. El fardo priista no fue, sin embargo, lo único: lo más importante fue el aval y el respaldo político de Andrés Manuel López Obrador.

De otra manera no se explica que Cuitláhuac arrasara en los comicios en el Distrito X, Xalapa Urbano, de la manera en que lo hizo. Según el acta distrital oficial, Morena se adjudicó 30 mil 729 votos, superando a Ulisses Chama, del PAN, que logró 21 mil 605 sufragios; a Elízabeth Morales, candidata de la alianza PRI-PVEM, que apenas obtuvo 17 mil 147, y al PRD que, pese a su alianza con el PT, fue relegado al cuarto lugar, con su candidato Alfredo Magno Garcimarrero Ochoa, quien apenas obtuvo el voto de 12 mil 492 xalapeños. Hay que recordar que en los comicios anteriores había ganado el PRD con Uriel Flores Aguayo, justamente cuando AMLO todavía estaba en ese partido.

Veamos, ahora cómo le fue a Morena en su primera participación como partido político nacional en procesos electorales, justamente los comicios federales intermedios del año pasado, en que para el caso de Veracruz no solo hizo ganar a Cuitláhuac, sino también a Rocío Nahle, quien obtuvo la jugosa plaza de Coatzacoalcos y es ahora la coordinadora de su fracción en la Cámara de Diputados, además de perfilarse para ser la candidata a gobernadora en 2018.

Mientras el PRD se desfiguraba y obtenía apenas 279 mil 799 votos, Morena lograba la hazaña de colocarse en el tercer lugar con 313 mil 162 sufragios, mientras el PAN se ubicaba en el segundo lugar con 547 mil 166, y el PRI obtenía el primer lugar con carísimos 723 mil 037 papeletas cruzadas sobre su logotipo. Morena no solo se llevó al baile al partido del cual se desprendió, sino que también obtuvo sobre 100 mil votos más que el Partido Verde, con todo y el enorme apoyo financiero inyectado desde la Presidencia de la República y el Gobierno del Estado.

¿Apoya AMLO a Duarte y al PRI?

¿Qué significan estos resultados, a la luz de los comicios de este año, en que buena parte de los militantes, exmilitantes y simpatizantes del PRD le darán la espalda a su partido por aliarse con el PAN, y preferirán sumarse a las candidaturas lopezobradoristas? Que no todo está cantado a favor de los dos punteros en la contienda.

En su visita de este martes al norte de Veracruz para apoyar a Cuitláhuac García Jiménez, Andrés Manuel López Obrador fue señalado de algo que ha sido divulgado ya con mala entraña, principalmente por panistas y perredistas: que el máximo exponente de la izquierda en México habría claudicado a favor del PRI, en aras de beneficios inexplicables, para ser utilizado como ariete contra Miguel Ángel Yunes Linares.

Hay quienes han arrojado sobre la mesa de las confabulaciones la hipótesis de que esto lo habría arreglado AMLO con el mismísimo Fidel Herrera Beltrán, en una teoría conspirativa cuya denuncia debería tener el efecto de moldear la voluntad ciudadana a favor del voto útil para la alianza PAN-PRD, en el entendido de que votar por Morena sería simple y sencillamente dilapidar el sufragio en una mascarada política.

Pensar eso sería pecar de soberbia y de ignorancia. Que López Obrador haya criticado frontalmente a Yunes Linares por convertir la entrega de una denuncia en la Fiscalía General contra Javier Duarte como su primer acto de campaña, no es un guiño absolutorio para el gobernador veracruzano, sino una muy inteligente manera de dirigir sus baterías contra el candidato de la oposición que quiere, mediante este tipo de actos, beneficiarse del descontento popular de los veracruzanos.

Para AMLO, tanto el PRI como el PAN son parte de la mafia del poder, y ese discurso hace mucho tiempo que lo maneja. Duarte ya se va, para qué le atiza. El riesgo que él ve se personifica en el candidato PAN-PRD, quien según todo parece indicar es impulsado por el propio gobierno federal, por Carlos Salinas de Gortari y los medios que, según él, están siendo manipulados por el expresidente, como Televisa y el periódico Reforma, que se han hecho eco de la campaña contra el gobernador.

El activo político que tiene enfrente Morena, el primero con el que debe rivalizar en la campaña, es con quien se hace pasar como la opción opositora. Además, no tiene ninguna duda de que, luego de traicionar a Elba Esther Gordillo, de ser el responsable de la fuga de El Chapo Guzmán y de la quiebra del ISSSTE, el candidato panista cobijado por su expartido, el PRD, tiene negros antecedentes de corrupción.

“Este personaje Yunes Linares, candidato del PAN, tiene como todos los políticos corruptos, departamentos en Estados Unidos, tiene yate, tiene una casa en Boca del Río, Veracruz, que no la tiene ni Obama, para que nos entendamos”.

Por lo demás, Morena maneja el discurso de que los punteros son Yunes Linares y Cuitláhuac, aunque en el fondo, su estrategia es primero colocarse en la primacía de la oposición para después encargarse de Héctor Yunes Landa, del PRI.

No debemos perder de vista que López Obrador tiene en Veracruz la esperanza (en 2016 o en 2018) de obtener el primer bastión de gran alcance que le permita contar con el tercer estado en el número de registros del padrón electoral, porque también está pensando en la grande, en que volverá a competir, bajo las siglas del partido que él creó, Morena.

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