Termina una época. Más allá de las estadísticas y las diferencias,  entre unas y otras instituciones, es oportuno recapitular y dialogar,  sobre el hecho de que, durante años y décadas, para muchas Universidades públicas se dispusieron  condiciones y expectativas que favorecieron su creación y  crecimiento, con la repetida esperanza de  hacer realidad,  sus múltiples objetivos de docencia, investigación, difusión y, en general, de apoyo y vinculación,  al desarrollo económico, social, político y cultural.

En particular, se beneficiaron bajo el compromiso, de apoyar la ampliación sostenida y  creciente,  de  la oferta educativa y hacer realidad el acceso a la educación superior a millones de reales y potenciales aspirantes. Y desde luego, de fortalecer el Estado de Bienestar, que también exige atención y apoyo.

Hoy, lo que tenía que pasar, está sucediendo. Excepciones aparte. Más allá de los discursos universitarios auto exaltadores y de los mensajes oficiales distractores, enajenadores y  simuladores, la realidad real se hace presente. La Universidad pública, esencia de la educación superior en México ha sido y  es,  debilitada y bloqueada.

A reserva de insistir y ampliar en el amplio tema, es importante tener presente y no olvidar, que en cuestiones de organización y representación oficial, imposible olvidar o minimizar,  razón de ser y esencia. Esto es, saber de dónde se proviene, qué le sostiene y cuáles son, los  alcances y consecuencias del desempeño. La soberanía popular, pone y dispone.

Todo organismo gubernamental, desde el Estado y sus estructuras, poderes y formas de gobierno, y órganos autónomos, todos sin excepción proceden de la decisión y voluntad ciudadana y colectiva, a la que representan y sirven, a las que tiene y deben informar y rendir cuentas. Para Estado y Universidad pública, individuo y sociedad, son origen y destino.

Lo alcanzado y heredado

En la actualidad, además de los temas centrales universitarios de siempre, imprescindible atender de inmediato y simultáneamente  tanto la política administrativa, como la financiera; así como  el combate a la corrupción, y a la impunidad.

Imposible cerrar los ojos, ante el desastre ocasionado en numerosos casos, por los últimos gobiernos estatales y federal; y las rectorías o autoridades universitarias a cargo.

Injusto no señalar  limitaciones y sacrificios, daños y pérdidas, rezagos y pendientes acumulados, a cientos y miles de trabajadores universitarios, que en diversas formas y crecientemente, se han visto afectados, por la recurrente suspensión de pagos, hecho que ha sido subsanado o resuelto temporal y parcialmente, gracias a la intervención drástica de la representación sindical, que de innumerables formas ha denunciado y exigido, tanto inmediata atención, como imprescindible previsión de estos problemas.

Destaca, la reconocida  intervención de organizaciones sindicales nacionales, como CONTU, que ha sido determinante en la solución a  paros y conflictos de más de 10 Universidades, afectadas y paralizadas temporal y recurrentemente, en los últimos años.

Irresponsable y cómplice, ocultar, encubrir y justificar  saqueo, daño patrimonial, fallas administrativas y hasta delictivas, hechas costumbre o práctica, que favorecen  mediocridad,  parasitosis e ineficiencias, en buena parte de las administraciones universitarias, cuyo uso y abuso de atribuciones y recursos, para beneficio personal o de grupo, ha multiplicado casos y ejemplos, como la estafa maestra; las becas, bonos y estímulos obtenidos en conflicto de interés; la obtención y devolución de fondos; y otros más.

“La Universidad,-dice Gonzalo Aguirre Beltrán-,  al igual que el resto de las instituciones cambia y evoluciona con la sociedad de la que forma parte y, a la par que ésta, experimenta las inconveniencias y alteraciones que implica la brusca y acelerada transformación de lo tradicionalmente establecido”

En fin, no hay duda que termina una época, que deja a la Universidad   en crisis. Lo cual obliga a discutir y hacer públicos estos y otros  temas, inherentes a su situación y perspectivas.

¿Están siendo señalados y denunciados ineficientes y delincuentes en las entregas recepción? Y lo que es importante, ¿estos y otros temas, están siendo considerados en diagnósticos y estrategias de respuesta y acción gubernamental, universitaria  y de participación social?

Ante el inminente cambio… ¿Involucrarse o aislarse?

La idea central, la propuesta es integrar una agenda de diálogo y debate, sobre Estado de Bienestar y Universidad pública, para informar y llamar la atención,  para que se tome conciencia de la existencia de esa problemática que involucra diversos tipos de derechos humanos.

Por lo pronto, entre otros aspectos, se propone: 1.- Modificar y actualizar, papel y  responsabilidades de los gobiernos estatales y federal; 2.-  Ajustar y cambiar  dirección y administración, participación y evaluación  internas de muchas universidades, caracterizadas por su conformismo, mediocridad, y hasta por su corrupción evidente, incluyendo exageraciones presupuestales, concesiones y privatización de aspectos de su funcionamiento propio; 4.- Garantizar  ejercicio y respeto a  libertades y derechos de expresión, asociación y sindicales; y  5.- Impulsar y fortalecer,  más y mejor transparencia y rendición de cuentas,  así como participación y evaluación ciudadana y social.

Urgente, que se atienda y enfrente en forma integral, respetando e incorporando aportaciones y derechos del sindicalismo.

Preocupa que de no hacerlo, como siempre, resultan afectados y perjudicados cientos y miles de trabajadores universitarios;  y, cientos de miles o hasta millones de estudiantes.

Por lo pronto, es conveniente considerar reflexiones como la siguiente:

“El desfase entre las habilidades que los estudiantes adquieren en la educación superior y las habilidades que demanda el mercado laboral es un obstáculo importante para la inclusión, la innovación y el crecimiento económico en México. Este es el mensaje principal del informe de la OCDE “La Educación Superior en México: Resultados y Relevancia para el Mercado Laboral” (10/01/2019)

”Una mayor coordinación así como una mejor información sobre la oferta y los resultados de la educación superior permitirán orientar mejor a los estudiantes en sus decisiones y contribuirá a garantizar una educación superior relevante y de alta calidad en todos los estados del país.”

Frente a la situación heredada, el nuevo gobierno federal trabaja en la integración de una propuesta, destinada a convertirse en política y programa gubernamental,  que merece, toda la atención. Pero esto es tema de otro comentario.

-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH